Vigentes, valientes y vigilantes

Dirigir El Norte de Castilla después de Miguel Delibes es, necesariamente y por encima de todo, un acuciante ejercicio de modestia. Hay que enfrentarse a la responsabilidad pertrechado con toneladas de humildad, pues la tarea no da ocasión de aproximarse siquiera a la altura de quien, como él, logró impregnar con su obra, su humanidad y su certera palabra la esencia misma de esta cabecera centenaria. Sin embargo, humildad y cierto regusto de sana resignación no implican inacción ni, mucho menos, rendición.

Un servidor asumió el puesto, como sus predecesores, con la ambición de que cada día, en cada labor periodística, la redacción de El Norte de Castilla pudiera honrar y defender tres actitudes que, con toda seguridad, inspiraron el trabajo de Miguel Delibes durante su larga y provechosa trayectoria periodística de redactor, subdirector, director y miembro del consejo: permanecer vigentes, desempeñarnos con valentía y mostrarnos vigilantes en todo momento. No concibo esta labor sin la referencia y el ejemplo constantes, a veces patentes, a veces latentes, de quien en su día aseguró que el periodismo le empujó a buscar «el lado humano de la noticia». Ese lado humano es el que, por ejemplo, nos ayuda a recuperar, en las difíciles circunstancias y condiciones actuales, la ambición que llevó a Delibes a enfrentarse a la censura hasta sortearla, a reclamar con denuedo y firmeza lo que consideró que en justicia debía recibir la sociedad de esta región; o a identificar y reprochar las deficiencias y olvidos que ha venido padeciendo históricamente. Para eso hay que estar atento. Para eso hay que integrarse con el entorno y conocerlo. Y por supuesto, para eso se debe trabajar con coraje. Incluso con descaro.

El «lado humano» debe perseguirse siempre. Pero aún más si cabe cuando, como ahora, el sufrimiento, la soledad y la penuria asolan el relato de la actualidad como ya no se recordaba. De ahí nuestro inquebrantable compromiso con esas historias contadas en primera persona que tratamos de destacar entre todas las demás. En El Norte creemos que es nuestra misión. Y confiamos en que, como causa y producto de ello, Miguel Delibes lo hubiese hecho así.