Cómo preparar la típica limonada de Semana Santa, pero en casa
Se trata de una tradición arraigada en Castilla que, con motivo del aislamiento, no se podrá degustar en los bares. Por ello, receta en mano, se ha extendido su elaboración a los hogares
No hay Semana Santa que se precie en Castilla sin su tradicional limonada, acompañada de unas buenas torrijas. Los atractivos gastronómicos paganos de esta época ... tan señalada, durante décadas, han unido a la gente en celebraciones y en torno a la barra de un bar, pero debido al confinamiento provocado por la alarma Sanitaria por Covid-19, son muchas las personas que se han decidido a elaborar su propia limonada en casa. De esta manera, no han permitido que el aislamiento les deje sin una de sus costumbres más arraigadas.
Cuenta la historia que, hace siglos, la limonada se bebía para celebrar cualquier acontecimiento festivo, aunque en la actualidad se ha quedado en una tradición de la Semana Santa. El origen de esta receta no está muy claro, ya que no es algo que esté documentado sino que es un dicho que ha ido de boca en boca a través de los años y del que existen varias interpretaciones. Cuentan que pudo tener su origen en León fruto de las disputas entre moros y cristianos, sin embargo, es difícil establecer el nacimiento de la misma ya que se encuentra muy arraigada en otras provincias como Segovia, Burgos, Soria y Ávila.
Recetas para acompañar una limonada en Semana Santa
En la actualidad, se trata de una costumbre muy presente en las zonas vinculadas a la cultura del vino, como la Ribera del Duero. En Aranda, la bebida es uno de los imprescindibles de la Semana Santa y al visitar los establecimientos siempre se busca el tradicional cartel de 'Hay Limonada'.
A pesar de que hace años se pasaba por alto la calidad del vino, en los últimos tiempos cada vez es más habitual producir limonada casera con vino de la Denominación de Origen Ribera del Duero. «Cuanto mejor es la calidad del vino, mejor es el resultado», explica Jesús G. Velasco, que desde hace años realiza su propia limonada.



La tradición de la zona marca que se elabora con vino clarete, aunque también ha proliferado la utilización de tinto, o incluso casos en los que se combinan ambos. «La receta original apuesta por el clarete y yo siempre lo he hecho con este tipo de vino», explica Jesús.
El vino se deposita en un recipiente para luego añadir azúcar, limón y canela tanto en rama como en polvo. «En mi truco pelo los limones y echo por un lado las cáscaras y por otro el resto de la fruta. Así, luego, cuando está macerando se pueden quitar para que no se acide mucho, dejando solo las cascaras», detalla.
La mezcla se deja macerar en un lugar fresquito durante mínimo tres días, y el equilibrio entre ingredientes lo marca cada paladar, ya que «lo mejor es que cada entre seis y ocho horas, se vaya probando y se van añadiendo azúcar y canela o quintando los limones, arreglando al gusto de cada uno». Con buen género, dicen que se consigue seguro una buena limonada casera y uno de los secretos es tomarla bien fresquita y, sobretodo, con moderación.
Ingredientes y elaboración
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Utilizando dos botellas de vino, que sería alrededor de un litro y medio, debemos añadir tres limones, tres o cuatro ramas de canela, medio kilo de azúcar y unos toques de canela en polvo. La cantidad de los ingredientes es orientativa ya que al dejar reposar durante varios días, se van añadiendo a mayores al gusto del consumidor.
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