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Se escucha de fondo la queja de la pequeña Ana (once meses) mientras María (16 años) intenta calmarla para que su madre, María José, y sus dos hermanas, Irene (10 años, la responsable de grabar el vídeo) y Lucía (13 años, la pinche de cocina) ... puedan preparar un postre especial. Han decidido hacer torrijas porque a todos en la casa les encantan y así aprovechan las horas de asueto de la tarde que no sabían cómo completar en el horario de tareas de cada día.
Esta familia de cuatro hijas pasa la cuarentena en un pueblo de Ávila, San Juan del Molinillo (199 habitantes), y desde que se decretó el estado de alarma para frenar la expansión del coronavirus, cada día es una aventura con cuatro hijas de entre uno y 16 años en casa. Lo cuenta a diario Berta Muñoz en cada una de sus entregas del Confinados en casa con dos niños pero en su caso solo son dos, entiendo entonces que lo que 'padece' (si se permite la expresión) María José, será eso mismo, pero en una doble dosis. Aún así ella, igual que Berta, también se defiende bien: «Lo llevamos bien. Hemos estado haciendo las torrijas con la ayuda de Irene y Lucía. Mientras María y Anita miraban desde el comedor de vez en cuando».
Más recetas desde casa
Silvia G. Rojo
Sonia Andrino
En una familia numerosa como esta, el aburrimiento está prohibido. «La verdad es que se pasa el tiempo volando -dice María José- porque tienes que preparar comida para tantos. Así empiezas ya desde por la mañana y a diario sumamos además las tareas del colegio. Ya por la tarde, variamos. Tenemos un cuadrante entre unas actividades y ocio. Hacemos ejercicio y algunas clases a través de las plataformas de Internet. Y luego salimos al patio y jugamos a las raquetas».
Han tenido que contratar el servicio de Internet para que María pueda asistir a las clases virtuales. Es la que peor lleva el confinamiento, explica Lucía, «está todo el rato con el teléfono, tiene que estar en directo y cada vez que se le para el móvil, no puede seguir. El wifi no va bien. Hay problemas de cobertura». Ya se sabe, es el día a día en el medio rural.
Aún así, están contentas. Son conscientes de que estamos viviendo una situación excepcional y están bastante concienciadas con el problema. Se les escucha algún 'me aburro' que otro pero entre discusiones, tareas y ahora también recetas, han aprendido a que el tiempo se les pase mejor. «Por una parte lo llevo bien -detalla Lucía- y por otra mal porque no puedo salir a la calle, pero estoy en familia».
Es lo que toca. Aguantar por lo menos tres semanas más, pero en un hogar tan ruidoso como este, seguro que el confinamiento no se lleva tan mal.
Para seis personas Medio litro de leche; tres tazas de aceite; dos huevos; entre seis y doce trozos de pan del día anterior; una rama de canela y cuatro cucharadas de azúcar.
Proceso de elaboración Se pone a hervir la leche y se echa una rama de canela y una peladura de naranja. Luego se añaden cuatro cucharadas de azúcar y se remueve y cuando se ha integrado el azúcar con la leche, la canela y la naranja, se retira del fuego y se vuelca en un bol. Se retira la peladura de naranja y la rama de canela. A continuación se baten los dos huevos y el pan se pasa por la leche, se moja, y luego se reboza. Finalmente se escurre y se fríe en una cazuela con aceite que ya se había puesto a calentar. Se sacan cuando están bien hechas y se echa un poco de azúcar o miel, según el gusto de cada uno.
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