Marisa Rodríguez, segunda por la izquierda, junto a otras de as integrantes de la cooperativa de Tabuyo del Monte (León). Ramón Gómez

Mermelada de fresa, por una enfermera jubilada que también cose mascarillas

Marisa Rodríguez recomienda utilizar una cazuela de acero inoxidable con un fondo grueso para evitar que se peguen las frutas cuando se pongan al fuego

Andrea Díez

Valladolid

Sábado, 11 de abril 2020, 14:45

De ciruela, frambuesas o ruibarbo son las mermeladas que de forma artesanal preparan Marisa Rodríguez, Visi Ares Astorgana, Carmen Ares Dios, Encarnación Ares Fernández y Luci Abajo Lera a través de la cooperativa Del Monte de Tabuyo. Además, cultivan, procesan y envasan productos de la zona ... que se cocinan en el Comedor del Monte, que hasta nuevo aviso y debido al coronavirus permanece cerrado.

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Ese el motivo por el que Marisa, enfermera jubilada, dedica parte de su tiempo a otros menesteres. Junto a otras compañeras fabrican mascarillas de algodón. No lleva la cuenta de cuántas han hecho ya pero asegura que pueden ser «miles de ellas elaboradas con tela de algodón adecuada. Una parte del material nos la cedió la empresa astorgana AIPTESA». Las mascarillas ya han sido distribuidas por el Ayuntamiento de Luyego (León) entre sus vecinos y han llegado también a otros municipios como La Cabrera, Truchas, Benuza, Castrillo de Cabrera, las farmacias rurales de alrededor y residencias de mayores en Astorga, La Bañeza, Castrotierra o Palacios de Valduerna. Marisa destaca satisfecha que la producción ha llegado también «a particulares que nos las piden».

Son una treintena de mujeres de los municipios de Luyego y Filiel las que se encargan de coser mascarillas básicas «para que la gente las pueda utilizar en su día a día si tienen que ir a la compra o salir por cualquier necesidad». Como buena enfermera que fue, insiste Marisa en que «hay que evitar los contagios en la medida de lo posible». No obstante, y aunque es una labor que no olvidará, ahora su dedicación se desarrolla en torno a los fogones. Sigue preparando conservas y no le cuesta compartir cómo aprovechar estos días en casa para elaborar de forma sencilla y desde casa una mermelada de fresa aprovechando que es fruto de temporada.

El primer paso es hacernos con los ingredientes, en este caso serán unas fresas. A continuación, hay que seleccionar y retirar las partes o piezas que no estén en buen estado, «si hay alguna zona mohosa hay que desecharlo». Después, toca limpiarlas y lo haremos sin retirar el pedúnculo «de lo contrario se llenarán de agua», aclara Marisa, «es un consejo a tener en cuenta», subraya. Las dejaremos escurrir, quitaremos las hojas y las pesaremos. «Es importante para luego calcular las proporciones con el azúcar», explica.

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Una cazuela de acero inoxidable con un fondo grueso servirá para evitar que se peguen las fresas cuando se pongan al fuego. «Descartamos aluminios. En el caso de las cazuelas de porcelana roja, el problema es que el fondo suele ser fino y se te puede agarrar la fruta», aclara.

Para el siguiente se puede escoger entre dos opciones. Por un lado, poner la fruta en la cazuela con la proporción de azúcar que se considere. «La dejaremos dormir doce o veinticuatro horas para que vaya soltando los jugos». Por otro lado, y siguiendo la opción que mejores resultados le ha dado a Marisa, «al menos es mi experiencia», las fresas estarán en la cazuela a fuego lento cociendo «siempre destapadas» mientras pierden parte del agua y le añadimos el azúcar en función del peso.

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Por ejemplo, si se dispone de un kilo de fresas, se pueden poner 400 gramos de azúcar. La temperatura no debe llegar a los 100 grados, «en mi caso lo dejo a 80-85 grados. Con un termómetro de cocina controlamos la intensidad de calor». En el caso de no disponer de uno, se puede colocar la tapa de una olla con regulador de temperatura para comprobarlo rápidamente.

Ingredientes

  • Ingredientes 1 kg de fresas, 400 gr azúcar y medio limón

  • Elaboración Seleccionar las fresas en buen estado, lavarlas sin retirar la hoja y dejarlas escurrir. En una cazuela de acero y base gruesa dejar cocer las fresas cortadas a la mitad. A fuego lento con una temperatura de 85 grados se irán haciendo mientras añadimos el azúcar y después añadiremos el zumo de limón. Estarán al fuego durante al menos una hora. A continuación, comprobaremos el espesor de la mezcla y si es el deseado, estará lista para ser envasada. Una vez en los tarros de cristal, los colocaremos en una olla a presión durante diez minutos. Lo dejaremos enfriar y estará listo para su consumo.

En este punto de la preparación hay que considerar el espesor que se quiere para la mermelada y que dependerá de la pectina, una fibra natural, que en el caso de las fresas y frambuesas es escasa, «por eso nuestra mermelada será más líquida», dice Marisa. Si lo que se busca es mayor espesor hay alternativas, comprar polvos de pectina, utilizar gelatinas conocidas como cola de pescado o hacer un preparado casero. Para ello, sería necesaria una manzana que troceada y manteniendo la piel y las semillas, «que es donde hay más pectina», se puede poner a cocer con agua durante unos cuarenta y cinco minutos. Se cuela el líquido -«podemos usar un saquito de tela de gasa»- y dejamos que escurra al menos una hora. El resultado nos servirá para «espesar de forma natural».

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Marisa recomienda estar pendientes de la cocción a fuego lento de las fresas en la cazuela porque «es importante que no lleguen a hacer el famoso plof, plof». Las prisas no son buenas compañeras, así que calma, se pueden dejar que las fresas y el azúcar se vayan haciendo lentamente y se añade después zumo de limón natural.

Para comprobar que ya está la mermelada hecha, se puede poner en un plato una cucharada y dejarlo en el frigorífico. Al enfriar se comprueba la consistencia.

Y finalmente, llega el momento de la selección de los tarros donde guardar la mermelada. Deben estar limpios, no tienen por que ser nuevos, pero las tapas deben cerrar correctamente. Se colocarán en una olla a presión con un poco de agua, «en diez minutos estará esterilizado y no hace falta hacerlo aparte», eso sí, insiste Marisa, «el proceso de esterilización en otro tipo de conservas tiene otro procedimiento». En este sentido, es fundamental conocer y cumplir con las medidas de seguridad alimentaria y así evitar cualquier tipo de intoxicación. Para finalizar los tarros se guardarán en un lugar fresco y con poca luz.

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