La umbría de la Arcadia americana

Pero toda Arcadia, por feliz que sea, tiene su umbría y en ella se interna Jocelyne Saucier, periodista que salta a la literatura en este caso, 'Y llovieron pájaros' (Minúscula), por una curiosidad de oficio. Ese idílico beatus ille sufrió las envidias humanas. El 29 de julio de 1916 se produjo el Gran Incendio de Matheson, en la provincia de Ontario. Una sucesión de fuegos provocados terminó con la vida de 223 vecinos. La protagonista de Saucier es una fotógrafa de Toronto que busca en los noventa a los supervivientes de aquello.

Una forastera entre ancianos

Canadá tiene una densidad de población de cuatro habitantes por kilómetro cuadrado. A su lado Castilla y León resulta superpoblada (26 hab./km2). La fotógrafa llega a un lago donde viven tres ancianos, en otras tantas cabañas próximas. La sorpresa es mutua; la suspicacia, de ellos. La forastera hace preguntas sobre hechos que ocurrieron siete décadas atrás. Ted, Tom y Charlie intentan evitarla, pero acaba por ganárselos y descubrir el secreto de su pequeña comuna.

Tres outsiders de una civilización a la que han renunciado para vivir como siempre han querido, sin ataduras ni compromisos, sin convenciones ni ritos. La adecuación a los tiempos de la naturaleza se escapa solo en uno. Se guardan la baza de decidir su final si el desamparo lo hace aconsejable. La llegada de una anciana, que pasó 60 años en centros psiquiátricos, trastocará su existencia y arrojará luz sobre las pinturas del primero en morir, Ted. Y mientras, la fotógrafa irá hilando los hechos de 1916.

Novela thouroniana sobre la libertad alcanzada en el jubileo encandiló a la directora Louise Archambault quien la llevó a la pantalla grande. Su estreno en España, que estaba previsto para el 13 de marzo, ha sido pospuesto. Quien sabe si se podrá ver en la próxima Seminci. Su director, Javier Angulo, estaba considerando elegir entre Colombia y Canadá al siguiente país invitado.

El socarrón de Ontario

Saucier retrocede a los noventa para que su historia sea verosímil. Robertson Davies (1913-1995) es el gran narrador de la vida canadiense a través de todo el siglo XX. John Irving le consideró el 'Dickens de Canadá' y a ese contar pormenorizado, realista, socarrón, repartido en trilogías de dedicó este caballero tras varios fracasos en su primigenia vocación de dramaturgo. Ambas novelas, la de Saucier y la de Davies, transcurren a las orillas del lago Ontario.

Davies nació en Thamesville, estudió en Oxford y vivió en Toronto en cuya universidad dio clase y en cuyos periódicos escribió una columna humorística. Aunque su 'Trilogía de Deptford' narra el devenir de unos personajes de una comunidad provinciana, coincidente con su pueblo natal al que cambió el nombre, su periplo vital ya no transcurría allí. Escribió recordando su niñez. 'El quinto en discordia' (Libros del Asteroide) es la primera entrega de esta segunda trilogía que dio a la imprenta en 1970. Le siguieron 'Mantícora' (1972) y 'Mundo prodigioso' (1975).

Un profesor, ofuscado por la simplificación de su vida en una reseña de jubilación, cuenta su vida. 'El quinto en discordia' son las memorias de Dunstan Ramsay. Durante toda su existencia se medirá con su amigo el rico Percy Stauton y el balance se mantendrá. El protagonista sufrirá por su coherencia, aspirará a vivir como quiere y ayudará incondicionalmente a la Sra. Dempster, la 'loca' del lugar. Percy, en cambio, surfeará siempre la ola a su favor, sin escrúpulo y sin remordimiento, y siempre de acuerdo con las convenciones sociales. Davies logra que la pelea diaria de dos seres comunes atrape al lector, desde la «fiebre de la guerra» hasta los años sesenta, en un país con una gran variedad de cultos protestantes y bajo un solo dios.