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El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, ha entrado ya en modo preelectoral, por mucho que las urnas no se coloquen en Castilla ... y León, sino en Galicia. El PP ha tocado a rebato porque los augurios demoscópicos son complejos. Al sondeo del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) con el sesgo de su director José Félix Tezanos, que prevé una posibilidad de que BNG y PSOE rompan la mayoría que consiguió Feijóo y defiende Rueda, le ha seguido una encuesta de Gad3 para Vocento que sitúa el escenario tremendamente igualado, con un 47,3% de los votos para el PP. Porcentaje que se traduce por los pelos en mayoría absoluta.
Jaime Miquel, analista con amplia trayectoria, situaba en La Vanguardia días atrás en torno al 47% el apoyo real con el que parte Rueda, un punto por debajo del 48% que obtuvo Feijóo. Y sus cálculos son claros: si el PP baja al 45,5% entrarán en juego las carambolas. El papel de Sumar, Vox y Democracia Orensana, los restos en las dos provincias con más incertidumbre, La Coruña y Pontevedra… Hay partido, como se afirma en el PSOE con intenciones de movilizar a los suyos. Así que el PP autonómico se ha puesto manos a la obra con su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, a la cabeza. El domingo acudió a la manifestación en Madrid, con desembarco multitudinario de cargos y militantes de Castilla y León. El lunes por la mañana, de oyente al desayuno informativo de Alfonso Rueda, candidato popular en Galicia, en La Razón. Y apoyó con rotundidad a su candidato en sus redes sociales: «Galicia necesita seguir avanzando. Ante el Gobierno de Sánchez, plagado de cesiones y disparates a sus socios separatistas, Alfonso Rueda es la garantía de una gestión útil para todos los gallegos. Queremos una Galicia fuerte y con futuro. Es la hora de los gallegos», escribió.
Después, antes de la celebración de la Junta Directiva Nacional del PP, a la que acudió, repetición del argumentario esgrimido el domingo por él mismo: «Las cesiones de Sánchez a los independentistas son repugnantes», había dicho. Y así continuó ante los periodistas este lunes, contraponiendo la actitud del Ejecutivo de Castilla y León con el desempeño del Gobierno central con sus socios de investidura. «En Castilla y León las personas somos moderadas, tranquilas, pensamos en el interés general y sobre todo en construir desde Castilla y León una España cada día más fuerte y más solidaria», comenzó.
Las elecciones gallegas serán la primera consulta que mida hasta dónde pierde el PSOE con la amnistía a Puigdemont y los suyos y hasta dónde gana el PP en sus territorios más fuertes gracias a ello. Galicia como termómetro. Y el PP ha apostado todo al amarillo independentista. «Lo que me parece insoportable es que quien ha hecho cesiones repugnantes ante sus socios separatistas, como que haya terrorismo bueno y terrorismo malo, cuando los terroristas deben estar en la cárcel; como que se quiera proteger a sus socios delincuentes, como que quiera privilegiar a sus amigos con privilegios económicos que vamos a tener que pagar entre todos… Me parece insoportable. Es como un mal sueño, no puede ser que el PSOE y Sánchez estén actuando como están actuando, me parece que no tiene ningún sentido», advirtió Mañueco.
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Junto al presidente autonómico del PP, otros barones populares acudieron a la cita matinal en apoyo a Alfonso Rueda, como Fernando López Miras (Murcia) o Carlos Mazón (Comunidad Valenciana).
En el PSOE se fijan en el CIS de Tezanos para restar importancia a la influencia electoral que puedan tener la amnistía y sus matices. «No está entre las primeras preocupaciones de los españoles», coincidían fuentes de Ferraz y del PSOE de Castilla y León durante la convención política de La Coruña, hace poco más de una semana. Un 0,9% de los encuestados situaban la ley de amnistía entre sus tres primeras preocupaciones, en el puesto 37. No había, eso sí, ninguna pregunta directa en el cuestionario del barómetro del CIS sobre la opinión que merece la amnistía a los españoles. El PP de Castilla y León ya lleva tiempo utilizando ese argumento de los privilegios a los independentistas en las Cortes para replicar a la oposición liderada por Luis Tudanca. Ahora ese frente de ataque se intensifica conforme pasan los días y se acerca la campaña gallega, que comienza oficialmente el próximo viernes.
Dentro de la línea de ataque al Gobierno, el resultado de Castilla y León en PISA y la apuesta por una EBAU única han permitido a Mañueco ganar relevancia en la primera línea política del PP. Previsiblemente su socio, Juan García-Gallardo (Vox), participará también en la campaña gallega, como se pudo comprobar después de su aparición en la asamblea general de Vox. Allí clamó contra «la cobardía de la derecha» y «la ruina de la izquierda». Las encuestas otorgan a Vox pocas opciones de obtener representación en Galicia e incluso el PP ha lanzado mensajes en los que recomiendan a los de Abascal no presentarse para no dividir al electorado y lastrar los resultados. Los socios en Castilla y León tratarán de marcar distancias durante la campaña y eso puede condicionar el debate político aquí.
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