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Mañueco al PSOE: «Ustedes aplauden la vuelta de Puigdemont sin ser juzgado»«Muchas gracias», concluyó Mañueco. «Gracias a ti, corazón de melón». La única frase amable del Pleno de las Cortes y, ya es mala suerte, la suelta Alexa, o Siri, o vete a saber qué voz digital con tono femenino procedente de las sillas del ... público, donde se ubicaban los asesores de Vox. Porque el resto se sitúa en lo áspero, cada vez más. El PP ha hecho presa en el hueso catalán y no lo suelta ni lo va a soltar. Y el PSOE intenta argumentar con números que el Gobierno de Pedro Sánchez es bueno, que le sienta bien a Castilla y León, que pone más dinero que lo que ponía Mariano Rajoy, «2.500 millones más», sin que en ese cálculo entre nada de la recaudación, la inflación ni otros matices.
Porque los matices no se llevan en la política actual. Tampoco en la autonómica. A un brochazo gordo le sucede una pasada de rodillo. «Ustedes dejan a 20.000 familias sin ayudas a la instalación de placas solares porque son unos inútiles», ataca Luis Tudanca (PSOE). «Los castellanos y leoneses no nos vamos a olvidar [de lo que están haciendo] y no se lo van a perdonar, para el PSOE de Castilla y León no habrá amnistía», contragolpea Mañueco. Que acto seguido llega a equiparar a Ángel Ceña (Soria ¡Ya!) con un nacionalista ansioso. «Lo primero que pidió [en nuestra primera reunión] fueron privilegios, como los separatistas a Sánchez. Pero yo no soy Sánchez», le advirtió. Después le espetó a Francisco Igea, dentro de ese contexto de relación amor de conveniencia-odio que ha derivado en odio-odio, que «en nombre de quién habla, a quién representa» en las Cortes. A lo que saltó Igea desde su escaño. Y remate de Mañueco. «Sus compañeros le han expulsado a usted, pero nos consta que ha intentado estar en dos formaciones políticas, en Nexo y Jacobinos. Lleva dos partidos más. Un récord. Tres partidos en tres meses».
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Las respuestas de Alfonso Fernández Mañueco ganan en contundencia a medida que avanza la legislatura. Un Gobierno que nació con el aprieto de tener que cambiar al socio Ciudadanos por el socio Vox, con ultimátum al filo de constituirse las Cortes, con el sello de ser el primero del tándem PP-Vox cuando Alberto Núñez Feijóo trataba de zafarse de ese camino, se ve revitalizado por las actuaciones ajenas y los resultados electorales. «Ha empezado el plan Renove en Castilla y León», le lanzó a Luis Tudanca, después del relevo de Virginia Barcones en la Delegación del Gobierno o de los rumores de un movimiento de la concejala de Valladolid Ana Redondo a ministra Ana Redondo y a candidata Ana Redondo a la Junta en 2026. «La última vez que demoró los presupuestos, convocó usted elecciones por Twitter», le dijo Tudanca. Y si lo hiciera cogería a Vox con un diputado nacional de los 6 que tuvo en Castilla y León y con el PSOE tratando de restañar la herida emocional que provoca 'lo de Cataluña'.
Tudanca y Patricia Gómez Urbán trataron de lavar la cara al Gobierno central. Primero, con los números. «Mientras usted escribe cartas [al Gobierno], nosotros hemos inaugurado tres tramos del Ave en una legislatura histórica en Zamora, León y Burgos. O le hemos pagado la educación gratuita de 0 a 3 años, o hemos dado fondos para la salud mental, la salud bucodental, o para implantar banda ancha, o ayudas al alquiler o ayudas para instalar placas solares», desgranó Tudanca. «En el año 2017, en el último Gobierno de 'eme punto' Rajoy, anunciaron las entregas a cuenta para Castilla y León: 6.481 millones. ¿Qué dijo la Junta? Que no tomaría medidas, que las cuentas estaban saneadas. ¿Saben cuánto llegará en 2024 con el PSOE? 9.100 millones. ¿Me puede explicar ahora por qué 6.500 millones de euros es mejor que 9.100?», abundó. Y Gómez Urbán comenzó por felicitar a Nadia Calviño por su nombramiento en el Banco Europeo de Inversiones. Y después de preguntar por las injerencias del Gobierno autonómico en los demás poderes del Estado se enfrascó en criticar las jornadas sobre libertad religiosa en las Cortes de Cartilla y León. «Ayer en estas Cortes hubo una jornada de libertad religiosa y señoros con sotana y alzacuellos dijeron que había que rezar para que las mujeres no interrumpieran su embarazo», dijo.
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Y el PP, mientras, a lo suyo. Lo racional, por un lado. Informe PISA, Castilla y León a la cabeza, líderes en educación, un ejemplo de buena gestión que recae, eso sí, en una consejería-PP, la de Rocío Lucas. Porque es ahí donde el PP quiere dirimir la tensión electoral con Vox. Lo emocional, por otro lado. Y con más peso. Porque Cataluña es un lastre para el PSOE en aquellos territorios, como Castilla y León, que carecen de nacionalismos. Mañueco, sin ambages: «Ustedes aplauden la vuelta de Puigdemont sin ser juzgado y con honores. Aplauden que el futuro de este país se decida en Suiza con un mediador experto en narcoguerrillas. También aplauden que se perdonen 15.000 millones a los socios separatistas, sus amigos, que pagaremos entre todos. Aplauden los privilegios de Sánchez en la financiación autonómica para sus amigos».
Luis Miguel González Gago, consejero de Presidencia, replicó a Patricia Gómez sobre el respeto a la separación de poderes. Y se explayó con las mayores polémicas del Gobierno de Sánchez. «Presentar una proposición de ley de amnistía sin informe de los órganos consultivos; fiscalizar la actividad parlamentaria de las Cortes en los próximos años en un país extranjero y con un mediador; que comisiones parlamentarias puedan fiscalizar lo que hacen jueces y tribunales; ratificar al fiscal general del estado pese al informe de no idoneidad del CGPJ; nombrar ilegalmente a la presidenta del Consejo de Estado, o la guinda, nombrar director de la agencia EFE al que fue secretario de Estado del presidente Pedro Sánchez». Y a modo de cierre: «Ayuden un poco al señor Tudanca y no hagan estas preguntas en las Cortes porque le están hundiendo». Aunque sabe que el PSOE solo tiene la vía de convencer de la labor del Gobierno central mientras el PP y Vox tienen en su mano dos palabras, «amnistía» y «Puigdemont», que son dos arietes de largo aliento.
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