

Secciones
Servicios
Destacamos
Hace casi dos años y medio, en una vacía cafetería de las Cortes, Alfonso Fernández Mañueco departía con Carlos Fernández Carriedo y Raúl de la ... Hoz. Iban a reunirse con los representantes de Vox para empezar una negociación que sería dura y agónica: se cerró el mismo día de la constitución del parlamento autonómico con Santiago Abascal (Vox) al otro lado del teléfono. Mañueco decía, entonces, que quería intentar un Gobierno en minoría con apoyos puntuales de Vox o de otros partidos en las Cortes. En cuestión de minutos se chocó con la realidad: Vox quería entrar en el Gobierno. Hoy, con año y medio de legislatura por delante, está ante su escenario soñado. «Dos años y medio después estamos donde yo creía que era lo más razonable, un Gobierno en solitario con acuerdos puntuales en el parlamento», decía este lunes.
Noticia relacionada
Con un Gobierno de leales y monocolor, todo PP más Gonzalo Santonja, un ex de Vox que se adaptará como un guante a las exigencias de su nuevo jefe de filas. Y con el primer argumento de peso servido en bandeja para contragolpear a gusto si el ex socio García-Gallardo se vuelve demasiado rebelde. «Vox salió inexplicablemente del Gobierno cumpliendo las órdenes de su partido», señalaba Mañueco. E incidía en ello con un matiz que emparenta, ojo, a Vox con el PSOE, desde el punto de vista de los populares. «Tengo las manos libres [para negociar y llegar a acuerdos]. Queda claro que ni unos -PSOE- ni otros -Vox- tienen manos libres, porque tienen que cumplir órdenes de Madrid».
A Vox le pondrá en un brete con la negociación de los presupuestos. Ya se había avanzado bastante cuando se rompió el Gobierno en algunos de los grandes ejes, especialmente con los relacionados con asuntos fiscales. Así que Vox tiene difícil oponerse a unas cuentas en cuya elaboración, en cierto modo, ha participado. Puede hacerlo siguiendo una máxima, de nuevo, de Santiago Abascal. Este mismo lunes dijo que si el PP pacta la reforma de la Ley de Extranjería, eso «tendría consecuencias en las regiones y sería muy difícil» que Vox pudiera «aprobarles unos presupuestos».
Si salen adelante los presupuestos con el apoyo de Vox, triunfo de Mañueco. Si no salen y hay que prorrogar los presupuestos más altos de la historia en Castilla y León, triunfo de Mañueco, que en todo caso estaría a poco más de un año de la siguiente cita electoral. «Mi intención es agotar la legislatura», sentenció el presidente de la Junta. Y con todo y con eso, tiene margen de acción suficiente para colocar las urnas cuando más le convenga a lo largo de 2025, como hizo Juanma Moreno Bonilla en Andalucía con un adelanto técnico dentro del último año de gobierno.
En esa decisión puede jugar un papel relevante el otro actor de la ecuación, el PSOE. Pero no solo el autonómico. Unas elecciones generales pueden provocar un órdago a la grande del PP con elecciones anticipadas en varias comunidades autónomas, como las que cogobernaban con Vox, en busca de mayorías parlamentarias más cómodas. Y el PP de Castilla y León entra de lleno en esa fórmula.
Los socialistas también saben por dónde les van a llegar los ataques del PP. Lo van a vivir en el primer Pleno de las Cortes, la próxima semana. «En el próximo Pleno irá una proposición no de ley para fijar posición en la lucha contra la financiación singular, quita de deuda, cupo, concierto o trato preferente a Cataluña. Veremos cuál es la posición y voluntad de cada grupo político», retó Mañueco.
De hecho, los líderes territoriales del PP se reunirán el 6 de septiembre con su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, para hablar sobre financiación autonómica y el agravio de Cataluña. Y no se pondrá ningún plan alternativo de financiación sobre la mesa. «Quien tiene que poner un modelo es el Gobierno de España, y ha renunciado a ello. Lo que vamos a decir claramente es que estamos en contra de cualquier privilegio económico. El Gobierno de Sánchez quiere robar a Castilla y León».
Coge al PSOE en situación vulnerable. El concierto catalán hace daño en la España interior, por más que los socialistas insistan en que nunca ha llegado más dinero a Castilla y León que con los gobiernos de Sánchez. El Congreso Federal del PSOE, anunciado por Pedro Sánchez para noviembre, iniciará la rueda de renovaciones a nivel autonómico. Luis Tudanca, insisten algunas fuentes socialistas, está amortizado y se le busca relevo, aunque él y su entorno aseguren que quiere seguir. Y su grupo parlamentario original se deshilacha a golpe de página de sucesos.
Vox, ya se ha visto, insistirá con la inmigración. No solo Vox. La ultraderecha alemana AfD ha obtenido el triunfo en las elecciones en la región de Turingia y ha sido la segunda fuerza en Sajonia. Marine Le Pen logró su mejor resultado en Francia con ese discurso. Giorgia Meloni, en Italia, puso en marcha en enero el plan Mattei, con ayudas por valor de 5.500 millones de euros para proyectos en los países de origen a cambio de un mayor control de las fronteras. En el Reino Unido, el mes pasado, se vivieron protestas contra los inmigrantes que acabaron con tumultos. En Castilla y León el porcentaje de extranjeros no comunitarios está por debajo del 4%, mientras que la media española supera el 8%. El Centro de Investigaciones Sociológicas mostraba en julio que la inmigración era la cuarta preocupación para los españoles. Un 16,9% lo consideraba como uno de los tres grandes problemas. Cuando se preguntaba por «el problema que a usted, personalmente, le afecta más», el porcentaje bajaba al 8,8%. Por encima, con un 12,5%, se situaba el de la vivienda. Vox hablará de inmigración. Mañueco, como primera propuesta, ha presentado un plan de vivienda.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.