Un año para colocar las urnas: el 15 de marzo de 2026 es la última fecha posible

Hay una ley electoral que fija todas estas cosas. Para situar la fecha, lo primero es acudir a ella y comprobar que «el mandato de los procuradores –como el de los diputados del Congreso– termina cuatro años después de su elección» si no se ha decidido convocar antes, lo que implicaría disolver las Cortes.

Es decir, que el mandato concluiría por sí solo, de modo natural, el 13 de febrero de 2026. La ley electoral explica entonces que si un presidente autonómico no ejerce su potestad de convocar anticipadamente, «los decretos de convocatoria se expiden el día vigésimo quinto anterior a la expiración del mandato de las respectivas Cámaras, y se publican al día siguiente en el Boletín Oficial del Estado o, en su caso, en el Boletín Oficial de la comunidad autónoma correspondiente».

Es decir, que Alfonso Fernández Mañueco debería anunciar la convocatoria electoral, en todo caso, el 19 de enero de 2026. El decreto se publicaría el 20 de enero. Y a partir de entonces hay que contar 54 días.

Eso sitúa la fecha límite en el 15 de marzo de 2026.

Si nada cambia hasta entonces, de nuevo estarán en liza 81 escaños. Aunque existe la posibilidad de que se produzcan variaciones.

Así, tanto Burgos como Segovia están relativamente cerca de recuperar uno de los procuradores perdidos en las últimas convocatorias autonómicas. Cada provincia tiene un mínimo asignado de tres procuradores. Luego se adjudica uno más por cada 45.000 habitantes.Y otro por la fracción superior a 22.500.

Burgos está, a fecha 1 de enero de 2025, a 700 habitantes de conquistar su duodécimo parlamentario. Segovia está a 700 de lograr un séptimo representante.Y León, la siguiente provincia en intentar ganar un escaño, se encuentra a 3.500, aproximadamente.

La actitud de los partidos políticos de la comunidad autónoma deja entrever que la precampaña, en realidad, ya ha empezado.Se agudizará después del verano, como es lógico, cuando ya la convocatoria será casi inminente, pero el último movimiento de Alfonso Fernández Mañueco sirve como línea de salida.El presidente de la Junta ha anticipado levemente el debate de política general de la comunidad. En términos parlamentarios, el gran debate del año junto al presupuestario, cuando lo hay.

En esa carrera ya están claros los dos principales cabezas de cartel.Uno, Alfonso Fernández Mañueco, como es lógico, que como presidente de la Junta opta a la reelección por tercera vez. Su primer mandato duró menos de lo habitual, desde mayo de 2019 hasta febrero de 2022. Sin mayoría absoluta, con Ciudadanos como socio inesperado y con una moción de censura a medio camino. El segundo mandato, si llega al final, lo hará a pachas con un socio nuevo, Vox, y en minoría. Mitad y mitad, prácticamente. Para el tercer intento tiene un espejo claro, el de Díaz Ayuso y Moreno Bonilla y sus mayorías absolutas. O cuando menos una mayoría amplia que le permita no depender en exclusiva de Vox. Es un reto mayúsculo. A día de hoy, los sondeos dejan las cosas casi tal y como están.

En el PSOE, Carlos Martínez ya es el nuevo jefe, aunque aún sin un grupo parlamentario propio. Lo ajustará cuando terminen los congresos provinciales y entonces cobrará protagonismo su número 2, Nuria Rubio, que será el rostro y la voz de su equipo en las Cortes.

El tercero en discordia, Vox, juega al despiste. Ya en 2022 se sacaron un candidato desconocido de la chistera después de someter a un casting a todos sus presidentes provinciales. Hoy por hoy, la figura de Carlos Pollán gusto mucho en Bambú. Pero ni él mismo sabe si eso será una señal definitiva o no.

En las formaciones territoriales, Por Ávila, Soria ¡Ya! y UPL habrá que ver qué planteamientos se hacen. Pablo Fernández, deUnidas Podemos, saldrá del hemiciclo 11 años después de su llegada y Francisco Igea también, después de 6 años. De su expartido, Ciudadanos, ya no queda nada que rascar.