Secciones
Servicios
Destacamos
¿Te imaginas tener todo lo que necesitas a 15 minutos caminando desde tu casa? Y con todo lo que necesitas me refiero a todo lo necesario para desarrollar tu vida cotidiana, es decir: el trabajo, la escuela, el supermercado, la farmacia, el centro de ... salud, el parque para pasear con tu mascota, lugares de ocio y compras o espacios en los que simplemente pasar el rato. Ahora, haz esta reflexión: ¿a cuántos de esos lugares que acabo de mencionar acudes habitualmente en coche porque no los tienes suficientemente a mano como para ir caminando? ¿a cuántos lo haces en transporte público?
Si tu respuesta es que puedes ir caminando a todos ellos, enhorabuena, porque eres afortunado. Si es que puedes alcanzar la mayoría entre caminando y en transporte público, estás en una de esas ciudades que han hecho los deberes. Pero lo más seguro es que tu respuesta no sea muy diferente a la que vayan a dar la mayoría de los ciudadanos que se hagan esa pregunta, por un motivo: desde que el automóvil se impuso como el rey de los desplazamientos a partir de los años 50 y 60 del pasado siglo, las ciudades se han construido y adaptado para resolvernos la vida diaria en automóvil. La realidad sobre el territorio es que hemos construido ciudades desde la lógica del tiempo que tardamos en recorrerlas, pero medido en el tiempo que necesitamos al volante.
Noticia Relacionada
Álvaro Bravo
Seguro que has visto miles de veces el clásico anuncio que reza: «nueva promoción de viviendas en La Cistérniga, a tan sólo 20 minutos de Valladolid», por ejemplo. No es un lema inocente porque revela dos cosas: por un lado, que, efectivamente, el promotor cuenta con que tengas tu propio coche, porque de lo contrario ir caminando desde La Cistérniga hasta Valladolid te llevaría en torno a una hora y media (podéis hacer la prueba en Google Maps); y la segunda y más importante: te está diciendo que, aunque te vayas a vivir a La Cistérniga, seguirás estando vinculado a Valladolid ciudad, y por eso te vende como principal activo ese poco tiempo de viaje en coche hasta la capital. ¿Por qué?
Porque en La Cistérniga, amén de la calidad de la promoción y lo deseable que sea ese nuevo barrio, seguramente no vayas a encontrar todo lo que necesitas para desarrollar al 100% tu vida cotidiana allí y necesitarás de esos desplazamientos para moverte bien a tu trabajo, bien a cualquier otro servicio que encuentres en Valladolid y no en el municipio metropolitano. Si no, te venderían como lema: «con todo lo que necesitas a pie». Nada nuevo bajo el sol, es el modelo de las ciudades dormitorio que, por otro lado, tampoco son ningún capricho pues nacen al calor de unos precios más asequibles para todos, porque el vivir en la capital, donde la concentración de actividades y servicios hacen que los precios allí sean más elevados, te hacen plantearte que, por el mismo precio, igual quieres o necesitas una casa más grande. Pero eso sí, más alejada. Y ahí está otra de las claves: ¿qué es alejada? ¿alejada de dónde?
En este punto es donde entra el modelo de la ciudad de los 15 minutos que planteaba por primera vez, en este contexto, el urbanista y científico franco-colombiano Carlos Moreno. La pregunta es: ¿y si toda esa accesibilidad a todo lo que necesitas para vivir existiera en todos los lugares y eso te permitiera prescindir de tu coche o reservarlo para esas otras ocasiones más puntuales fuera de la cotidianidad? Digamos que este modelo viene un poco a cuestionar y, en cierta medida, a contradecir todo lo que hemos estado haciendo en España en los últimos 40 años.
Y lo hace porque plantea un cambio radical en la escala. La ciudad pensada en el tiempo que inviertes recorriéndola, pero no en coche, sino a pie. Es decir - y los más veteranos seguro que me apoyan en esto - como se había hecho «toda la vida» antes de que llegara la fabricación en masa y los 600 a nuestro país. Sin perjuicio de reconocer que también fue ese modelo de desarrollo el que trajo un exponencial ritmo de crecimiento y apertura económica a muchos lugares donde nunca se había experimentado.
Más artículos del autor
Antonio Giraldo
Antonio Giraldo
Pero ni las ciudades ni las sociedades son estancas, ni las características, cualidades o retos a los que nos enfrentamos inmóviles. El concepto de ciudad de 15 minutos no pretende en ningún caso desandar lo andado sino, simplemente, el señalar un camino alternativo por el que seguir. Un camino que pasa por reclamar servicios como escuelas o centros de salud de barrio, guarderías próximas, parques próximos, el mantenimiento del pequeño comercio de barrio que se aleje del modelo de grandes superficies en la periferia, un modelo de planificación urbana más mixto donde se priorice la rehabilitación y regeneración urbanas y donde se intercalen residencias con actividades económicas de modo que pueda existir oferta laboral próxima así como una jerarquía viaria donde unas calles prioricen el paso peatonal, otras sean de convivencia y otras actúen como arterias canalizadores del tráfico, o incluso un nuevo modelo de conciliación laboral que permita reducir el efecto de «hora punta» diario al concentrar la entradas y salidas de los empleos en las mismas franjas horarias.
En los trabajos oficiales sobre este modelo de planificación urbana se dice que se buscan espacios donde se proporcione acceso a seis necesidades básicas: habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender y descansar. Y otra vez apelo a los más mayores; y es que no es otra cosa que la «vida de barrio» que hemos tenido siempre en las ciudades españolas.
En Valladolid partimos con una doble ventaja: por un lado, por cómo hemos diseñado las ciudades en el mundo mediterráneo, densas y más bien compactas a diferencia de, por ejemplo, cómo son en el mundo anglosajón [esas grandes extensiones de viviendas unifamiliares irremediablemente dependientes del coche], y, por otro lado, el mero hecho de que Valladolid se sitúa en una escala de tamaño de ciudad idónea para aplicar un modelo como el de los 15 minutos. No tiene grandes distancias insalvables como pueda haber en Madrid -y por eso se habla también de ciudades de 15 minutos y territorios de 45 -y tiene un buen equilibrio entre servicios y residencias. Valladolid ya es una ciudad relativamente próxima.
Si bien es cierto que al igual que otras tantas ciudades, durante los periodos de desarrollismo inmobiliario, él último localizado en la primera década de este siglo, se ha urbanizado «al peso» con el foco puesto en otras prioridades que la de favorecer la proximidad. Los retos, como mencionaba antes, ahora son diferentes. El cambio climático, la eficiencia de los recursos o la descarbonización del transporte pasan ahora por retomar, quizá, algunos de esos modos de vida que ya disfrutaron nuestros abuelos y abuelas – sin romantizar nada, pues el nivel de vida actual no es comparable al de entonces – con lo mejor que nos ha dado la experiencia de todos estos años sumado a las nuevas tecnologías y lógicas del mundo laboral y social, como pueden ser nuevas formas de vivienda como el cohousing, o nuevas maneras de trabajar como el teletrabajo.
No es ningún secreto que, generalmente cuando preguntas qué ciudades tienen mayor calidad de vida, suelen ser las ciudades de un tamaño mediano, bien conectadas, con buenos servicios de transporte público, y con destacadas oportunidades y dotaciones, las que mejor salen paradas en estas respuestas. En detrimento de las grandes capitales, donde las dinámicas de flujos y sus problemas asociados, así como los precios y otros factores, las hacen ser esos grandes monstruos donde sí, existen más oportunidades, pero a cambio de un precio mayor. Es el buen equilibrio de ciudades como, en este caso, Valladolid donde la gente tiende a valorar mejor otras cualidades que se alejan de esas dinámicas. Y sospecho que no son esas que rezaba el lema de la promoción en La Cistérniga, sino más bien otras asociadas a este modelo de ciudad de 15 minutos.
Y tiene todo el sentido del mundo pues, al final del todo, lo que más valoramos es siempre el tiempo. Y seguramente plantear cómo hacemos nuestras ciudades en base a ese tiempo, pero medido en una escala saludable, sostenible e igualitaria, seguramente sea un éxito.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.