Valladolid baja las persianas por vacaciones

A quien retrasa su apertura vespertina hay que sumar aquellos comercios que, con la venida del popular puente de agosto, deciden parar su actividad para disfrutar de unos merecidos días de vacaciones. El centro dibuja un panorama que no se repite en la ciudad en ningún otro momento del año. Una postal de cierres y vacaciones durante quince días que dejan la ciudad casi vacía con los vallisoletanos llenando playas y pueblos.

El presidente de la Federación de Comercios y Servicios de Valladolid y provincia (FECOSVA) Jesús Herreras apunta a que el puente supone la «oportunidad perfecta» para los pequeños comerciantes para tomarse unos días de vacaciones: «Esta es probablemente la semana de menos ventas en Valladolid por lo que el impacto de cerrar un par de días es mínimo». Aunque reconoce que la federación no tiene datos concretos sobre cuántos comercios adscritos han bajado la persiana esta primera quincena de agosto, si puede asegurar que este es el mes con menos actividad para los comercios vallisoletanos: «Sabemos que las ventas caen en verano tras el inicio de las rebajas, pero los empresarios no renuncian a abrir su negocio, aunque lo hagan bajo mínimos al darle vacaciones a sus empleados o se apoyen de familiares para ofrecer su servicio».

Desde la Agrupación Vallisoletana de Comercio (AVADECO) coinciden en el análisis y añaden que la solución de muchos de sus asociados es reducir la jornada, sobre todo por la tarde, para evitar abrir a las horas de más calor. El mejor ejemplo de esta adaptación de horarios al clima se da en la calle Mantería. En un paseo a lo largo de una de las vías comerciales más importantes de la ciudad, abundan los carteles con letras en negrita que avisan en la mayoría de los escaparates que la apertura de tarde se retrasa a las 17:30 horas. Rafael Monedero, presidente de AVADECO ve positivos estos cambios adaptándose al clima ya que «se reducen las horas muertas en las que los clientes no salen a la calle por el calor», lo que se traduce en un ahorro para las tiendas: «Con el cierre en las horas centrales las tiendas evitan el gasto energético de climatizar el local».

Las dos grandes asociaciones de comercio de la ciudad comparten además su optimismo con respecto a la buena campaña de rebajas al inicio del verano. Rafael Monedero, explica que a pesar de una «climatología adversa» que trajo a la ciudad calor extremo ya desde las primeras semanas de julio, las rebajas este verano han funcionado mejor que las del año 2023. Observación que comparte el presidente de FECOSVA, pero que achaca al éxito de los saldos veraniegos el mal tiempo de las últimas semanas de junio: «Las lluvias del final de la primavera retrasaron al verano algunas compras lo que se tradujo en un aumento de las ventas con descuento, aunque supuso un menor margen de beneficio para los comerciantes».

Las vacaciones se notan también en tráfico. Los habituales atascos a las entradas de los polígonos industriales de Valladolid cesan durante la primera quincena de agosto, cuando la actividad en los mismos se reduce. Ejemplo de ello son los viajes en bus urbano que publica Auvasa. El mes de agosto es, de nuevo, el más flojo del año en cuanto a pasajeros de bus. En 2023 Auvasa registró apenas 1.500.000 viajeros en sus líneas, muy por debajo de los más de dos millones que se suben a los vehículos el resto de meses del año.

Además Auvasa destaca en sus datos de 2023 como, precisamente las líneas que pasan por los diferentes polígonos de Valladolid son de las más afectadas. Con una afluencia que normalmente ronda los 6.000 pasajeros mensuales, las líneas 'P' de Auvasa registraron un bajón hasta los 3.800 usuarios en agosto, sólo comparable a lo que sucedió en enero, con una cifra similar.

No sólo la actividad comercial está bajo mínimos, también lo están la administración y la justicia. Organismos como las Cortes de Castilla y León recogen en su reglamento la suspensión de las sesiones en los meses de enero y agosto, centrando toda su actividad en los periodos ordinarios entre febrero y julio y entre septiembre y diciembre. Tan sólo una petición extraordinaria de la Junta, de la Diputación Permanente o de una quinta parte de los Procuradores puede suponer que se traslade la actividad a los meses de descanso del parlamento regional.

En otros organismos, como el Ayuntamiento de Valladolid el equipo de Gobierno encabezado por el alcalde Jesús Julio Carnero aprovecha estas fechas para tomar sus vacaciones. Esto se traduce en una agenda institucional prácticamente en blanco, con algunas de las funciones de la concejalía derivada a los directores de área que se quedan, si no es que se han marchado también a descansar, a la cabeza de cada carpeta municipal.

Lo mismo sucede con la justicia. La Ley Orgánica del Poder Judicial dispone que serán inhábiles los días del mes de agosto para todas las actuaciones judiciales, excepto las que se declaren urgentes por las leyes procesales. Es decir, en el mes de agosto no se practican, salvo excepciones, las notificaciones a operadores judiciales (abogados, fiscalía, etc.) y se interrumpen los plazos establecidos por ley en procesos judiciales (apelaciones, presentación de pruebas…).

Desde el Tribunal Superior de Castilla y León aseguran que esto «no significa que no se trabaje durante el mes de agosto». Los juzgados siguen recibiendo y registrando escritos durante este mes, pero a quienes implica el litigio ven retrasado el proceso hasta le vuelta de la actividad a principios de septiembre. «Se lleva a cabo un trabajo de oficina que, entre otras cosas, puede suponer dictar sentencia de juicios ya celebrados». No obstante los juzgados de guardia trabajan de forma habitual dada su naturaleza, dando respuesta a los litigios que se deben celebrar por su urgencia. Lo mismo sucede con la jurisdicción penal, que goza de su propia regulación ya que todos los días del año y todas las horas son hábiles para la instrucción de las causas criminales.

El contraste en el centro lo aporta la hostelería. A pesar de la 'huida' veraniega de los vallisoletanos y la falta de turistas en la calle por el intenso calor de este verano, la hostelería no cesa en su actividad. Los bares y restaurantes con letreros en sus persianas bajadas avisando del pertinente descanso del personal son una anécdota frente a los que sí permanecen abiertos.

La plazas Mayor y Martí y Monsó, las calles Calixto Fernández de la Torre, Correos y Campanas son algunas de las más importantes vías hosteleras de la ciudad y sus terrazas continúan colocadas en esta semana a pesar de contar con menos clientes de lo habitual, pero que siempre cuentan con consumidores que se acercan a disfrutar de la variada oferta gastronómica de Valladolid.

El Valladolid vacío toca a su fin. La mayoría de vallisoletanos emprenden el camino de vuelta a casa a finales de esta semana con el comienzo de la segunda quincena de agosto. El siguiente hito, las fiestas que dentro de algo más de dos semanas terminarán con la calma veraniega gracias al gentío que acude como cada año a las casetas de la Feria de Día y los conciertos de la Plaza Mayor y Moreras, que traerán de nuevo la vida al centro de Valladolid.