Las Moreras adopta un estilo 'resort' con sombrillas y hamacas gratis

En la mañana de este martes, con el mercurio a veinte grados -no muy alejado de la máxima de hoy que se sitúa en 26- la playa presentaba una imagen renovada. La nueva arena, ya acondicionada, junto a lo que es la gran novedad. Un nuevo sistema de duchas y, lo más demandado, un pequeño complejo de hamacas. Una remodelación para una playa tan asidua por los vallisoletanos que algunos llevan veraneando allí más de cuarenta años.

Entre los trabajos realizados por el Ayuntamiento -que han supuesto una inversión de 85.000 euros-, destacan las nuevas duchas instaladas. Un total de tres, dos adaptadas y un lavapiés, ubicadas sobre una bancada de madera de pino de 3,3 X 1,50 X 0,25 metros. Cuentan con un diseño en forma de ala que permite su utilización por parte de usuarios con movilidad reducida o silla anfibia. Además, la columna cuenta con un grifo lavapiés y pulsadores temporizados para los diversos rociadores.

El plato fuerte, lo aportan las sombrillas, tan característicos de los chiringuitos de la costa con su parasol de brezo, y las tumbonas de madera ancladas en la arena. Un total de siete hamacas y doce sombrillas repartidas por el arenal -cuatro al lado izquierdo del chiringuito y tres al lado izquierdo- creando así dos zonas de estancia para el libre uso de todos los vallisoletanos. Estos nuevos elementos serán retirados los días previos a las fiestas de la ciudad, con el fin de evitar cualquier acto vandálico. Una vez transcurrida la semana -siempre y cuando acompañen las condiciones climatológicas- se volverán a instalar hasta la llegada de las malas temperaturas, cuando volverán a ser retiradas como se hacía hasta ahora con la antigua ducha instalada.

La remodelación, por otro lado, ha incluido la reparación de varios bancos, en total se han barnizado nueve, a lo que hay que sumar los ocho nuevos que se han instalado en la parte más cercana a la arena. La torre de vigilancia, también ha sido renovada con una nueva capa de pintura, así como la zona de ejercicios biosaludables -próxima al paseo-, donde se ha renovado la pintura de los aparatos y se ha acondicionado el suelo con tierra para eliminar los baches. A la par que se ha instalado otra fuente de agua potable que estará disponible para los transeúntes y sus mascotas.

El lavado de cara, también ha mejorado la iluminación. Se han sustituido una veintena de lámparas de proyectores de 150 vatios por unas nuevas con proyectores de 250 vatios. En cuanto a los contenedores de residuos situados a la entrada de la playa, se dispondrá en otra ubicación con un sistema de ocultación.

El arenal de Las Moreras, ese pequeño oasis para muchos -al igual que sus zonas verdes- del que cabe recordar que la pasada semana los remolques continuaban trasladando las 1.500 toneladas de la nueva arena, en lo que fue el preludio de esta campaña de mejora de la zona.

Una renovación, que desde el Ayuntamiento, aseguran que «mejorará el entorno, y que se podrá usar de manera completa durante la temporada estival. A la par que aseguran que estas nuevas instalaciones suponen un lavado de cara a un espacio que llevaba veinte años sin renovarse». Y que ha sido posible gracias a la acción coordinada de las concejalías de Urbanismo y Vivienda, Medio Ambiente, Participación Ciudadana y Deportes, a través de la Fundación Municipal de Deportes, y Tráfico y Movilidad, mediante Servicio de Espacio Público e Infraestructuras, con el objetivo de convertir la zona del Pisuerga en centro de vida deportiva, cultural y de ocio de los vallisoletanos.

Unas bajas temperaturas, muy lejanas a las que se venían cosechando en la capital del Pisuerga -que este lunes finalizaba su cuarta ola de calor-, que no han desanimado a los vecinos de la zona. Y es que a las diez de la mañana, ya con la toalla en una mano y un buen libro en la otra, se hacían con su pequeño trocito de arena en una playa que presentaba un gran ambiente. Por el momento, pocos vecinos eran los que se atrevían a probar las nuevas tumbonas y sombrillas, aunque sí captaban la atención de la mayoría de los transeúntes que aprovechaban el fresco de la mañana para dar un paseo por la orilla del Pisuerga.