Hasta aquí hemos llegado. La frontera era la Ronda Exterior. Más allá, lo rústico. Así se determina en la última revisión en el Plan General de Ordenación Urbana, que borró del mapa aquellas grandes bolsas periféricas de suelo que dibujó el PP y que los ... tribunales tumbaron por innecesarias y caras para el erario público. La ciudad ha culminado su expansión residencial hacia el sur. Ya no puede crecer más, a no ser que se vuelva a modificar el planeamiento. Para recalificar siempre hay tiempo.
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Una legión de obreros bajo decenas de grúas que no dejan de mover palés de ladrillos trabaja a pleno rendimiento en el último sector para viviendas que quedaba vacante en el límite urbanístico más meridional del municipio, el espacio más goloso, durante décadas, desde el punto de inmobiliario. El desarrollo de la segunda fase de El Peral –treinta y tres hectáreas de terreno delimitadas por la VA-30, el Camino Viejo de Simancas, la Cañada Real y la calle Alcaparra– avanza a un ritmo frenético y todo apunta a que el sector se completará con rapidez.
Ahí va un dato para hacerse una idea. El diseño definitivo del área, con capacidad para unas 1.200 viviendas, el grueso de ellas gama alta, se aprobó en Junta de Gobierno municipal en agosto de 2019. Entonces, esta vasta extensión era un erial. Tres años después y con una pandemia de por medio, que paralizó toda actividad, está prácticamente urbanizada a la espera de su estreno. Aún hay zonas valladas, principalmente las de la franja que da al Colegio de El Pilar, y los juegos infantiles todavía lucen brillantes, aún sin el desgaste del uso de los futuros chavales que residirán en este enclave. La vertiente del Camino Viejo, en la que se abre otro gran parque, ya está entregada al Ayuntamiento. En total, este entorno en construcción cuenta con casi de cuatro hectáreas de zonas verdes, de las que 2,7 ya están abiertas al uso público.
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La inversión para crear la trama de calles, redes de suministro y saneamiento y los jardines ha alcanzado los doce millones de euros y promotoras relevantes como Kronos Homes, Vía Célere o Aedas ya están edificando o publicitando sus espacios en las 19 grandes parcelas con las que cuenta el ámbito. Fuentes del sector con presencia en El Peral estiman que las primeras viviendas –la primera de las dos fases de la promoción Nolita– se ocuparán está próxima primavera.
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La posibilidad de acompasar urbanización y construcción, recogida en el Reglamento de Urbanismo de la Junta, ha activado el desarrollo para aprovechar la ola del repunte de ventas de viviendas que se ha registrado en los últimos dos años. Ante la incertidumbre que se avecina, los dueños del suelo han optado por pisar el acelerador para no dejar en barbecho la inversión. Además de las empresas antes citadas, en la zona están presentes Libra, Geoxa o Pavalgán (división inmobilaria de Vega Sicilia), entre otras, así como un par de promociones en cooperativa. En el último año, cerca del 20% de las 1.343 viviendas nuevas autorizadas por el Consistorio en toda la ciudad corresponden a esta segunda fase de El Peral.
Reconocidos estudios de arquitectos locales como los de Óscar Ares, Paredes y Rivas o Bentabol y Rodrigo han sido los encargados de plantear esta segunda fase del barrio de El Peral, con el diseño de unas promociones que destacan por su esponjamiento. Nada de grandes bloques en altura. Chalés y manzanas abiertas plurifamiliares en construcciones de baja más tres o cuatro plantas son protagonistas en una ubicación con buenas conexiones tanto al interior del cogollo urbano como a la circunvalación exterior.
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Los 'render' o recreaciones infográficas que ofrecen las promotoras para captar a sus clientes muestran amplias zonas comunes con jardines, piscinas, zonas de juego para los niños, gimnasios...
Atentos, porque para desembarcar en estas promociones hay que tener una cartera potente. Los que construyen ofrecen precios. Aquí van algunos. Para una vivienda unifamiliar la horquilla se sitúa entre los 350.000 y los 450.000 euros. Si el comprador no llega a esto, tendrá que compartir vecindad en los edificios plurifamiliares, que pueden adquirirse, garaje y trastero incluido, desde los 220.000 hasta los 390.000 dependiendo del número de habitaciones y situación dentro del inmueble. Hay ofertas algo más económicas, pero el rango medio se mueve en esas cifras, al menos en lo que ahora está en venta. En todos los casos, en la publicidad de las inmobiliarias se destaca la eficiencia energética que acompaña a estas edificaciones.
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El cierre del barrio de El Peral junto a la VA-30 seguirá siendo una zona de dotaciones públicas. Al Punto Limpio del Camino Viejo de Simancas, el depósito municipal de vehículos y las instalaciones de la perrera del Ayuntamiento, situadas estas dos últimas en la calle Padre Bernado Hoyos, que actúa como frontera de la zona destinada a viviendas, se sumará en los próximos meses un parque de maquinaria de la Junta de Castilla y León. El Consistorio acaba de ceder a la Consejería de Movilidad y Transformación Digital una pieza de más de 10.000 metros cuadrados para ubicar en ella una base operativa del personal dedicado a la conservación de las carreteras. Además, en estas instalaciones se realizarán las labores de guarda y mantenimiento básico de los vehículos destinados al arreglo de la red viaria provincial y autonómica, según informan desde este departamento del Gobierno regional. Más allá de la circunvalación exterior, el Consistorio de la capital cuenta también con la estación depuradora de aguas residuales que da servicio al municipio y a pueblos del alfoz.
Fuentes con promoción en marcha en el área auguran una buena salida inmobiliaria para la zona. En general, el perfil es el de familias que buscan una vivienda de reposición o reemplazo, que mejore las condiciones de la que ocupaban, aunque también están entrando inversores para el alquiler, con la idea de lograr una rentabilidad de entre 3% y 4%. En el caso de los bajos comerciales, presentes en algunos de los bloques en altura, las mismas fuentes avanzan que ya se han recibido consultas por parte de empresas hosteleras y negocios de tipo asistencial, como consultas de fisioterapia y odontológicas.
Que se espera movimiento a futuro también lo constata que Mercadona optara por trasladarse a finales de 2020 a una nueva nave más grande en la calle Alcaparra, justo enfrente de donde se inicia esta segunda fase.
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En esta zona aún en construcción y pendiente de estrenarse también habrá hueco para hogares más económicos, ya que el Ayuntamiento de Valladolid cuenta con tres parcelas residenciales con capacidad para 181 pisos que el Consistorio enajenará en su momento. Al tratarse de suelo público el destino final tiene que ser el de vivienda protegida. El plazo que se maneja para que esta ampliación del barrio de El Peral se complete al 100% es de unos ocho años.
La eliminación de las grandes bolsas de suelo urbanizable en la periferia de la capital, que primero tumbaron los tribunales tras los recursos de Ecologistas en Acción y que fue ratificada por el equipo de gobierno municipal en el planeamiento ahora vigente, no supone, de momento, un déficit de suelo residencial en la capital. Ni mucho menos. Aquellas denominadas áreas homogéneas, con capacidad para 60.000 hogares, son hoy, en su mayoría, suelo rústico. El Plan General de Ordenación Urbana, aprobado en 2020, recoge sectores dentro del anillo de la Ronda Exterior con capacidad para 49.413 nuevas viviendas. Una parte importante son las 24.572 en suelo urbano y otras 24.841 en sectores urbanizables. Entre ellas, destacan los 5.700 pisos en los tres ámbitos ferroviarios, 500 en la Azucarera, 460 en Las Flores, 900 en Cenicero, 1.000 en sector 53 (canal del Duero), 1.500 en la segunda fase de Los Santos o las 3.000 previstas en la zona de La Florida.
Hay pues espacio suficiente para que Valladolid crezca, aunque ya no en extensivo, como permitía la antigua ordenación, un modelo caro porque obliga a llevar los servicios hasta estas zonas. Los pronunciamientos de los jueces subrayaron entonces que en ese cinturón del término municipal no estaba acreditada la necesidad de más viviendas cuando la población de la ciudad, además, estaba a la baja.
Por su parte, el sector de la construcción consideró que esos argumentos eran poco flexibles y algo arriesgados, ya que se cerraba la puerta al desarrollo de unos terrenos que podrían ser necesarios en un futuro. Los promotores recordaban, además, los más de 150 millones de inversión destinada a la compra de esos suelos.
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