Valladolid

La última vez que el viaducto de Arco de Ladrillo sobrevivió a una condena de demolición

«El paso subterráneo más largo de la ciudad comenzará a construirse en junio de 2010 y conducirá los 20.000 vehículos que circulan a diario en dirección al centro», decía El Norte de Castilla el día 28 de junio de 2009. Había varias similitudes con la situación actual. La empresa encargada del proyecto para construir un paso subterráneo ya estaba en ello. Debía entregarlo pocos meses después, en octubre, mientras que ahora se está a punto de recibir el proyecto constructivo. Se calculaba que las obras empezarían en un año, y ahora se habla de un plazo de en torno a seis ó siete meses.

Incluso el plazo para las obras era similar al que se puede dar ahora, en torno a 24 meses.

Y había un problema de tráfico en ciernes. De hecho, se explicaba que no se acometería el cierre del Arco de Ladrillo mientras no se culminaran las obras en la Ronda Exterior Sur y la avenida de Salamanca. «La envergadura de los trabajos obliga a contar con itinerarios alternativos viables para evitar un colapso circulatorio», decía El Norte citando a fuentes de la sociedad Valladolid Alta Velocidad.

Por si todas estas coincidencias fueran pocas, aún había más. Mientras se hablaba de toda esta operación, el Arco de Ladrillo se encontraba en plena reforma, unos trabajos realizados a cargos de los fondos del plan E que costaban 3,2 millones de euros.

¿Y las diferencias? Pues importantes. Primero, proque era mucho más largo, 780 metros. Y porque era solo de entrada y con tres carriles, dos hacia Hospital Militar y uno por Puente Colgante. «Cien mil coches sufrirán cada día el cierrede Arco de Ladrillo y Puente Colgante», calculaba el Ayuntamiento y reflejaba El Norte. Y se añadía un mapa de reordenación de la movilidad que, cosa curiosa, es muy similar al que podría darse ahora. Con las dos rondas para aliviar el tráfico y el desvío del eje Juan Carlos I-Daniel del Olmo. Eso sí, esta vez con el viaducto de Daniel del Olmo mermado por su mala salud. Y por Farnesio hacia Labradores, algo que tendrá que esperar, en este caso, a noviembre. «32 millones de euros gastará la Sociedad Alta Velocidad en el túnel para coches de Arco de Ladrillo», se explicaba.

Era ya marzo de 2010 y solo quedaba que el consejo de administración de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad se reuniera y adjudicara la obra.

Pero.

El 'pero' lo cambia todo. En diciembre de 2012 el Ministerio de Fomento se reunía con el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, que ya no ponía fecha al inicio del soterramiento. Entonces ya se hablaba, si se reactivaba, de que en 2013 se desmontaría el Arco de Ladrillo monumental para después derruir el viaducto. Y el túnel se ejecutaría en 2014. Y el soterramiento podría concluirse en torno a 2019, aunque Richard Rogers matizaba después que el nuevo Valladolid, con todo soterrado, urbanizado, renaturalizado y con las nuevas viviendas rebosantes de vecinos, tardaría 25 años en hacerse realidad.

Una encuesta preelectoral de El Norte, en mayo de 2011, realizada por la empresa Ikerfel, decía: «El 71,7% de los vallisoletanos consideran que las obras del plan Rogers no se ejecutarán a corto plazo«. Y titulaba Mar Domínguez, actual directora del periódico 'Hoy': »Incrédulos con el soterramiento«.

Mayo de 2011. Incrédulos con

el soterramiento

El 71,7% de los vallisoletanos consideran que las

obras del plan Rogers no se ejecutarán a corto plazo