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El viaducto de Arco de Ladrillo estrena quitamiedos y se cortará entero este fin de semana«Es un guardarraíl reforzado, como los de las autovías, que deben soportar el impacto de un camión», destacan los operarios que este jueves están rematando los trabajos de rehabilitación del primer lateral del viaducto de Arco de Ladrillo, el de entrada al centro, donde ... están colocados ya los nuevos quitamiedos y donde están reponiendo las farolas para poner fin a la primera fase de la intervención de urgencia para remozar los bordes del veterano paso sobre las vías, donde se mantiene desde finales de mayo dos carriles cortados en cada sentido y donde se mantienen desde entonces los atascos casi perpetuos prácticamente a cualquier hora del día al quedar reducida la circulación a un solo carril de entrada y de salida de la ciudad.
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El final en plazo de esta primera fase implicará el corte total del viaducto durante el próximo fin de semana, cuando permanecerá cerrado a la circulación entre las 22:00 horas del sábado y las 15:00 horas del domingo para facilitar los trabajos de los obreros, con maquinaria pesada, para trasladar los separadores de hormigón que hasta ahora cerraban el carril cercano al borde recién remodelado -para garantizar la seguridad de los operarios- al contrario, el del lateral de salida hacia el paseo de Arco de Ladrillo y la avenida de Madrid. El paso, no obstante, «se abrirá en cuanto concluyan los trabajos y podría reabrirse antes de la hora prevista», apuntan fuentes municipales.
De manera que el viaducto, que cumple seis meses de obras -uno para realizar catas en el tablero y otros cinco para remozar el primer lateral-, volverá a reabrirse a primera hora de la tarde del domingo (1 de diciembre) con un solo carril en cada sentido y dar paso así al inicio de la segunda fase de rehabilitación del borde del tablero contrario. Y así permanecerá, en principio, durante los próximos cinco meses si, como ahora, se cumplen los plazos previstos del final de la obra completa. Dicho plazo finaliza el 30 de abril de 2025.
Para entonces se asfaltará la calzada y se reabrirán, si no surgen imprevistos, los cuatro carriles del viaducto a expensas de su futuro a medio plazo en función de lo que ocurra con el proyecto de demolición para construir un paso subterráneo en el marco del plan de integración ferroviaria.
El enésimo parche en el maltrecho viaducto de hormigón, inaugurado en el mes de septiembre de 1964, hace algo más de sesenta años, ha costado 2,3 millones de euros (350.000 más de lo previsto inicialmente) y obedece, según justificó en su momento el concejal de Movilidad, Alberto Gutiérrez, a que una inspección técnica realizada a principios de año detectó que el estado de sus bordes y de sus viejos quitamiedos era «aún peor de lo que se esperaba».
De ahí que el Ayuntamiento anunciará el 30 de mayo su decisión de intervenir de urgencia en el paso elevado, sin esperar a la resolución sobre su demolición, y que esa misma madrugada, ya del día 31, se cortará un carril en cada sentido y se limitará la velocidad a 30 kilómetros, con la prohibición expresa del paso de bicicletas y patinetes por sus ahora estrechas calzadas. El primer mes de corte se empleó en realizar catas para determinar las actuaciones a realizar y el 1 de julio comenzó la primera fase de la intervención en sí en el lateral del lado que mira a la estación que concluirá en plazo este sábado (31 de noviembre).
Los operarios, en este sentido, han colocado este jueves las últimas de las quince farolas del lateral aún en obras, que antes de estaban acopladas al interior del tablero y que ahora se han instalado sobre unos voladizos metálicos por su parte exterior. En cuanto al borde del tablero de 413 metros de longitud, allí se han colocado ya los nuevos quitamiedos, unos guardarraíles de más de un metro de alto y que cuentan con una triple bionda (barras horizontales) de seguridad con postes verticales cada 2,5 metros. «Se trata de un sistema de máxima seguridad para soportar, en principios, impactos muy violentos como en las autovías de gran capacidad», explican fuentes municipales. Los guardarraíles están clavados sobre un bordillo de hormigón que se eleva en torno a veinte centímetros sobre la calzada. Y esta misma intervención será la que se ejecute ahora al otro lado del tablero.
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Esta parte final de la primera fase de las obras mantiene cerrado el vial de servicio que discurre por el lateral de los pilares del puente, entre la calle Puente Colgante hacia el paseo del Hospital Militar, que se reabrirá, en principio, a partir de la tarde del domingo, cuando las obras se trasladen al otro lado del tablero, del lado de la estación de autobuses, y se supriman presumiblemente los estacionamiento junto a sus pilares. Las obras, en paralelo, han suprimido provisionalmente la concurrida parada de autobuses urbanos situada bajo el tablero del paso elevado -del lado de Puente Colgante que discurre en sentido a Recondo y la estación ferroviaria-, que ha sido traslada unos metros más atrás, a la altura del número 3 de la propia calle Colgante (líneas 2, 9, LC, LP, M1, P13, B1 y F2) y unos metros más adelante, en el número 2 de Recondo (línea LD).
El viaducto de Arco de Ladrillo, que en los últimos diez años ha sido sometido a infinidad de parches para estirar su vida útil, fue probado por vez primera el 10 de septiembre de 1964 y se abrió a la circulación una semana después como punto de paso sobre las vías de la carretera de Madrid (N-601).
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