Valladolid

La calle Mirabel gana espacio peatonal de cara a su inminente reapertura al tráfico

Y también hoy, como viene ocurriendo desde que comenzaron los trabajos de renovación de las tuberías de agua potable y de reurbanización del citado tramo de la calle Mirabel, se han sucedido la retenciones en la salida de la Rondilla de Santa Teresa, desde el antiguo Río Hortega, hacia San Nicolás, Isabel la Católica y el Puente Mayor (y la avenida de Salamanca).

Los atascos, en principio, tienen los días contados, casi horas, una vez que los trabajos están prácticamente rematados a falta del citado picón de la esquina de Mirabel, que estrenará un parterre ajardinado y aceras adoquinadas en la línea del resto de la calle, y de asfaltar la intersección hacia el tramo final de la Rondilla de Santa Teresa, que también permanecía cortado a la circulación por completo hacia el paseo del Renacimiento, una renovada la tubería de la red general de distribución de agua potable que discurre bajo tierra y que está ya en funcionamiento con una nueva conducción de fundición dúctil (en lugar del obsoleto fibrocemento) de 300 milímetros de diámetro.

La calle Mirabel, no obstante, ha dicho adiós a los viejos baldosines de sus aceras y los peatones pueden circular desde días atrás por las nuevas aceras más amplias, accesibles y adoquinadas con distintas tonalidades de grises. El plazo de ejecución de los trabajos expira el próximo viernes (27 de septiembre) y, si todo va bien, la empresa adjudicataria podrá rematar a tiempo los últimos retoques y La Rondilla recuperará a partir de entonces la normalidad en su concurrida salida al tráfico hacia Isabel la Católica y la avenida de Salamanca después de cuatro meses de retenciones y molestias para los peatones.

Los trabajos de urbanización de este tramo de Mirabel, que viene a completar el ejecutado años atrás en la otra parte de la vía (hacia Tirso de Molina y su desembocadura posterior en el parque Ribera de Castilla), arrancaron el 27 de mayo con estos cuatro meses, hasta el viernes, de plazo de ejecución y sufrieron un breve parón al inicio fruto del hallazgo, en la acera de los números impares, frente a la residencia José Montero, de un tramo de cuatro metros lineales del muro perimetral del antiguo convento de San Nicolás, construido entre 1584 y 1595 (siglo XVI) y desaparecido a raíz de su abandono en 1837 (siglo XIX). Dichos restos, que carecían de continuidad hacia el interior, fueron simplemente catalogados y protegidos antes de volver a ser sepultados y de obligar, eso sí, a modificar ligeramente la trayectoria de la nueva tubería que discurre soterrada a su lado.

Las obras, en cualquier caso, pudieron seguir adelante sin mayores contratiempos y ahora encaran la recta final para la reapertura completa tanto de sus aceras adoquinadas como de los carriles que permanecen cortados desde finales de mayo en la propia Mirabel y en Rondilla de Santa Teresa.