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Dos obras sacan a la luz restos de la muralla del siglo XIII y un convento del XVI en La RondillaEl subsuelo de La Rondilla ha sacado a relucir en las últimas semanas dos episodios del histórico pasado de la ciudad en un entorno que, al igual que otros muchos puntos de la villa fundada por el Conde Pedro Ansúrez entre 1072 y 1074, sufrió ... en sus entrañas el cruel paso de los siglos y de la inmisericorde piqueta causada, en su caso, por diferentes episodios históricos anteriores al siglo XX.
Dos obras diferentes, una de construcción de un edificio y otra de renovación de las tuberías de agua potable, rescataron del olvido los muros más que centenarios de la segunda muralla defensiva de la ciudad, construida entre los siglos XIII y XIV, y los restos del muro perimetral del también desaparecido convento de San Nicolás (siglo XVI). Y todo ello en los dos extremos de la Rondilla de Santa Teresa a apenas seiscientos metros de distancia.
Rondilla de Santa Teresa
El primero de los vestigios, y el más antiguo de los dos, fue localizado a finales de mayo durante las obras de excavación sobre la acera de la Rondilla de Santa Teresa, entre el almacén de pasos procesionales y el acceso al garaje del edificio en construcción del número 1 -el que ocupa el hueco de la antigua residencia de Las Oblatas- para introducir canalizaciones en el bloque de pisos ya edificado y bautizado como Puerta de San Pablo. Allí salió a relucir «la línea de muralla de la segunda cerca de Valladolid», según confirma el arqueólogo Jesús Misiego, de la empresa especializada Strato, responsable de los posteriores trabajos, ya concluidos, de catalogación y protección de la más que histórica base de la muralla.
Los restos de Rondilla de Santa Teresa
Portillo de Balboa
Rondilla de Santa Teresa
Cadenas de San Gregorio
Plaza de San Pablo
La antigua muralla
Sobre el plano de Ventura Seco de 1738 se ve dónde se han encontrados los restos
Rondilla de Santa Teresa
Restos
Colegio de San Gregorio
Convento
de San Pablo
Los restos de Mirabel
IES Juan de Juni
Mirabel
Rondilla de Santa Teresa
Mirabel
Plaza de San Nicolás
El antiguo convento de San Nicolás
Los restos encontrados con al referencia del mapa de Ventura Seco
Restos
Rondilla de
Santa Teresa
Convento de San Nicolás
Los restos de Rondilla de Santa Teresa
Portillo de Balboa
Rondilla de Santa Teresa
Cadenas de San Gregorio
Plaza de San Pablo
La antigua muralla
Sobre el plano de Ventura Seco de 1738 se ve dónde se han encontrados los restos
Rondilla de Santa Teresa
Restos
Colegio de San Gregorio
Convento
de San Pablo
Los restos de Mirabel
IES Juan de Juni
Mirabel
Rondilla de Santa Teresa
Mirabel
Plaza de San Nicolás
El antiguo convento de San Nicolás
Los restos encontrados con al referencia del mapa de Ventura Seco
Restos
Rondilla de
Santa Teresa
Convento de San Nicolás
Los restos de Rondilla de Santa Teresa
La antigua muralla
Portillo de Balboa
Sobre el plano de Ventura Seco de 1738 se ve dónde se han encontrados los restos
Rondilla de Santa Teresa
Rondilla de Santa Teresa
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Cadenas de San Gregorio
Plaza de San Pablo
Colegio de San Gregorio
Convento
de San Pablo
Los restos de Mirabel
El antiguo convento de San Nicolás
Los restos encontrados con al referencia del mapa de Ventura Seco
IES Juan de Juni
Mirabel
Restos
Rondilla de
Santa Teresa
Rondilla de Santa Teresa
Mirabel
Plaza de San Nicolás
Convento de San Nicolás
La segunda cerca de Valladolid, algunos de cuyos tramos salen a relucir con relativa frecuencia a lo largo de su amplio perímetro de 4,3 kilómetros, fue construida a finales del siglo XIII -hay documentación relativa al inicio de las obras a partir de 1297- y rematada en el XIV. Esta muralla, que duplicaba en su perímetro a la primigenia de los siglos XII y XIII partía, al igual que su antecesora, del alcazarejo y el posterior alcázar defensivo erigidos en paralelo sobre los terrenos que hoy ocupa el Monasterio de San Benito, donde hace poco más de un año se descubrieron precisamente los cubos del alcazarejo, la primera fortaleza defensiva de la ciudad, y un tramo intacto de la primera cerca (ambos del siglo XII).
Y ha sido ahora, en la Rondilla de Santa Teresa, una vía que formaba parte del perímetro de la segunda cerca, que abarcaba toda su extensión lineal actual y que guardaba bajo sus muros la ciudad por el norte, donde han salido a relucir los restos de la base de línea de muralla. Piedras con historia, con más de setecientos años de antigüedad, que fueron catalogadas, protegidas y devueltas a la oscuridad del subsuelo.
Los operarios, una vez concluidas las labores arqueológicas, volvieron a cubrir el pequeño tramo descubierto, situado entre el reciente mural de niños portando un enorme lapicero de la pared de la nave que custodia los pasos de Semana Santa del Museo de Escultura, bajo el que parece adentrarse la línea de muralla, y la entrada al garaje del recién construido bloque residencial en el número 1 de la Rondilla de Santa Teresa.
Esta misma semana, de hecho, se ha reducido el perímetro de la valla de obra en torno al edificio y permitido el paso a los viandantes por este tramo de la acera que permanecía cerrado desde el derribo de la antigua residencia de Las Oblatas -en abril de 2022-, un edificio inaugurado en 1978 y que se quedó sin uso a finales de 2021, y el posterior inicio de los trabajos de construcción del residencial Puerta de San Pablo, recién concluido a la espera ahora de los últimos remates y de la entrega de las viviendas este mismo año. El bloque cuenta con cinco alturas y una sexta en su parte central y alberga 39 viviendas de entre uno y tres dormitorios y tres plantas de garaje. Justo en su entrada, bajo la acera, oculta la línea de muralla del siglo XIII que durante centurias protegió el perímetro del casco urbano de la incipiente ciudad de Valladolid.
Aquella segunda cerca sería sustituida por una tercera muralla entre los siglos XVII y XVIII de un perímetro mucho mayor y que utilizaba el Pisuerga como protección natural por el oeste. Los historiadores apuntan a que la ciudad llegó a contar con una cerca anterior, aunque presumiblemente de tapial (barro) y madera, de la que no han hallado vestigios, en torno a un núcleo muy reducido de la villa primigenia anterior al siglo XII.
Calle Mirabel
Y a apenas seiscientos metros en línea recta del tramo localizado de la segunda cerca, al final de la Rondilla de Santa Teresa, aunque en el inicio de la calle Mirabel, una segunda obra, en este caso iniciada el pasado 3 de junio, rescató del olvido los restos, también centenarios, del muro perimetral del desaparecido convento de San Nicolás, construido entre 1584 y 1595 (siglo XVI) sobre los restos de una iglesia anterior y que ocupa la manzana completa entre la actual plaza de San Nicolás, donde estaba el templo -en el espacio de los históricos almacenes Cuadrado (1903-2007), transformado en el gimnasio Al Cuadrado en 2019-, el paseo del Renacimiento, la Rondilla de Santa Teresa y la calle Mirabel.
La intervención, en este caso, responde a las obras de renovación de la tubería de trescientos milímetros de diámetro -se sustituirá la anterior de fibrocemento por otra de fundición dúctil- de agua potable que discurre del lado de los números impares de la calle Mirabel, desde la intersección con Rondilla de Santa Teresa hasta la plaza de San Nicolás; así como el adoquinado de las aceras. Las obras de reurbanización durarán cuatro meses, hasta el 27 de septiembre, y mantienen cortado al tráfico el tramo final de la Rondilla de Santa Teresa y el carril derecho de Mirabel.
Los operarios comenzaron a excavar una zanja longitudinal en paralelo al centro de menores José Montero (cuyas instalaciones ocupan el espacio de los antiguos jardines y huertos del convento) y enseguida se toparon con la base de un muro, de unos cuatro metros. El hallazgo llevó a realizar una inspección arqueológica, de nuevo a cargo de los especialistas de Strato, que determinaron que las piedras en cuestión se correspondían con el muro perímetral que cerraba la parte posterior del convento de San Nicolás (siglo XVI).
Así que, al igual que en la primera intervención, casi paralela, al inicio de la Rondilla de Santa Teresa, los arqueólogos catalogaron y protegieron el tramo de muro del convento para permitir después que continuaran las obras de renovación de la tubería. «Son vestigios que se documentan y protegen bajo tierra al no continuar hacia dentro, donde la residencia (José Montero) fue construida sobre los restos que pudieran quedar de esa parte del convento», explica Jesús Misiego antes de recordar que el convento de San Nicolás, construido entre 1584 y 1595, desapareció prácticamente por completo a raíz de la invasión francesa a comienzos del siglo XIX. Así, fue abandonado definitivamente en 1837 y demolido después (la parroquia se trasladó a su actual emplazamiento en la plaza de la Trinidad).
Los únicos restos que se conservan de la iglesia, que miraba a la actual plaza de San Nicolás -en su memoria-, junto al Puente Mayor, se encuentran en el actual gimnasio Al Cuadrado, que ocupa el espacio levantado sobre el convento de los Almacenes Cuadrado. En su interior, en la sala principal destinada a sus usuarios, muestra muros del siglo XVI y cerchas metálicas en la cubierta salidas de los talleres de Eiffel (principios del siglo XX).
El convento de San Nicolás tuvo su origen primigenio en la época del conde Pedro Ansúrez (siglo XI), cuando se edificó en el mismo terreno, junto al Puente Mayor, una iglesia románica, sobre la que se levantaría ya a finales del siglo XVI la iglesia y el convento de monjas agustinas siguiendo el diseño de Juan de Nates y Pedro de Solórzano (el templo) y de Diego de Praves (el monasterio).
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La ocupación francesa (1808-1814) puso fin al uso religioso del templo y durante el paso de las tropas napoleónicas por la ciudad se desmanteló buena parte del convento, que sería abandonado definitivamente en 1837 y derruido.
El conocido plano de Valladolid realizada por Ventura Seco en 1738 muestra el perímetro completo del convento, que en su momento estuvo protegido por la segunda cerca de Valladolid, la misma cuyos restos han sido localizados ahora en la otra punta de la Rondilla de Santa Teresa.
Las obras de reurbanización de la calle Mirabel, que comenzaron el 3 de junio y que sacaron a la luz un tramo del muro perimetral del convento de San Nicolás, mantienen cortado desde entonces la salida de la Rondilla de Santa Teresa hacia el paseo del Renacimiento y el carril derecho de la propia Mirabel, la salida natural de La Rondilla hacia el Puente Mayor. La duración prevista de los trabajos, que han comenzado con la renovación de la tubería de agua potable que discurre bajo la calzada, es de cuatro meses y garantizan las retenciones en hora punta en este punto hasta su conclusión, prevista para el 27 de septiembre. Al otro lado de la Rondilla de Santa Teresa, al menos, se ha recuperado esta misma semana el carril que permanecía cortado desde hacía más de un año por las obras de construcción del residencial Puerta de San Pablo. Allí se permite también desde esta semana el paso de peatones por la acera bajo la que se ha descubierto un tramo de la segunda cerca de Valladolid.
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