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Un coche circula por la calle Orellana de Arroyo de la Encomienda, junto a la señal que advierte desde diciembre de la presencia de gatos. Imágenes y vídeo de Rodrigo Ucero

El hilo

Una señal que salva la vida de los gatos de un municipio de Valladolid

Arroyo de la Encomienda ha colocado distintivos verticales que alertan a los conductores de la presencia de felinos y, gracias a la medida, «no ha vuelto a haber atropellos». También tienen un hotel para mininos

Berta Muñoz Castro

Valladolid

Sábado, 30 de marzo 2024, 00:01

Desconocidas, curiosas y efectivas. Así son las nuevas señales de tráfico que lucen desde diciembre en el municipio vallisoletano de Arroyo de la Encomienda y que han despertado el interés de vecinos y foráneos. Se trata de un distintivo vertical de forma triangular con un borde de color rojo y un minino en su interior, que no pretenden otra cosa que avisar a los conductores de que por las inmediaciones pululan felinos y acabar así con los atropellos que se registraban hasta que se instalaron. Abro hilo:

↓ La localidad de Arroyo de la Encomienda es, sin lugar a dudas, un paraíso para los felinos. Este municipio vallisoletano que puede presumir de ser uno de los más jóvenes de Castilla y León –sus vecinos tienen una media de edad de 36 años– cuenta con diez colonias donde conviven plácidamente 187 gatos. «Y el 80% están esterilizados», explica Alfonso González Mozo, concejal de Presidencia y Seguridad Ciudadana de un Ayuntamiento que asumió la gestión de las colonias en el año 2021 y que desde entonces destina una media de 20.000 euros al año en servicios veterinarios y al menú diario de los mininos.

Un gato descansa en la colonia del cerro del Cotarro de la Horca.

↓ «Seguimos el método CER», explica González Mozo al otro lado del teléfono, un sistema de control muy efectivo que consiste en capturar a los gatos, esterilizarlos y retornarlos a su colonia con el correspondiente chip y que tiene como objetivo la disminución progresiva del número de ejemplares por asentamiento. Los felinos que forman parte de las diez colonias de Arroyo de la Encomienda son propiedad del Ayuntamiento y son los voluntarios, veintitrés personas de todas las edades, los que diariamente se encargan de dar de comer a los animales. Siempre pienso seco, porque la comida húmeda o casera está prohibida y solo puede ser utilizada por los capturadores en momentos puntuales.

Varios carteles advierten de la prohibición de molestar, sustraer o alimentar a los gatos.

↓ De los voluntarios surgió la novedosa idea de colocar señales verticales para advertir a los conductores de la presencia de gatos y evitar así los atropellos. «En dos meses murieron dos gatos de la colonia más numerosa del municipio, la que está el cerro del Cotarro de la Horca, junto al hotel La Vega», explica el edil de Seguridad Ciudadana. Así que en el Ayuntamiento se pusieron manos a la obra y, después de contar con un informe favorable de la Policía Municipal, encargaron dos distintivos triangulares que a principios de diciembre se colocaron en la calle Orellana. «Aunque uno desapareció antes de que acabara el año y esperamos reponerlo en breve, el que queda parece que ha surtido efecto porque no se ha vuelto a producir ningún atropello», asegura Alfonso González.

En diciembre se colocaron dos señales, pero una desapareció antes de fin de año.

↓ Esta señal de advertencia de peligro no está contemplada en el catálogo de la Dirección General de Tráfico (DGT), pero la normativa nacional no impide que se puedan colocar. Se trata de un distintivo que no obliga a nada, únicamente avisa a los usuarios de la vía de la presencia de estos animales en las inmediaciones. Hasta la fecha, solo existen estos curiosos triángulos en las calles de dos municipios de España: en la localidad murciana de La Unión –donde la alerta de presencia gatuna está acompañada de una limitación de velocidad de 30 kilómetros por hora– y en Arroyo de la Encomienda, donde acaban de poner en marcha otra novedosa iniciativa destinada a los felinos.

Otra iniciativa novedosa en Arroyo es el 'Cathotel', un contenedor de vidrio reconvertido en refugio de gatos. En las fotografías, interior y exterior del refugio de la calle Jorge Juan. Carlos Espeso
Imagen principal - Otra iniciativa novedosa en Arroyo es el 'Cathotel', un contenedor de vidrio reconvertido en refugio de gatos. En las fotografías, interior y exterior del refugio de la calle Jorge Juan.
Imagen secundaria 1 - Otra iniciativa novedosa en Arroyo es el 'Cathotel', un contenedor de vidrio reconvertido en refugio de gatos. En las fotografías, interior y exterior del refugio de la calle Jorge Juan.
Imagen secundaria 2 - Otra iniciativa novedosa en Arroyo es el 'Cathotel', un contenedor de vidrio reconvertido en refugio de gatos. En las fotografías, interior y exterior del refugio de la calle Jorge Juan.

↓ En Arroyo de la Encomienda existe un hotel para gatos. Sí, han leído bien. Es una idea de los voluntarios de la localidad. «En este caso la iniciativa ha partido de los responsables de la colonia felina Villa Gato», matiza Alfonso González. «El 'Cathotel' está en la calle Jorge Juan y es un contenedor de vidrio viejo que se ha reconvertido en refugio en la zona de Las Lomas, cerca del campo de rugby. Está junto a una colonia felina urbana y con el contenedor no solo se protege a los gatos sino que se mejora la imagen de la zona», puntualizan desde el Ayuntamiento.

Un gato cruza la calle Orellana de Arroyo.

↓ Los 23 voluntarios que gestionan y controlan de colonias gatunas de Arroyo están perfectamente organizados. Cada día, sin excepción y en parejas de dos, alimentan a los gatos de forma responsable en los diferentes refugios y observan que los animales no estén enfermos o heridos. Además, colaboran en la búsqueda de mininos perdidos y cuentan con un plan de adopción responsable de aquellos gatos domésticos susceptibles de vivir en un hogar y que son incapaces de sobrevivir a los peligros de la calle.

Mariam Fresneda adoptó hace años a Tea en la perrera municipal de Pontevedra.

↓ Aunque en las colonias hay carteles donde se advierte claramente de la prohibición de alimentar a los gatos, hay vecinos que se toman la libertad de echarlos de comer alterando el buen funcionamiento de la colonias. Mariam Fresneda pasea a diario con su perra Tea por el parque de la calle Orellana y asegura haber visto cómo las ratas se alimentan de los restos de comida que llevan los residentes de la zona. «La gente debe de saber que no pueden alimentar a los gatos libremente, que ya hay voluntarios que se encargan de ello», explica esta vecina de Arroyo, amante de los animales y propietaria de uno de los 2.500 perros censados en el municipio. Lo adoptó en la perrera de Pontevedra hace ya «muchos años».

«Cruzo la calle con la inocencia de un niño». Un cartel trata de concienciar a los conductores de Arroyo.

↓ Mariam pone de relieve algo que está claramente explicado en los carteles informativos que hay en las colonias de Arroyo. «Está prohibido bajo sanción abandonar, molestar, sustraer y alimentar a los gatos». Dar de comer a los felinos de las colonias gestionadas por el Ayuntamiento está tipificado en la ordenanza reguladora de la tenencia, control y protección de animales domésticos de Arroyo de la Encomienda como infracción leve y acarrea una multa de 750 euros. Abandonar a los gatos, según la normativa, es algo más grave y la multa puede llegar hasta los 1.500 euros. Ahí lo dejo.

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