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La residencia Riosol, en Arturo Eyries, que registró esta semana los primeros tres casos de ancianos contagiados en Valladolid que tuvieron que ser hospitalizados, está «completamente a la deriva», según denunciaron ayer familiares de residentes, desesperados y temiendo por la vida de sus seres ... queridos. María Dolores Díaz, que tiene allí a su madre – «está inválida, pero tiene la cabeza bien», dice con voz entrecortada por el llanto– señala que en las últimas horas la situación es crítica. Relata que en la residencia, en la que viven 156 ancianos, muchos de ellos dependientes, «no hay ni médicos, ni material, no tienen nada, hay solo un enfermero que tiene a su mujer con virus en casa, que lleva trabajando 14 horas» y que «el resto de auxiliares están agotadas o con síntomas y algunas de baja». Se lamenta de que el director «está desaparecido» y asegura que «hay enfermos muy graves». Señala que los residentes están confinados en habitaciones de dos en dos para intentar reducir los contagios. Se quejan otros familiares de residentes que, a pesar de que se había dicho que la Guardia Civil estaba pasando por todas las residencias, «por aquí no han llegado».
Coronavirus en Valladolid
Estos familiares reclamaban a las autoridades la urgente intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Riosol lo que, según fuentes de la Junta, iba a producirse en las próximas horas. Otra vecina de Valladolid que tiene a su madre y a su tía en este centro, criticó que en la Junta «se lavan las manos unos a otros, porque se les comunicó lo que estaba ocurriendo desde hace días y se les había pedido un protocolo y que hicieran pruebas a los que estaban en la segunda y tercera planta, donde se produjeron los tres primeros contagios». Ella llamó ayer tarde a su madre y oyó que estaba en cama y que le estaban poniendo el termómetro porque tenía fiebre. Está angustiada.
El mismo enfermero lanzó un SOS pidiendo ayuda a los familiares que llamaban: a partir de hoy no tienen ni guantes «y el buque está a la deriva porque no hay ni médico ni están el director ni la gerente», señalaron estos familiares, temiendo por la vida de sus seres queridos. Varias ambulancias, «que tardaron mucho», se llevaron ayer tarde a los enfermos más graves.
Fuentes próximas a la residencia explicaron que también el director estaba en su casa con síntomas. Al cierre de esta edición, había siete ancianos positivos confirmados, seis de ellos ingresados en el hospital (sin contar a una señora fallecida hace tres días que tenía cáncer y bajo sospecha de estar infectada). Entre los trabajadores hay dos positivos y otros once se han ido a casa con sospecha de contagio, entre ellos, el director. Los mismos informantes indicaron que ya se ha conseguido contratar a siete personas para cubrir estas bajas, que matenimiento está desinfectando por dentro el edificio y que una empresa privada va a hacer a los residentes las pruebas del coronavirus.
La previsión era que la UME se desplazara a Riosol en cuanto terminara de desinfectar anoche la Casa de Beneficencia, el otro gran foco de contagio en Valladolid, en el que ayer por la tarde se confirmaba un tercer fallecido.
El coronavirus ha reducido de forma muy importante los efectivos de personal disponibles en la institución, según reconoció ayer la directora Carmen Serrano, también infectada. Por ello hizo un llamamiento para localizar a 25 personas que puedan realizar labores de auxiliar y 10 más para el servicio de limpieza. «No pedimos voluntarios», aclara Serrano, «aunque los que quieran colaborar serán bien recibidos. Lo que demandamos es personas para contratarlas». La situación es muy delicada, porque 30 de los 80 empleados están en cuarentena. La Asociación busca urgentemente refuerzos para poder atender a los mayores que continúan a su cargo, que son 168 tras fallecer ayer una tercera residente de avanzada edad por problemas respiratorios. Una cuarta se encuentra también en situación muy grave. En el centro están confirmados 27 casos positivos por coronavirus.
Consejos y recomendaciones
La dirección agradece el material sanitario enviado por la Consejería de Sanidad pero reconoce que «sigue siendo insuficiente». Cada trabajador gasta al día 15 pares de guantes. Y las 50 mascarillas de alta seguridad entregadas por Servicios Sociales únicamente tienen una vida útil de 50 horas cada una, lo que obliga a dosificar su uso.
Son ya 23 fallecidos en las 370 residencias, muchas con plantillas al borde del colapso. La Junta permitirá contratar personal sin titulación oficial, siempre que tenga experiencia acreditada en el cuidado de mayores o dependientes.
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