La playa de Las Moreras se prepara para su reapertura con el 30% de su capacidad

Los operarios trabajan desde el lunes con maquinaria pesada para limpiar el terreno, y a mano en los bordes del arenero. «Las últimas lluvias han arrastrado muchísima arena hacia el río y la riada de diciembre dejó también muchas piedras sobre la playa», reitera un responsable de la empresa antes de confirmar que el terreno presentaba muchos más daños que en temporadas anteriores. «Lo primero es limpiar la playa y los campos de arena para después extender una capa de material arcilloso para igualar el terreno y, por último, cubrirlo con una capa de quince centímetros de grosor de arena fina». Esta operación ya está en marcha y las previsiones son de concluir la intervención el próximo viernes. Para entonces se habrán esparcido 1.200 toneladas de material arcilloso y 2.000 más de arena de los pinares de Portillo –nada de arena de playa–. Cuando la playa y los campos estén ya igualados, «se pasará una máquina limpiaplayas que permitirá desinfectar también la arena y dejarla preparada para su uso».

Así que la playa estaría lista a partir del fin de semana, con el mercurio rondando o superando los treinta grados. El problema es que ni en la fase 0,5 actual ni en la 1 (presumiblemente entrará en vigor el lunes) «puede utilizarse la playa» para otra cosa que no sea pasear –está prohibido tomar el sol o bañarse–, según confirma el concejal de Deportes, Alberto Bustos, quien aclara que la utilización de la playa, en condiciones idénticas a las piscinas municipales, «solo podrá utilizarse cuando estemos en la fase 2 y con un aforo limitado al 30% de su capacidad con la debida distancia de seguridad entre los usuarios». Esa es la situación a día de hoy. «Todo es muy cambiante, pero por ahora trabajamos con ese escenario», añade antes de explicar que los trabajos de adecuación se extienden también a los campos de arena con el fin de «poder utilizarlos a lo largo de la temporada estival para la celebración de campamentos deportivos y otras actividades al aire libre ante el más que probable escenario de que no se puedan celebrar campamentos con pernoctaciones».

El chiringuito de la playa (La Pera Limonera), en principio, podrá abrir en las mismas condiciones que el resto de establecimientos hosteleros (con el aforo reducido a la mitad en su terraza). En él trabajaban esta mañana sus empleados en labores de limpieza, al igual que en el barco turístico La Leyenda de Pisuerga, al que estaban dando una puesta a punto para cuando pueda volver a surcar las aguas del Pisuerga las próximas semanas.

Por la playa, cuando concluyan las labores de acondicionamiento, solo se podrá pasear. Nada de tumbarse y, mucho menos, bañarse. Hacerlo conlleva una sanción económica de 601 euros.