Valladolid

La reforma de la estación de buses, con demora y la nueva, atrancada en un trámite

Al otro lado de la vía, en lo que eran los viejos talleres de Renfe, debería ubicarse en un futuro esa nueva estación de autobuses de Valladolid. La idea es que conecte con la estación de trenes -también pendiente de adjudicar las obras tras culminarse el proyecto- y de este modo ese núcleo se convierta en un intercambiador eficiente. Esa estación de buses está programada dentro del convenio de integración ferroviaria a cargo de la Junta de Castilla y León, que había previsto una inversión de en torno a 30 millones de euros para su construcción, en una parcela de 15.000 metros cuadrados, con capacidad para 30 dársenas… Y se trata, en todo caso, de una infraestructura que, según admitió incluso el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, no comprometería un hipotético soterramiento. De momento no existe ni el proyecto de esa futura estación, un trámite que podría adelantarse aunque no se disponga del suelo, como ocurre con los pasos inferiores que se han proyectado en la zona de Ariza, por ejemplo.

A cambio, la Junta anunció en el mes de abril una reforma exprés de la vieja estación de buses. Con una tramitación «ultrarrápida», llegó a decir la entonces consejera de Movilidad, María González, que en julio consideraba que las obras podrían comenzar «en el último trimestre de este año».

No será así. «Estamos a punto de poder iniciar toda la actuación de la adjudicación» de la obra, anunciaba este martes el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero. Eso supone tres meses más de plazo hasta que se adjudique el inicio de los trabajos. Con lo que casi se meterá en la primavera de 2025, no «en el último trimestre» ni tampoco «a principios de 2025», como se dijo en abril. «Haremos en breve una presentación el consejero de Movilidad -José Luis Sanz Merino- y yo para poner de relieve el hecho de que arrancaremos, vamos a cumplir los plazos de la estación de autobuses en su resultado final. No lo duden los vallisoletanos», dijo este martes el alcalde, Jesús Julio Carnero.

Al plazo de adjudicación de la obra habrá que añadirle el de los propios trabajos, que el pliego de licitación del proyecto estimaba en 18 meses. Un año y medio que llevaría la reforma de la actual estación de autobuses hasta otoño de 2026.

¿Qué ocurre entonces con la estación prevista en el convenio de integración? Junta y Ayuntamiento han insistido en que reformar la actual no quiere decir que se aparque la futura estación en el solar de los viejos talleres. Sin embargo, todo se ha atascado por un trámite, en apariencia, de fácil resolución. Debe ser la Junta la que encargue a la sociedad Valladolid Alta Velocidad la redacción del proyecto, remitiéndole los parámetros con los que se quiere construir la nueva infraestructura, para qué necesidades, etc. La Junta, sin embargo, asegura que para eso necesita, antes que nada, un estudio de tráfico y movilidad que debería realizar el Ayuntamiento de Valladolid. Así se lo ha requerido en las reuniones de seguimiento del convenio de integración, ya antes de que se produjera el relevo en el Consistorio. La respuesta del Ayuntamiento, entonces, era que ese estudio lo debe realizar la Junta porque es quien sabe qué estación necesita, con qué capacidad de vehículos, para cuántos transportes diarios… Fuentes del anterior equipo ponen como ejemplo lo que ocurre con un centro deportivo. «Es el promotor quien realiza el estudio de tráfico, y el Ayuntamiento puede poner objeciones o no a ese estudio», aclaran.

Con todo, hoy Ayuntamiento y Junta tienen al frente al PP, por lo que resolver ese litigio es más sencillo. Y una vez que se disponga del estudio de tráfico y movilidad, puede encargar la redacción del proyecto de la nueva estación de buses.

Hay que tener en cuenta que la estación de autobuses y la estación de trenes quedarían conectadas para permitir el tránsito de pasajeros de una modalidad a la otra. «La conectividad es clave para las nuevas infraestructuras de transporte previstas», decía el informe de Adif sobre la integración ferroviaria. El espacio reservado, a priori, es similar al de la actual estación, que cuenta con 15.800 metros cuadrados y 31 dársenas para vehículos. Cuando se firmó el convenio, en 2017, se valoró en 28,60 millones de euros, que se han actualizado a 33,72 en 2024.

La estación de tren, que debería comenzar a construirse en torno al mes de abril de 2025, tiene un plazo de ejecución, en el cronograma inicial de la integración ferroviaria, de 40 meses. Se pondría en servicio en 2029, momento en el que comenzarían otros 15 meses de obras de remodelación del actual edificio histórico.