Puente, sobre San Benito: «Es el mundo al revés; los progresistas defendiendo el hecho religioso; esta comunidad está patas arriba»

El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha calificado este lunes de «absurda» la limitación del aforo a 25 personas en los lugares de culto impuesta por la Junta de Castilla y León, independientemente de la superficie de los mismos. Al ser preguntado por la propuesta de sanción a la Iglesia de San Benito, que el pasado viernes congregó a medio centenar de personas en una eucaristía, el regidor ha realizado una reflexión. «Hemos vivido el episodio de la no cabalgata en Navidad (por el que la Junta pretende multar al Ayuntamiento), ahora el de las sanciones en los cultos. ¡Menos mal que el que lo está haciendo es un Gobierno de derechas. Imagínense que soy yo, menos mal! Es el mundo al revés. Que seamos gobiernos progresistas los que hemos defendido, con respeto absoluto a las condiciones de seguridad, que algunas costumbres muy arraigadas en este país relacionadas con el hecho religioso se hayan podido mantener o que estemos defendiendo el derecho a la libertad religiosa nos da una idea de hasta que punto en la comunidad autónoma las cosas están patas arriba», ha argumentado.

Óscar Puente ha respaldado «al 100%» el análisis del Arzobispado. «Que en una iglesia como San Benito, con una planta de casi 1.800 metros cuadrados, se permitan 25 personas, las mismas que en la pequeña iglesia del tanatorio de las Contiendas, a la que el otro día acudí al funeral por Félix Hernández, presidente de Amigos del Teatro, es inconcebible y no tiene ninguna lógica», ha valorado el primer edil , quien considera que hay que establecer un porcentaje del aforo en función de la superficie. «Lo que no tiene sentido es poner un número fijo para la Catedral de Valladolid y para la Iglesia de San Lorenzo, que son templos con una planta con diferencias de cientos de metros», ha puesto como ejemplo.

El alcalde ha explicado que la Policía Local tuvo que acudir la iglesia de San Benito el pasado viernes en pleno el oficio religiso, algo que calificó de «muy desagradable». Ha desvelado también que la denuncia partió de particular que se veía privado del acceso al templo, algo que ha considerado «curioso», y ha señalado que a los agentes «no les quedó más remedio que levantar acta».

«Estamos hablando, se sea o no creyente, de un derecho fundamental, como es el derecho a la libertad religiosa en un momento en el que los creyentes, como todos, están pasando un momento muy malo y tienen ese deseo de mantener aspectos fundamentales de ese ejercicio», ha defendido el regidor.