Las claves de la desaparición en Traspinedo de Esther López

El Real Madrid tumba al FC Barcelona una vez concluida la prórroga de su choque con motivo de las semifinales de la Supercopa de fútbol. Esther López de la Rosa disfruta el encuentro junto a unos amigos en un bar de Traspinedo, la localidad de la que es oriunda, y después, según las investigaciones, se desplaza a un domicilio de la urbanización El Romeral, situada a unos cinco kilómetros del pueblo.

Un amigo de Esther, el último que tuvo noticias de ella, asegura que durante la madrugada del miércoles al jueves la dejó en el entorno del restaurante La Maña, donde la vía que conduce a Traspinedo se une con la A-11, la carretera de Soria.

Ahí se pierde su pista y en esa zona, según los investigadores, también su teléfono móvil emite señal por última vez.

Los familiares de Esther López, tras cinco días sin saber nada de ella, deciden presentar una denuncia ante la Guardia Civil. La joven, de 35 años, nunca habia permanecido sin contactar con su familia durante un periodo tan largo de tiempo. Su padre asegura que se preocuparon desde el momento en que no regresó a casa, que durante el fin de semana estuvo a punto de ir al cuartel, pero finalmente lo pospuso hasta el lunes 18.

Con todo, lo que más le afectaba era que el teléfono de su hija estuviera desconectado: «Para mi hija el móvil era sagrado y que esté apagado desde ese día nos hace verlo muy mal».

Los vecinos de Traspinedo, pese a que la primera hipótesis barajaba una desaparición voluntaria, organizan batidas para intentar encontrar algún indicio que conduzca hasta Esther López. Tanto la del martes como las de los siguientes días, ya organizadas por el Ayuntamiento y la Benemérita y que se van realizando cada vez con un radio más amplio, resultan infructuosas pese a la incorporación a la búsqueda de la unidad canina y de un helicóptero de la Guardia Civil. La desaparición ya se considera de alto riesgo.

Mientras, continúan las investigaciones que se iniciaron con los interrogatorios al círculo más cercano de la joven. Una de las primeras pistas apuntaba a que pudo desplazarse a Valladolid capital en el coche de un amigo, pero terminó siendo descartada ante la inexistencia de indicios de que esto se hubiera producido.

Tras una multitudinaria batida que de nuevo no sirvió para hallar ningún indicio, el caso registra su primer gran avance. Durante la noche la Guardia Civil detiene a un hombre presuntamente relacionado con la desaparición.

La Delegación del Gobierno, encargada de hacer público este arresto, aseguró que pese a esta detención «todas las hipótesis y las líneas de investigación continúan abiertas», sin dar más detalles.

Al parecer, Ramón G., de unos 40 años y conocido como El Manitas, afirmó, con algunas contradicciones, que había hablado con Esther días después de su desaparición; los agentes le detuvieron cuando mostraba una aparente actitud de huida.

Dos horas después de que se conociera la detención de Ramón G. por este caso, un amplio despliegue de efectivos entra en su chalé, construido en una urbanización situada a un kilómetro de La Maña, donde se vio por última vez a Esther López.

Agentes de la Guardia Civil, la policía científica y la judicial trabajaron durante horas en la vivienda unifamiliar para intentar esclarecer el caso.

Los GEAS de la Guardia Civil se incorporan a las labores de búsqueda y rastrean el río Duero para intentar hallar el rastro de lo sucedido con Esther López. Mientras, continúa el registro de la casa de Ramón G. y las batidas con perros apoyadas por un dron y un helicóptero. Pese a ser el único detenido por los hechos, El Manitas niega su implicación en lo sucedido.

El detenido mantiene una huelga de hambre como protesta por su situación y en su primera conversación con su abogada después de haber estado incomunicado le asegura que él no podría hacerle «una cosa así» a Esther López, a la que conocía.

La jueza decide prolongar su detención provisional durante 72 horas más.