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La detención de un sospechoso, un vecino de Traspinedo, cuyo chalé se encuentra a doscientos metros escasos del lugar en el que fue vista por ... última vez Esther López de la Rosa, entre la carretera de Soria y la parte posterior del restaurante La Maña, es por ahora «una línea de investigación más», con toda probabilidad la principal, en la búsqueda de la mujer de 35 años a la que todos los testimonios recopilados por los agentes sitúan precisamente en el entorno de su vivienda en la madrugada del 13 de enero. El sospechoso es un varón de unos cuarenta años, R. G., que en su momento ya llegó, al parecer, a prestar declaración en relación al caso –debió hacer alusión, con algunos contradicciones, a que tuvo noticias de ella unos días después de su desaparición– y al que los agentes decidieron arrestar a primera hora de la noche del sábado en su domicilio de un grupo de chalés situados en la Cañada Real del municipio, en las inmediaciones de la entrada de la Bodega Vizar.
Allí, según informaron ayer fuentes de la investigación, fue sorprendido en una aparente actitud de huida cuando preparaba sus pertenencias. Él, de momento, simplemente está «siendo investigado» por su posible vinculación con la desaparición mientras se mantienen abiertas aún «otras líneas de investigación», incluida la de poder «encontrar con vida» a la mujer, según quiso aclarar el subdelegado del Gobierno, Emilio Álvarez.
La hipótesis que cobra más fuerza a estas alturas es evidentemente la de la desaparición «forzosa» y el propio padre de Esther, Miguel López, así lo reconoció ayer al lamentar que a estas alturas se teme ya «lo peor». Los agentes, de momento, están desmantelando literalmente la vivienda del sospechoso en un registro que comenzó a media mañana de ayer, en presencia del detenido, y que se prevé que pueda durar «varios días», anticipó el teniente coronel de la Guardia Civil, Javier Peña, quien concretó que la intervención corre a cargo de un equipo especializado, llegado desde Madrid, denominado ECIO (Equipo Central de Inspecciones Oculares).
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«Estamos realizando una inspección minuciosa con el fin de intentar encontrar indicios que permitan un avance en la investigación», añadió antes de anunciar que en las próximas horas, y como una línea más de investigación, aunque significativa, se van a incorporar los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) para rastrear el Canal del Duero y el cauce del propio río, ambos situados a menos de un kilómetro de distancia del lugar en el que fue vista por última vez la desaparecida y del chalé del sospechoso que están registrando.
A la espera de nuevas pruebas, o de un testimonio revelador, los agentes comenzaron ayer a rastrear los pinares de Traspinedo con un dron, que se va a centrar en los «puntos más inaccesibles» a los que no se pudo llegar durante las batidas, siempre centrados en el área de búsqueda en torno al cruce de La Maña y la margen derecha de la carretera de Soria, en sentido a la capital. En estas labores continuarán en paralelo las batidas con perros adiestrados a cargo de nuevas unidades de guías caninos.
La investigación, en manos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita, con el apoyo lógico de los efectivos de la Policía Judicial de Valladolid, continúa abierta con «todos los medios disponibles», coincidieron en señalar Emilio Álvarez y Javier Peña, quienes incidieron en que por ahora continúan abiertas «todas las líneas de investigación», que permanece bajo el más estricto de los secretos de sumario.
12 de enero Los testigos apuntan a que Esther López, de 35 años, estuvo en un bar con unos amigos para ver el partido del Barcelona y el Real Madrid de la Supercopa y luego en la casa de uno de ellos, situada dentro del núcleo urbano de Traspinedo, donde reside ella.
13 de enero Esther pudo estar en un segundo bar, aunque hay contradicciones sobre este punto, ante de ir a la casa de un segundo amigo en las afueras. Este declaró que la dejó luego cerca del cruce de La Maña a petición de la propia mujer, que le habría dicho, al parecer, que iba a quedar con algún conocido. Su móvil se apagó después y allí se perdió su rastro.
17 de enero Los padres, que inicialmente creyeron que se había ido con algún amigo, denuncian su desaparición pasado el fin de semana ante la falta de noticias sobre su paradero.
22 de enero La Guardia Civil detiene a un vecino en un chalé situado detrás de La Maña por su posible vinculación con el caso y registra su domicilio.
Así que poco más se sabe de la evolución de las pesquisas más allá de la detención del vecino de la Cañada Real de Traspinedo, un hombre, natural de Laguna de Duero, aunque con su residencia habitual desde hace tiempo en el chalé en el que fue arrestado, donde vive solo desde que se separó hace más de un año, según relataron algunos vecinos de la localidad y apuntaron fuentes de la investigación. «Es un chico que se ha metido en muchas broncas y que anda siempre con movidas», apuntaron las fuentes consultadas antes de confirmar que, al parecer, podía conocer a la víctima, aunque no se trata de uno de los amigos que estuvieron con ella en la noche del 12 de enero y en la madrugada del día 13 hasta su desaparición, que todas las fuentes sitúan a partir de las dos de la madrugada entre el cruce de La Maña y el camino que conduce a la Bodega Vizar y a la vivienda del ahora detenido, situada frente a dicha empresa y a la que se accede por un sendero que parte de su vallado perimetral.
Los agentes están interrogando al sospechoso para intentar esclarecer su posible vinculación con la desaparición de Esther López y comenzaron el registro de su domicilio en su presencia conforme al procedimiento habitual ante una inspección ocular. Los familiares de la mujer desaparecida, eso sí, afirmaron ayer que desconocían que tuviera relación alguna con el hombre detenido.
De manera que ahora mismo, cuando se cumplen once días desde la desaparición de la vecina de Traspinedo, lo único que parece claro es que la noche anterior, la del 12, estuvo con unos amigos en un bar viendo el partido entre el Barcelona y el Real Madrid para después tomar algo en la casa de uno de ellos y posteriormente ir con otro de sus amigos a una segunda vivienda de la urbanización El Romeral, situada al borde de la carretera de Soria, al otro lado de la calzada del domicilio ahora registrado. Después, según declaró el último amigo que la vio, la habría llevado en su coche, en principio, con la intención de trasladarla a su casa en el núcleo urbano, situado a cuatro kilómetros, y ella le habría pedido bajarse entre el camino de la Bodega Vizar y el restaurante La Maña para quedar, al parecer, con otro conocido. Allí, sea como fuere, se perdió la pista de Esther y su móvil dejó de dar señal, y allí continúan centradas las investigaciones para localizarla.
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