«Para mi hija el móvil era sagrado y que esté apagado desde ese día nos hace verlo muy mal»

«Lo único que pedimos es que mi hija vuelva a casa cuanto antes y que la busquen por todos los medios posibles», reclama Miguel López, el padre de Esther, antes de reconocer que su familia lo está pasando «muy mal» y que están «preocupadísimos» por su paradero, sobre todo, desde que les confirmaron que el móvil de su hija está desconectado desde la madrugada de su desaparición, entre la tarde del día 12 (miércoles) y la madrugada del 13 (jueves). «Para ella el móvil era sagrado y, aunque es cierto que otras veces se había ido unos días, siempre nos llamaba desde el suyo o de algún amigo, pero jamás pasaban tantos días sin saber nada de ella», lamenta.

El problema es que «todos son habladurías» y lo cierto, confiesa, es que «ahora mismo no sabemos nada de ella desde la tarde de ese día (12), cuando salió con unos amigos para ver el fútbol en un bar, y tampoco desde la Guardia Civil nos han informado de nada más allá de explicarnos que hoy –este miércoles– iban a incorporar perros adiestrados y parece que un helicóptero después para buscarla porque estaban siguiendo una nueva línea de investigación». Esta apuntaría, según las fuentes del caso consultadas, a su búsqueda a partir del entorno del restaurante La Maña, junto al cruce de la carretera de Soria (Nacional 122), donde un amigo aseguró que la dejó en aquella madrugada y donde la vio por última vez.

¿Por qué tardaron tanto en denunciar? El padre de Esther reconoce que estuvieron «inquietos» desde el mismo jueves (día 13) y aclara que pensaron que «volvería el fin de semana –el sábado estuvieron a punto de acudir al cuartel–». Pero no lo hizo. Y el lunes, día 18, interpusieron la denuncia. «Lo del móvil nos mosquea mucho y empezamos a verlo muy mal, pero confiamos en que la encuentren y vuelva a casa».

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