La porra electoral de Puente contra la porra electoral del PP

Mientras, en el PP, acuden a «las encuestas de Génova» para encaramarse a un optimismo que desborda el tono general de su precampaña, por ahora discreta, como en segundo plano. Y confían en un 12-11 para PP y PSOE, que ahí, en ese escaño de diferencia, estará la lucha. Y dos concejales para cada uno de los dos partidos destinados a ejercer de muleta, VTLP y Vox.

En el PSOE hablan de «sensaciones» y echan números con los votos huérfanos de Ciudadanos y los que puedan absorber de un socio que pierde para el envite a Manuel Saravia, su último cabeza de cartel. En el PP se aferran a un «efecto Feijóo» que consideran tan inevitable como el desgaste de Pedro Sánchez. Más allá de la fuerza que pueda exhibir su candidato, Jesús Julio Carnero, confían en el vaivén natural de las urnas para recuperar parte del terreno perdido. En eso, y en que Vox acusará el desgaste de formar parte de un Gobierno autonómico expuesto a los focos durante el último año y en el que los populares defienden que son los que han aportado casi toda la gestión, ante un socio anclado en el ruido.

La porra de Óscar Puente opera como un deseo amplificado. El primero, ganar y gobernar. Imbatible sería una mayoría absoluta. Pero sumar más que la derecha, 13-12, sin el concurso de VTLP, equivaldría a tener esa mayoría absoluta. Con el 11-3 actual, que rebasó el 8-4-3 (PSOE, VTLP, Sí se Puede) de 2015, Puente ya rebajó las competencias de sus socios de Gobierno, que tuvieron que aceptar so riesgo de que el PSOE hubiera virado a un pacto con los tres concejales de Ciudadanos. Sumar más que la derecha le permitiría imponer sus condiciones hasta el punto de prescindir de María Sánchez y Alberto Bustos en el equipo de Gobierno, en un momento dado.

La subida de PP y Vox la deja la porra de Puente en un edil por cabeza. Y apoya las cuentas también en la posible presencia de la Plataforma por el Soterramiento, que en teoría restará votos a las otras opciones que avalan soterrar como activo principal de su programa. Para obtener un edil, la Plataforma necesitará como mínimo 6.000 votos, siempre que obtenga al menos el 5% de los votos válidos. En 2019 eso implicaba superar los 8.400 votos.

El voto, con Ciudadanos a la baja, se divide por bloques. A un lado, PSOE y VTLP, que ha aglutinado a todo lo que se movía a la izquierda de los socialistas, incluido Podemos. Al otro, PP y Vox. Si un tercer actor aparece para romper uno de los dos bloques, el otro cobra instantáneamente ventaja porque agrupa mejor los apoyos y eso es vital para ganar los restos en el reparto de concejales.

En el PP, según algunas fuentes, no hay encuestas ceñidas a Valladolid capital, como no las hay para otras capitales de provincia de Castilla y León. Lo que sí tienen son sondeos en los que se aprecia la tendencia al alza de la 'marca Feijóo' en detrimento de la 'marca Sánchez'. Algo que, aunque debe notarse más en unos comicios generales como los de otoño, confían en que ejerza como empujón en las municipales. Y eso, calculan, en un territorio que esperan disputado como el de la capital vallisoletana, puede acabar por inclinar el triunfo de su lado.

Mientras tanto, Irene Núñez, portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento, valoraba la porra de Óscar Puente con un punto de sarcasmo. «Si hace un año se veía con mayoría absoluta porque sentía el calor de la calle, parece que ahora ese calor se ha tornado en frío». Y añadía: «Dice que somos la peor oposición, y hasta nos da un concejal más en esta porra. Está preocupado y nervioso».

Sí hay coincidencias entre ambas formaciones, sin embargo, a la hora de hacer sus apuestas electorales a poco más de dos meses de comenzar la campaña. Por ejemplo, le conceden un cero a Ciudadanos, que se presentará a la cita con Pablo Vicente. También creen que el trabajo de coalición se llevará por delante otro concejal de Valladolid Toma la Palabra, que perdió uno entre 2015 y 2019 (pasó de 4 a 3) y repetiría pérdida pese al intento de repescar con su formación los 5.000 votos de Podemos de 2019, que se quedaron sin representación. Y también coinciden en un crecimiento escaso de Vox, que con más de 10.000 votos se quedó con un concejal y al que ahora tanto PP como PSOE le auguran dos ediles.