El letrado de Rubén Alonso (d) hace una petición al presidente antes de la declaración de los policías. tsjcyl

La Policía sostiene que el 'soplo' para el robo de la Circular solo pudo salir del entorno íntimo de María Aguña

tribunales ·

Las huellas en la caja de cartón, ADN en la cinta americana y en las propias manos de la víctima sitúan a los tres sicarios en la escena del crimen

M. J. Pascual

Valladolid

Lunes, 8 de noviembre 2021, 16:11

De manera inconsciente o intencionada, la información que permitió a los tres sicarios acceder a la vivienda de María Aguña en la Plaza Circular aquel fatídico 17 de octubre de 2018 tuvo que partir, necesariamente, de su entorno familiar. Así lo ha ... manifestado el primer testigo-perito de este lunes, cuando el juicio con jurado por el crimen entra en su segunda semana de vistas. El interrogatorio ha comenzado al filo de las once de la mañana, con tres cuartos de hora de retraso por problemas técnicos que impedían ver a los letrados de la defensa la proyección en la pantalla, sumados a las puntualizaciones previas del abogado del 'dentista' Rubén Alonso, para que se dejara claro al jurado que «las opiniones de los policías no pueden considerarse con valor pericial».

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El primero de estos testigos-peritos en declarar ha sido el inspector que realizó las funciones de secretario de las diligencias de la investigación y ha sostenido que, seguramente, «nunca se llegará a saber» cómo entraron los tres sicarios búlgaros en una vivienda que era prácticamente un búnker en medidas de seguridad: si María les abrió, alguien allegado «puso la cara» frente al telefonillo y dejó entrar al resto o si tenían llave, pero que los investigadores creen a pies juntillas que la información para perpetrar el golpe tuvo que salir «necesariamente» de la alguien de la familia y esa información fue utilizada por Rubén Alonso, «porque era el único que conocía a miembros de esa familia y el único que era español». Los acusados sabían, por ejemplo, que a esa hora, pasadas las doce y media de la mañana, la propietaria tenía la alarma desconectada. Los investigadores comprobaron por la compañía de seguridad que la desconexión se produjo a las 11:50. También sabían que había una caja fuerte y mucho dinero en ella. De hecho, en esa caja que los ladrones no encontraron había más de 200.000 euros en billetes además de pagarés y joyas. En la misma habitación, que pusieron patas arriba, tampoco encontraron debajo del armario 75.000 euros y, en el comedor, dentro de un libro de tauromaquia, otros 1.200 euros.

«Hay información que solo podía saber la familia», ha insistido el policía a preguntas de la fiscal y las acusaciones. Durante sus investigaciones consiguieron establecer esa relación entre Rubén Alonso, considerado el 'cerebro' del golpe, y la exnuera de María Aguña por el tráfico de llamadas, aunque esta relación, ha subrayado, «nos consta que es profesional», puesto que ella iba a su consulta a realizarse tratamientos odontológicos. La exmujer del hijo de la víctima, que incluso durante la instrucción estuvo como investigada aunque luego se descartó su participación, fue quien orientó a la policía sobre dónde mirar en la vivienda para encontrar la llave de la caja fuerte y quien les dio la clave para poder abrirla.

La investigación

El secretario de las diligencias ha detallado además de forma pormenorizada los casi dos años de investigación para detener a los seis acusados que hoy se sientan en el banquillo y a quienes se les imputan los delitos de asesinato u homicidio, detención ilegal, robo en casa habitada y pertenencia a organización criminal. En esta investigación, ha explicado, ha sido clave el visionado de las grabaciones de las cámaras de seguridad de varios establecimientos de la Circular y la declaración del único testigo que vio salir a los tres sicarios del piso de María, lo que ha permitido acotar los tiempos y establecer los posicionamientos de los móviles de los sospechosos las horas antes del crimen, durante y después, todos ellos, en el polígono de San Cristóbal donde tuvieron una fuerte discusión porque unos pensaban que los otros les habían traicionado y los otros, que los unos se habían quedado con el botín.

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El primer hecho que les permitió tirar del hilo, ha relatado, fue identificar la furgoneta negra Scenic en la Plaza de la Circular y gracias al ticket de la hora, obtener la matrícula. El vehículo pertenecía al suegro de Emil Artinov Minayan. A partir de ahí fueron encajando los tiempos y los posicionamientos de los móviles en los escenarios y así establecer el papel que pudieron desempeñar los seis acusados en el crimen. Según la Policía, Arso Atanasov Iliev era el «lugarteniente» de Rubén Alonso y fue quien puso en contacto a este con Emil, que se ocupó de captar a otros tres compatriotas búlgaros, Anton Androv Mihaylov, Gabriel Emilov Kamenov y Gabriel Mladenov Krasimirov para que perpetraran el robo que terminó en la muerte de María Aguña.

Pudieron identificar a los tres individuos de las grabaciones gracias a sus cuentas en redes sociales, donde aparecían con la misma ropa que utilizaron en el golpe

Si algo ha ayudado especiamente a los investigadores a la hora de poner nombre a los tres hombres que se ven en las grabaciones de las cámaras ha sido su gran actividad en las redes sociales, con varias cuentas en Facebook e Instagram, en las que posan con sus amigos y familiares. Se puede decir que a Anton Androv Mihaylov le delataron sus llamativas zapatillas rojas de Le Coq Sportif y a Gabriel Mladenov Krasimirov, sus singulares pantalones, los mismos que llevaba el día de autos y que se encontraron durante el registro de su vivienda en Cangas de Onis, el pueblo asturiano en el que trabajaba en una sidrería.

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Pero lo que ha resultado determinante en esta sesión del juicio para situar sin género de dudas a los tres sicarios en la casa de María han sido los vestigios encontrados, que han permitido aislar dos huellas de pulgar de la caja de cartón que llevaron, supuestamente para hacer creer a la víctima que era un paquete para ella, unas huellas que han resultado ser de Krasimirov «sin ningún género de duda», ha apostillado el segundo policía en declarar, además de ADN de Anton Androv en los trozos de cinta americana con la que amordazaron a María y se ha conseguido un perfil genético de Kamenov de las mismas manos de María, la víctima mortal del chapucero asalto de la Circular.

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