Fachada del Monasterio de las Huelgas Reales acordonada por los desprendimientos. Alberto Mingueza

Valladolid

La Policía Municipal acordona la fachada de Huelgas Reales por desprendimientos

Un perímetro de seguridad advierte del mal estado de las cornisas del templo, con aleros desprendidos y tejas levantadas por el enraizamiento de plantas

Luis Amo

Valladolid

Jueves, 22 de agosto 2024, 07:19

El paso del tiempo y la adversa climatología continúan minando la óptima conservación de patrimonio vallisoletano. Ahora parece ser el turno, al menos de modo más visible y notorio, del Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas. La Policía Municipal ha perimetrado el ... entorno del espacio conventual hace unas semanas ante la existencia de aleros en bastante mal estado que incluso en algunos tramos incluso están prácticamente colgando, tejas levantadas por el enraizamiento de numerosa vegetación e incluso proliferación de maleza en distintas zonas del tejado.

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La plaga de palomas también colabora negativamente en una mejor conservación. ¿El resultado? Un cordón de seguridad para evitar daños personales ante el estado que presentan algunos elementos más teniendo en cuenta que este corazón urbano del barrio de Hospital es una zona especialmente transitada tanto por paseantes como por muchos ciudadanos que cruzan desde el centro de la capital desde Santa Cruz o el propio Hospital Clínico hacia Vadillos, Las Batallas, San Pedro o las numerosas facultades universitarias y colegios mayores existentes allí. Es más, esta plaza situada en la trasera de la Parroquia de la Magdalena y en frente a Medicina también es bastante frecuentada por familias en las tardes de juego con sus niños.

El numeroso discurrir de vallisoletanos, también de turistas ante el enclave patrimonial que significa, ha motivado que la Administración Local haya decretado el acordonamiento del espacio más próximo al propio monasterio: desde la propia puerta de acceso al templo cuya dirección corresponde con la calle Ramón y Cajal hasta la vuelta hacia la plaza contigua en un tramo lineal de más de 50 metros y con una anchura cercana a los dos metros. Es más, la cinta policial alertando de la precaución va más allá porque los accesos a través de una cancela o de un pasillo a la nueva plaza Francisco de Praves inaugurada la pasada primavera -un rincón urbano encajonado entre las calles de Alamillos y Ramón y Cajal que permite tener otra perspectiva de las Huelgas Reales- también permanecen cerrados por prevención de la situación general surgida en ese entorno como consecuencia del avance del deterioro de las cubiertas monacales.

Es más, en los últimos días más allá del evidente deterioro de cornisas y tejados así como de algunos sillares de la fachada del siglo XVI los desprendimientos son una realidad dado que justamente en la zona de acceso al templo, en el suelo, está un travesaño caído desde el alero. Pero este episodio pudiera repetirse dado el estado de otros tramos aun con la seguridad de estar todo acordonado.

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Así, con el objeto de no tener que lamentar daños personales por posibles desprendimientos, la propiedad del edificio, la Orden del Císter, está a la espera de que la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León estudie la solicitud administrativa que hace varios meses formalizaron para la reparación de muros y cubiertas, tal y como han señalado desde la Administración Autonómica. Las mismas fuentes apuntan que Patrimonio no tenía conocimiento de que se haya producido algún desprendimiento pero sí están al tanto del estado y el avance de la situación arquitectónica del inmueble.

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Precisamente, la administración llevaba cierto tiempo a la espera de una documentación requerida para subsanar errores en el informe inicial que, a última hora del pasado martes, se ha presentado con lo que la previsión es que el asunto ya entre en la Comisión de Patrimonio de mes de septiembre. Pero hasta ese momento el monasterio seguirá acordonado y los agentes policiales de la zona pendientes de posibles desprendimientos, aunque, sobre todo, de que la cinta de seguridad esté debidamente dispuesta para que se respete por niños y por mayores.

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Fuentes municipales revelan en este sentido que se tendrá especial cuidado tanto en el cumplimiento de esta situación de eventualidad como en la atención para que siempre esté la cinta policial indicativa de la circunstancia extraordinaria. Así, con todos los permisos en regla, la intención de la orden es comenzar las obras cuanto antes y tras la oportuna instalación de la gran estructura de andamios que ocultaría todo el templo durante varios meses.

Restauración total de los tejados

La intervención solicitada por la comunidad cisterciense contempla toda la cubierta del monasterio lo que abarca desde la iglesia hasta el coro pasando por alguna edificación aledaña al cuerpo principal y el rodocoro. Son muchos metros cuadrados de tejado por donde el paso del tiempo y el movimiento de algunas tejas como consecuencia del crecimiento de plantas ha motivado la creación de humedades y goteras en el interior con lo que el arreglo será total después de varios años en que no se procedía a su revisión y conservación.

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Este periódico se ha puesto en contacto con la madre abadesa actual si bien ha rehusado hablar de la cuestión pese a que este templo en particular y este convento en general está calificado como BIC, es decir, como Bien de Interés Cultural, lo que significa que es un inmueble patrimonio de todos los ciudadanos pese a que en sus dependencias actualmente sólo viven cuatro hermanas, todas ellas mayores y dos enfermas.

Cabe recordar en este sentido que el Monasterio de las Huelgas Reales de Valladolid fue fundado en el año 1300, en el mismo periodo en que empezaba a erigirse la segunda muralla de la ciudad, pero después de varias vicisitudes la iglesia actual data de finales del siglo XVI.

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Este templo renacentista, desconocido incluso para muchos vallisoletanos, destaca además de por su significativa obra civil, por el gran patrimonio escultórico, pictórico y ornamental que atesora además, por supuesto, de dos elementos claves: el sepulcro de María de Molina situado en el crucero de la iglesia conventual hasta la puerta de la fortificación de estilo mudéjar construido en ladrillo y que, desde la calle, se puede ver desde la calle Colón o Estudios aunque la vista más privilegiada es desde el gran ventanal de la Casa-Museo de Colón.

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