![El técnico del CTR Javier Ruiz, delante del montón de compost que no deja de mermar.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202302/23/media/cortadas/COMPOST-k4vF-U190718604120NSG-624x385@El%20Norte.jpg)
![El técnico del CTR Javier Ruiz, delante del montón de compost que no deja de mermar.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202302/23/media/cortadas/COMPOST-k4vF-U190718604120NSG-624x385@El%20Norte.jpg)
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El Centro de Tratamiento de Residuos de Valladolid (CTR) no da abasto para atender los pedidos de compost que está recibiendo últimamente. ¿Cuál es la causa de ese incremento de las peticiones? Los responsables de las organizaciones agrarias de la provincia lo tienen claro y ... coinciden en señalar que «el aumento brutal del precio de los abonos» ha obligado a los agricultores a buscar alternativas para abonar sus tierras que no disparen los costes de producción.
El incremento en el coste de los complejos -que son los abonos que se echan antes de sembrar- y de los nitratos -que son los que se añaden a la tierra cuando el cultivo está naciendo en primavera- ha sido tan exponencial que el porcentaje de subida alcanza entre el 200% y el 250%. «Un complejo de los más usados en la sementera de 2021 valía unos 250 euros la tonelada y ahora nos hemos ido a los 800 euros. En los nitratos incluso el aumento ha sido mayor», asegura el portavoz de UCCL en Valladolid, Valentín García, en un discurso que suscribe el presidente de Asaja Valladolid, Moncho Alonso. «Ante esta situación, mucha gente no ha abonado, otros usan productos sustitutivos y algunos han abonado igual que antes, arriesgándose a que no les salgan los números», señala Alonso.
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Francisco González Marco Alonso
Como indica el presidente de Asaja, este contexto ha llevado a varios agricultores a rebajar la partida de gastos con el uso de abonos que no utilizaban antes y Javier Ruiz, técnico de tratamiento de residuos del Ayuntamiento de Valladolid desde hace veinte años, asegura que la demanda de compost de hace unos años nada tiene que ver con la actual. «Al principio nos costó mucho trabajo meter este producto en el campo y llegó un momento en el que llegamos a tener 8.000 toneladas de compost acopiadas. Luego algunos agricultores empezaron a llevarlo, después hemos tenido un periodo en el que se consumía lo que se producía y ahora la demanda es mayor por la subida que ha tenido el precio de los fertilizantes», afirma Ruiz, quien desvela que los agricultores pueden retirar el compost del Centro de Tratamiento de Residuos a coste cero y eso hace que este producto sea muy atractivo, especialmente para las tierras destinadas al cultivo intensivo de cereal.
¿Y qué es lo que ha llevado a incrementar tanto el precio de los fertilizantes? Lo mismo que ha hecho que el coste de la cesta de la compra suba hasta convertir una visita al supermercado en algo tan temible como una cita con el dentista: la maldita guerra. «Antes incluso de que se iniciase el conflicto bélico de Ucrania empezaron a subir los nitrogenados y cuando estalló ha subido una barbaridad y ahora sigue estando a unos precios desorbitados», indica Moncho Alonso.
El gran problema con el que se encuentran los agricultores es que la cantidad de compost necesaria para abonar un cultivo es muy alta y su producción hace que la demanda actual del producto sea muy superior a la oferta. Los estudios realizados señalan que para lograr un correcto abonado con compost hacen falta 15 toneladas por hectárea y la superficie cerealista de Valladolid es muy amplia. Tanto, que de las 811.000 hectáreas con las que cuenta la provincia en su totalidad, 311.781 se sembraron el año pasado de cereal. Con esas cifras como referencia, para abonar todo el cereal de la provincia sería preciso usar 4,6 millones de toneladas de compost, cuando la producción anual que sale del Centro de Tratamiento de Residuos es de entre 8.000 y 10.000 toneladas, por lo que en este centro solo se produce el 0,2% de las necesidades que tendrían los agricultores si quisieran usar solo este fertilizante.
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La lista de espera para hacerse con compost del CTR sigue creciendo, pese a que aún son muchos los agricultores que se muestran reticentes a abonar sus tierras con este tipo de abono, que se consigue con la basura que tiramos al contenedor de residuos orgánicos como materia prima. «No hay suficiente abono orgánico para la cantidad de hectáreas que se cultivan, pero también tiene su pequeño riesgo. Aunque se hacen análisis, pueden contener restos de metales pesados y eso a la larga termina perjudicando al suelo», explican desde UCCL con un discurso que suscribe Javier Ruiz, desde el CTR, poco antes de explicar la causa de la presencia de esos metales pesados en algunas partidas. «Se consigue un producto de más calidad cuanto más estrictos seamos con la selección del material en casa. Aquí jugamos con el factor de las ganas que tengan los ciudadanos de separar correctamente su basura», reconoce Ruiz.
Y con todo este contexto, los agricultores solicitan a los vecinos que traten de separar lo mejor posible la basura orgánica en sus casas y a las administraciones, que traten de hacer ver a la ciudadanía que de la correcta selección depende la calidad del producto que sale del 'granero de España'. «Pedimos a los ciudadanos que se esfuercen, que sean cuidadosos y sensibles en este tema para que al contenedor de basura orgánica solo se tire lo que se debe tirar ahí. Además, sería interesante que se incrementaran las campañas para que se mejore esa selección que hacemos en casa», concluye el presidente provincial de Asaja.
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