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Rafael Mesonero, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Confitería, en su establecimiento de la calle Puente Colgante. rodrigo jiménez
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Las pastelerías se topan con que «de viernes a lunes, el girasol pasó de 1,54 a 2,20 euros»

Rafael Mesonero, presidente de la asociación de confiteros: «Ya nos han avisado de que la próxima remesa tendremos que pagarla a 2,59»

Miércoles, 16 de marzo 2022, 00:04

Por si acaso al redactor y al fotógrafo les cuesta creerlo, Rafael Mesonero, a quien tampoco le resulta fácil de comprender, muestra las facturas. «El litro de girasol me costó el viernes 1,54 euros y el lunes, 2,20». Pero este encarecimiento del 42% 'de la noche a la mañana' no es nada si se tiene en cuenta que ya venía cogiendo carrerilla. «¿A cuánto lo pagaba hace, digamos tres meses?». Respuesta: «El otro día encontré una factura de marzo de 2021. Estaba a 89 céntimos». Y la cosa no cesa: «Ya nos han avisado de que la próxima remesa vendrá a 2,59».

Todo se encarece y en las últimas semanas, con la guerra de Ucrania, más. Pero las subidas vienen desde el último trimestre del año pasado, con la escalada del precio de la luz, el gas, los carburantes... Contra el gremio de los confiteros y los ingredientes que son su pan de cada día parece como si hubiese una cierta saña. «Por el problema de las gallinas [el brote de gripe aviar que obligó a sacrificar más de 100.000 el mes pasado] hay escasez de huevos y han subido 30 céntimos la docena; la harina, que compramos en Renedo, también ha subido 15 céntimos el kilo; y nuestro proveedor de lácteos, que nos sirve desde la leche a la mantequilla, nos informó el otro día de que el 1 de abril habrá subida porque ya están notando el encarecimiento del pienso».

Mesonero, presidente de la Asociación Provincial de Confiteros de Valladolid, que agrupa a 35 pastelerías de la capital y la provincia, recuerda que los establecimientos del sector que tienen empleados (su confitería, Vitín, no ya que es un negocio familiar), se encuentran ante esta pendiente todavía asimilando la subida del salario mínimo.

Con todo, lo que hasta ahora más daño les hace es el incremento del precio de la luz. «En nuestro negocio todo es eléctrico y de pagar unas facturas de 1.500 euros hemos pasado a tenerlas de hasta 2.700». Además, puesto que como cualquier otro negocio el suyo depende de distribuidores que llegan en furgoneta, la práctica totalidad de la materia prima también ha subido, por cortesía del gasóleo y la gasolina.

Escasez de ingredientes no han sufrido en ningún momento; ni en lo peor de la pandemia ni ahora. «Lo peor del caso es que esta situación nos pilla en la temporada alta del aceite girasol, porque además de las magdalenas y abisinios que hacemos todo el año, la Cuaresma es época de torrijas, hojuelas, rosquillas... Lo estamos notando muchísimo. Y aunque no hay desabastecimiento, ya nos han dicho que no lo malgastemos ni abusemos comprando de más».

Posibles alternativas

En el gremio ya se habla de lo que puede pasar y de lo que se puede hacer si se llega a un problema de falta de suministros o a un nivel de precios inasumible. «Algunos recuerdan que en Europa se utiliza aceite de colza, pero en España está muy estigmatizado por todo lo que pasó. Otros ya comentan que nuestros abuelos trabajaban con manteca de cerdo. Porque del aceite de oliva, al precio que está, casi mejor no hablar».

En principio, y para los confiteros no es baladí, no parece que con el azúcar vaya a haber problemas de precios ni de abastecimiento. «Con el azúcar solo tuvimos el inconveniente de las declaraciones del ministro Garzón. El sector se va adaptando y, poco a poco, va dosificando las cantidades».

-¿Han subido los precios de venta al público?

-Por el momento estamos estacionados. No podemos subirlo todo de un día para otro. Tenemos un almacén, hemos comprado a unos precios y no vamos a subirlos solo por lo que se habla. Veremos lo que podemos hacer cuando se acabe el estocaje y tengamos que vender lo que hagamos con los ingredientes que compramos ahora, a mayor coste. Calculo que hasta abril o mayo no habrá incrementos en la venta al público. Pero Valladolid es una provincia muy golosa y también barata, como puede comprobar cualquiera cuando sale a hacer turismo. Con tantas noticias amargas, conviene endulzar la vida. Esperemos que el dulce siga siendo un producto de primera necesidad y no llegue a convertirse en un lujo.

A comienzos de año sí se produjo un incremento de precios como consecuencia de la escalada de la electricidad. Ahora bien, según señala, «no se puede estar todo el día subiendo y bajando los precios y hay que buscar el equilibrio, ajustar todo lo que se puede y encajar algunos márgenes».

Eso sí, a nivel general, se teme que «todo lo que está subiendo de 1 a 2 euros, cuando las cosas se calmen bajará para quedarse en 1,50». Y algo más: Mesonero percibe que «hay quienes están aprovechando para especular». «El petróleo que usamos aquí no viene de Rusia. Vas a comprar kiwis y te los encuentras a siete euros; preguntas por qué y culpan a Ucrania; preguntas de dónde vienen los kiwis y te dicen que de Asturias». Vuelve, así, al tema del almacenaje. «Si el atún lo metieron en la lata en 2021, o el vino en las botellas hace dos años, ¿qué tiene que ver la guerra de Putin?».

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