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Las asistentes sociales y un agente de la Policía Local intentan comunicarse con las personas que ocupan el edificio. J. A.

Valladolid

Los okupas de Delicias siguen en Olmedo 4 tras no atender a las asistentes sociales

El Ayuntamiento busca «otras vías de comunicación» con estos inquilinos ilegales «reincidentes» para intentar que abandonen el decrépito inmueble

J. Asua

Valladolid

Lunes, 27 de mayo 2024, 14:36

No hay respuesta. De momento, la situación se enquista. Las cinco personas que okupan dos viviendas del edificio del número 4 de la calle Olmedo, una perpendicular a la avenida de Segovia, en pleno corazón de Delicias, no han atendido este lunes a las asistentes sociales ... que esta mañana se han desplazado hasta el inmueble para hablar con ellas y ofrecerles una alternativa, bien una plaza en el albergue, un piso provisional o algún otro tipo ayuda, para que abandonen la ruinosa edificación.

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Dos trabajadoras municipales se acercaban a las 9:30 horas y tocaban con los nudillos el tablón que hace de puerta de la finca. «Buenos días, chicos», saludaban por el hueco que queda abierto en el portal. Silencio absoluto. Las técnicos realizaban otras dos visitas, a las once y poco después de la doce y media, pero ya ni se molestaban en llamar. Hablaban con los agentes de guardia -hay una patrulla de la Policía Local de forma permanente desde el sábado por la mañana- y se marchaban tras dejar un teléfono de contacto en el portal.

El concejal Rodrigo Nieto, responsable del área de Servicios Sociales, ha explicado que han recabado del cuerpo de seguridad los datos de identidad de los inquilinos ilegales para intentar «otras vías de comunicación». Los agentes cuentan con un listado en el que figuran cinco personas. Pueden entrar y salir del inmueble tras la preceptiva identificación por parte de los agentes, que, eso sí, no permiten el acceso a otras personas que no estén en ese registro. A lo largo de esta mañana, no se ha producido ningún movimiento por parte de los okupas, que ni se han asomado a las ventanas.

Las trabajadoras sociales han dejado un papel con un teléfono apuntado en el interior del portal para que, si los okupas tienen a bien, se pongan en contacto con el Ayuntamiento y se les pueda facilitar algún tipo de recurso de carácter asistencial. El Consistorio ha rastreado ya los historiales de los cinco individuos, tres jóvenes y dos personas más mayores, y varios de ellos han pasado por los itinerarios de atención de la Cruz Roja y también por los de la propia Administración Local. «Algunos son reincidentes y han sido protagonistas de otras okupaciones», confirman desde la Concejalía de Servicios Sociales, que acotan, además, que algunos han rechazado en otras ocasiones el apoyo que se les ofrecía.

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El subdelegado de Gobierno, Jacinto Canales, ha aparecido también en escena, acompañado por efectivos de la Policía Nacional. Ha saludado a los guardias locales que en ese momento estaban cusodiando el bloque y ha explicado el porqué de su visita. «Quería ver el edificio y cómo estaba el tema de la entrada; a veces que la propiedad no las blinde bien propicia este tipo de situaciones, sin querer responsabilizar a la propiedad, eh», ha señalado. «No nos corresponde a la Subdelegación del Gobierno el desalojo a no ser que haya una petición por parte de los juzgados», matizaba.

Ante el miedo de los vecinos del entorno por esta situación, Canales ha destacado que él ha preguntado a los mandos policiales y «no les consta» que haya habido episodios de violencia por parte de estos inquilinos. Tras estar en la zona unos cinco minutos, se ha montado en el coche oficial y se ha marchado.

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Entre los residentes la sensación es de impotencia. «Ya nos los sacan de aquí ni con agua caliente», se lamentaba un vecino del bloque contiguo, que ha sufrido en su finca los efectos de la falta de mantenimiento del decrépito immueble a causa de las filtraciones de aguas fecales a sus garajes y trasteros. Cabe recordar que desde el 15 de mayo, la Policía Local había abortado hasta cuatro intentos de allanamiento. En estas intervenciones, se logró dejar el inmueble vacío. Fue el viernes de madrugada cuando se volvieron a colar. Y el sábado, cuando acudieron los agentes y el concejal Alberto Cuadrado, ya se negaron a desalojar. «Si esos primeros días hubieran tapiado esto de urgencia ya estaba el problema medio arreglado», subrayan los afectados por esta situación.

Por ahora, la patrulla de la Policía Municipal seguirá de vigilancia en el portal. Durante la mañana también ha hecho acto de presencia Lucía Martínez Iglesias. Se identifica como propietaria del tercero izquierda y relata que a ella la echó del piso el Ayuntamiento por la situación de ruina del inmueble. «A mí, que llevaba cincuenta años en mi casa, me echan y a estos les van a ofrecer un piso provisional; a mí ni un alquiler social y cuando lo derriben dicen que tendré que pagar 8.000 euros», explicaba a los periodistas con lágrimas en los ojos.

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Esta mujer asegura que ella «jamás» ha tenido ningún problema con los vecinos, pero relata que cuando todavía vivía en el bloque comenzaron ya a okuparse algunas viviendas por parte de gente «muy mala y peligrosa». «A ellos les dieron 6.000 euros para que se fueran y a mí me han dejado en la calle y tengo que vivir con mis hijos», comentaba, al tiempo que afirmaba que desde que salió de su casa hace dos años se han llevado todo lo que dejó en su vivienda. «Denunciamos muchas veces y no nos hicieron ni caso», recalca.

Este nuevo capítulo en Olmedo 4 complica las cosas, ya que hasta que no saquen a las cinco personas no se podrán tapiar los accesos. La idea de la Concejalía de Urbanismo es acometer esta operación por ejecución subsidiaria, es decir hacer la obra y luego pasar la factura a la propiedad. Al mismo tiempo se está revisando el expediente de la finca para conocer su situación legar después de que en marzo del año pasado el Ayuntamiento acordara su demolición.

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