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Cinco okupas distribuidos en dos pisos -tres en uno y dos en otro- se han negado este sábado a abandonar el edificio en ruina del número 4 de la calle Olmedo, una perpendicular a la avenida de Segovia, en pleno corazón del barrio de Delicias. ... El concejal de Salud Pública y Seguridad, Alberto Cuadrado, se ha desplazado con la Policía Local hasta el inmueble donde han podido comprobar que estos dos grupos se han asentado en dos de las viviendas. Los agentes han intentado convencerles para que desalojen, pero se han negado. Al no contar con orden judicial, no ha sido posible sacarlos.
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«El lunes vamos a mandar a los técnicos de Servicios Sociales para hablar con ellos y ofrecerles alguna alternativa», señala el edil, quien ya se ha puesto en contacto con su compañero de gobierno, Rodrigo Nieto, responsable del área, para que el personal de su concejalía intente mediar con estos inquilinos ilegales. Cuadrado ha decidido mantener hasta entonces «una patrulla de retén» a las puertas del edificio para dar seguridad a los vecinos del entorno, quienes ya han dejado claro que tienen «miedo», después de las cuatro intervenciones del cuerpo municipal en la última semana en las que sí pudieron dejar vacío el decrépito bloque.
Desgraciadamente, se ha cumplido con lo que los residentes del entorno vaticinaban este viernes. «O se toman medidas del tirón o nos comemos el muerto, como se metan otra vez y se atrincheren ya nos los saca ni dios de allí», comentaban. Este nuevo giro complica la situación. Cuadrado había dado órdenes a primera hora de este sábado para que la Policía Municipal realizara una «patrulla intensiva» durante las próximas 24 o 48 horas y mantener a raya a los posibles asaltantes. Pero la sorpresa ha llegado cuando él mismo ha decidido acercarse y se ha encontrado con que cinco personas están viviendo de forma permanente o semipermanente en la construcción.
La cuatro intervenciones policiales registradas desde el pasado 15 de mayo, en las que se ha desalojado a numerosas personas, algunas de ellas reincidentes en la okupación, también ha activado las alarmas en Urbanismo. Su responsable, el concejal Ignacio Zarandona, avanza que se va actuar con celeridad. «De momento, vamos a requerir a la propiedad para que tapie los accesos y si no, lo haremos nosotros», explica el edil, quien confirma que su departamento revisará el expediente de esta finca para tomar las medidas urbanísticas que correspondan. La Policía Local ya ha instado al dueño a que condene de manera conveniente todos los accesos y suspenda los suministros. Según explican los vecinos, no hay agua corriente después de que se cortará tras las filtraciones de fecales que afectaron a la finca contigua, pero sí hay electricidad.
Ahora es un tablón sujetado por dos puntales el que hace las veces de puerta del inmueble, aunque los residentes del entorno han sido testigos de accesos ilegales trepando por las fachadas para acceder por alguna ventana. Sobre este inmueble pesa, desde marzo de 2023, una orden de demolición por el mal estado de la edificación, apuntalada completamente en algunas de sus plantas. El estado del bloque es «muy peligroso», según aseguran los que viven junto a él en la calle Olmedo.
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