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«Preocupante». Con una sola palabra resume la concejala de Educación del Ayuntamiento de Valladolid, Victoria Soto, la evolución de los niveles de absentismo escolar en la ciudad. Los dos años de lucha contra la covid habían elevado el calificativo a «inaceptable», después de que ... casi se triplicara la cifra de familias que no cumplían con la escolaridad obligatoria de sus niños hasta los 16 años.
Había curiosidad por diseccionar cómo había sido la evolución de las sillas y pupitres vacíos tras el primer año postcovid en la enseñanza. La Memoria de Absentismo del curso 2021/2022 confirma hasta qué punto una circunstancia extraordinaria pone en jaque el esfuerzo de muchos años de lucha contra las ausencias escolares.
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Antonio Corbillón
El índice de absentismo de la capital vallisoletana se sitúa en un «preocupante» 3,50% con respecto al total de la población de escolarización obligatoria (casi 39.000 menores). Esto supone un descenso de apenas medio punto respecto al 4,03% de los momentos más duros de la covid. Pero, como concluye la Memoria municipal «aún estamos lejos del índice de absentismo del 1,68% de los dos cursos anteriores.
El total de niños y niñas absentistas alcanza los 1.360. Llama la atención el que en 85 de los 107 colegios de la ciudad se ha diagnosticado alguna situación de este tipo. Educación enciende las 'luces rojas' cuando se detecta un caso de niño sin plaza escolar o cuando las faltas de asistencia a clase alcancen el 20% del horario lectivo en al menos dos meses del curso escolar.
El miedo al contagio o los periodos de cuarentena tras dar positivo en covid-19 multiplicaron las faltas hace un año. Este año «se ha ido observando como los centros escolares han contemplado en menor medida las justificaciones que las familias exponen respecto a la afección de la pandemia en sus hogares»; esto se ha traducido en «un incremento en comunicaciones de alumnado absentista», razona la Memoria de Absentismo Escolar 2021/2022.
Ante estos datos, la concejala de Educación del Ayuntamiento vallisoletano, Victoria Soto, coincide en cerrar el capítulo de la incidencia de la pandemia en la normalidad escolar. «Ya no existe peligro y hay una gran seguridad en los colegios». Además recuerda a la sociedad la necesidad de un compromiso colectivo «contra el absentismo, que siempre será la puerta del abandono escolar prematuro».
Uno de los aspectos más llamativos de este curso es el fuerte cambio de tendencia por ciclos educativos. En el curso anterior hubo un elevado incremento en Infantil y Primaria, mientras cayó en Secundaria.
Por contra en el 2021/2022 se registra un reequilibrio entre las tres etapas debido a una fuerte caída en Infantil (del 4,77% al 3,41%) y Primaria (4,36% al 3,56%) y a un ligero incremento en la etapa de Secundaria (pasa del 3,29% al 3,46%).
Por cursos, esto se traduce en que los que más alumnos concentran en intervención son los de 5º y 6º de Primaria. Por edades, destacan las necesidades de actuación en niños de 11 años, seguido de los que tienen entre 7 y 9 años.
Lo que no ha cambiado es la distribución geográfica de este grave problema. De las cuatro áreas de la ciudad, la zona Este (barrios de Pajarillos, Delicias-Argales y Canterac) sigue acumulando la mitad de los expedientes (con casos en 25 colegios); le sigue a gran distancia Esgueva (barrios de Hospital, Rondilla, Santa Clara, España, San Pedro Regalado, Vadillos-Circular y Belén-Pilarica) que suma otro 19% y registra casos en 16 centros.
El Área Pisuerga (Victoria, Overuela, Arturo Eyries, Huerta del Rey-Girón, Puente Colgante y Parquesol) con un 16% (y 15 colegios implicados) y Campo Grande (Campillo, Juan de Austria y Zona Sur-La Rubia), con un 15%, aunque repartido entre 26 escuelas. Apenas 22 centros no han tenido que dedicar esfuerzo alguno en perseguir casos de ausencias escolares continuadas.
La concejala de Educación, Victoria, se comprometió el pasado año a «reforzar los programas de apoyo en la zona Este». Sin embargo, esta escenario de la ciudad sigue presentando los datos más duros. Siete de cada cien alumnos de todos estos barrios son absentistas. Lo más grave sigue ocurriendo en Infantil y Primaria, que superan el 8%. «Son edades en las que es un lujo y una pérdida que no nos podemos permitir para integrarlos en un mundo cada vez más globalizado y exigente», manifiesta Soto.
El riesgo de segregación por lugar de residencia lo plasma el hecho de que en el área más céntrica como es Campo Grande, la cifra es siete veces menor. En Primaria ni llega al 1% (0,94%).
El programa de lucha contra esta lacra incluye las intervenciones de los Equipos de Absentismo que han trabajado con 93 familias y 157 alumnos considerados los más recalcitrantes. Todas estas familias, salvo una, son de etnia gitana. Su labor busca la concienciación dentro de unidades familiares y entornos en los que se repiten las carencias. El 83% de los padres y el 89% de las madres no han pasado de estudios primarios. «El 83% de los progenitores minimiza las repercusiones negativas que ocasiona en el menor la inasistencia a clase», lamenta la Memoria. Después de muchos años liderado por la misma empresa, el Programa de Absentismo cambia de gestor y pasará el próximo curso a manos de una consultora gallega.
Valladolid. La población escolar de Valladolid sigue desplomándose un año tras otro. En el curso 2021-2022 hubo 629 alumnos menos que un año antes. Y, en ese curso anterior, la cifra ya había caído en 848, lo que suma casi 1.500 estudiantes menos en apenas dos años.
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En este último ejercicio hubo 38.891 matrículas, aunque la caída fue más acusada en la enseñanza pública con 449 chicos menos. Y eso que es el modelo menos demandado por las familias, ya que el 56% eligen acudir a un centro concertado, frente al 43% que lo hacen en la oferta pública.
El Área Campo Grande, que reúne toda la oferta educativa del centro de la ciudad, sigue siendo con mucho la más demanda por la ciudadanía (16.872 alumnos) y su vecina Pisuerga registraban hasta ahora la mayor demanda y crecimiento de matrículas. Sin embargo, ha habido un brusco cambio con «una notable disminución del alumnado» que se traduce en 752 menos en un solo curso. Esto significa que la presión ha aumentado en las otras dos áreas, Esgueva y Este, que son las que concentran el 70% de los problemas de abandono escolar temprano.
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