«Ahora es inviable al 110%», asegura Enrique Jiménez, de la asociación Promoción Gitana, que esta semana se ha reunido con responsables municipales para estudiar la posible vuelta de los mercadillos, toda vez que el Gobierno ha autorizado su actividad (con el 25% de los ... puestos habituales y más separación entre ellos) después de suavizar las restricciones de la fase cero y de que Valladolid avance desde el lunes a fase 1. En Medina del Campo, hoy montarán mercadillo. En la capital, los comerciantes lo ven inviable.
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Lo más complicado, al tratarse de ventas en la calle, sería el control de aforos y aglomeraciones, reconocen en el Consistorio. «El único en el que tal vez se podría conseguir es en el dominical, el del Real de la Feria», defienden. Casi imposible en el resto, donde hay varias vías de acceso a los puestos y habría que destinar «muchos efectivos» para la inspección.
Coronavirus en Valladolid
La limitación de puestos (solo podrían montar el 25%) también juega en contra de recuperar la actividad. En Valladolid hay 290 licencias. Cada mercadillo cuenta, de forma habitual, con autorización para 216. Apenas podrían montar 50 cada día. El resto, tendría que quedarse en casa. Por turnos. Y el esfuerzo por retomar la actividad sería muy alto, reconocen.
Los mercadillos cesaron su actividad a mediados de marzo. «Todo el género de invierno que se tenía ya no vale. Ahora habría que comprar lo de verano. Y muchas familias (hay 2.500 personas que dependen del sector) no disponen de dinero para hacer frente a esa inversión y luego trabajar solo dos días al mes. Son hogares con pocos ingresos, menos durante estos meses, y no tienen ahorros para ese desmbolso inicial», explica Jiménez.
El colectivo ha solicitado al Ayuntamiento la creación de una línea de microcréditos a los que puedan acogerse para retomar la actividad. Eso, unido a otros esfuerzos, como la adquisición de geles o «cubetas par la desinfección de la ropa». «Parte de la esencia del mercadillo es la rebusca. Y con estas normas, el cliente no podría tocar el género. Se lo enseñaríamos y, si le gusta, se lo llevaría, sin probarlo. Así es muy difícil trabajar», aseguran desde la cooperativa de vendedores ambulantes, que se han citado de nuevo con el Consistorio para principios de junio, cuando la provincia ingrese en fase 2. «Las circunstancias son las que son, lo primero es la seguridad. No queremos que haya sanciones. Y mucho nos tememos que no podremos volver hasta, por lo menos, estar en fase 3», dicen.
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