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Hay mariposas que se mimetizan perfectamente con el entorno. En la imagen, una composición de hojas y polillas expuesto en La Santa Espina. Fotos y vídeo de Rodrigo Ucero
El hilo

Cómo llegaron 3.500 mariposas a un pueblo de Valladolid

En La Santa Espina se puede visitar una singular muestra de miles de artrópodos reunidos por el hermano de La Salle Pantaleón Palacios

Berta Muñoz Castro

Valladolid

Sábado, 17 de agosto 2024, 08:38

Las mariposas tienen lengua. Se llama espiritrompa y les permite aspirar el néctar de las flores, la savia de los árboles, el jugo de las frutas, e, incluso, el excremento de otros animales. Es un órgano con forma de tubo que despliegan para alimentarse y vuelven a enrollar en espiral cuando tienen lleno el estómago. Algunas mariposas son carnívoras, otras, en cambio, nunca llegan a alimentarse, se nutren únicamente de las reservas energéticas que tienen almacenadas en sus tejidos y después mueren. Estas y otras curiosidades del sorprendente mundo de los lepidópteros, en particular, y de los artrópodos, en general, están al alcance de cualquiera en la Casa de la Naturaleza de La Santa Espina. Allí se exponen miles de ejemplares de mariposas de todos los continentes reunidos durante décadas por el hermano de La Salle Pantaleón Palacios. Abro hilo:

↓ A media hora de Valladolid, en el pueblo colonizado de La Santa Espina, se puede contemplar una curiosa muestra que no dejará indiferente a nadie. Alrededor de 3.500 mariposas y 550 ejemplares de otros artrópodos como bichos palo, insectos hoja, escorpiones, tarántulas o viudas negras descansan perfectamente organizados en los expositores de la Casa de la Naturaleza de este singular enclave perteneciente al municipio de Castromonte.

Todas las mariposas están catalogadas con el nombre científico, el lugar de procedencia y el año en el que fueron capturadas.

↓ Rosario Espinilla, técnico de Turismo en el poblado de La Santa Espina, es la encargada de guiar al visitantes por la muestra y desvelar los secretos que esconden estos fascinantes animales. «Lo primero que me preguntan es cómo llegaron todas estas mariposas hasta aquí», asegura Rosario para lanzar a continuación una explicación con un deje de nostalgia. «Fue gracias a la labor del hermano de La Salle Pantaleón Palacios, que vivió muchos años en el monasterio de La Santa Espina, dedicó media vida a coleccionar este tipo de artrópodos y falleció hace unos años. Porque, aunque las mariposas son insectos, también son artrópodos», puntualiza Rosario. «En la exposición tenemos mariposas de todas las regiones entomológicas del mundo, un pequeño apartado de mariposas nocturnas –lo que conocemos como polillas– y también otros artrópodos como escorpiones o milpiés».

Rosario Espinilla, técnico de Turismo en La Santa Espina, señala uno de los ejemplares de la exposición.

↓ La segunda cuestión que suele contestar Rosario durante las visitas por las instalaciones de la Casa de la Naturaleza de La Santa Espina es cómo conseguía el hermano Pantaleón todas estas mariposas. «Cazaba, cambiaba y compraba», resume antes de aclarar que lo que se muestra en el poblado vallisoletano es solo una pequeña parte de las mariposas que reunió el hermano de La Salle. «Tenemos 3.500 ejemplares, pero la colección de Pantaleón Palacios cuenta con más de 16.000 ejemplares de todos los continentes. La mayoría permanecen en el monasterio de Bujedo, en Burgos, donde se retiró en agosto de 2019, dos años antes de fallecer». Pantaleón Palacios murió en octubre de 2021, a los 87 años.

Pantaleón Palacios también se encargaba de recoger datos para la Agencia Estatal de Meteorología en La Santa Espina. La imagen es del año 2012.

↓ Pantaleón Palacios del Hoyo, el hermano Panta, nació en la localidad burgalesa de Carcedo en 1934 y, con 26 años, ingresó en la congregación de La Salle. Estudió ingeniería técnico agrícola en Pamplona y fue un trabajo de la asignatura Fitopatología sobre insectos perjudiciales para la agricultura el que despertó su pasión por las mariposas. Era 1962. Los primeros años, se limitó a recoger los lepidópteros de su entorno –mariposas de montaña de color blanco con manchas rojas; las que habitan en las riberas de los ríos, pequeñas y de tonos azules, o las blancas y amarillas que vuelan sobre los campos de cultivo– y a escribir a decenas de colegios de La Salle en Costa Rica, Bogotá, Caracas o Filipinas para que le enviaran ejemplares más exóticos para su incipiente afición. En 1988 viajó como misionero a Sudamérica y descubrió la región más rica en lepidópteros del mundo –en la cuenca del Amazonas habita el 35% de todas las especies de insectos conocidas–. Maravillado, Pantaleón regresó una docena de veranos más a América del Sur, principalmente en Perú, donde consiguió gran parte de los especímenes que iban engrosando su colección.

Pantaleón Palacios llevó 6.000 mariposas a la Semana Cultural del Colegio Lourdes en 2013. M. Á. S.

↓ Pero siempre regresaba a la comunidad de La Santa Espina, donde impartía clases en la Escuela de Capacitación Agraria, cuidaba de dos docenas de colmenas que le proporcionaban una triple cosecha de miel de tomillo, milflores y encina y seguía documentando su colección de artrópodos que llevó con mucha ilusión a diferentes centros de La Salle de Castilla y León, Cantabria, Asturias y Galicia. «Daba gusto escuchar sus explicaciones», asegura Rosario Espinilla, que se encarga de guiar a los visitantes por la muestra desde el 2022, cuando los hermanos lasalianos dejaron La Santa Espina tras 134 años de presencia en el monasterio.

Mariposa paloma expuesta en La Santa Espina.

↓ Pantalelón Palacios era una persona muy sencilla que no se cansaba de repetir que sus mariposas no estaban en venta, que lo único que perseguía era que la gente aprendiese a admirar la belleza de los diferentes ejemplares, distinguirlos unos de otros y conocer sus características. En una entrevista a El Norte de Castilla, en 1998, aseguraba que las mariposas son insectos inofensivos para el hombre porque no pican. «Las mariposas liban, pero algunas tienen pelos urticantes en su etapa de orugas», explicaba. «Era un libro abierto. Tenía mucha paciencia para explicar y lo hacía de una forma muy didáctica. Si tenías una foto de cualquier insecto, cualquier artrópodo, él te lo identificaba», asegura Rosario.

El profesor Pantaleón Palacios, en una fotografía de 1997. El Norte

↓ En la Casa de la Naturaleza de La Santa Espina se pueden ver ejemplares de Caligo, conocidas como mariposas búho, en cuyas alas se dibujan una especie de círculos que recuerdan a los ojos de las rapaces nocturnas. En la muestra de los Montes Torozos también está una de las mariposas de mayor envergadura del mundo, cuya distancia entre los extremos de las alas puede superar los 30 centímetros. Se trata de la 'thysania agrippina', conocida como mariposa de alas de pájaro, diablo blanco, mariposa fantasma, gran bruja gris y bruja blanca'. El ejemplar de la exposición cuenta con una envergadura de 24 centímetros.

Mariposas búho en la Casa de la Naturaleza de La Santa Espina.

↓ Atendiendo a las explicaciones de Rosario se puede ver claramente la diferencia en hembras y machos. «En muchas especies ambos sexos pueden reconocerse por diferencias en el dibujo alar, en el color o en la estructura de las antenas. Algunas tienen un gran dimorfismo sexual, es decir, mucha diferencia entre macho y hembra. En muchas mariposas, los machos poseen escamas, pelos o señales llamadas androconios, que suelen estar impregnados de feromonas para poder atraer al otro sexo», explica la técnico de Turismo de La Santa Espina. Y el 95% de las mariposas lo máximo que viven es un mes: «Hay mariposas que viven muy pocos días, que nacen con el sistema bucal atrofiado y que únicamente se alimentan de sus propias reservas. Cuando estas se terminan, se mueren. No necesitan alimento de fuera. Tenemos mariposas paloma, búho y cobra. Y una de las mariposas más bonitas del mundo: la urania, que es de Madagascar». También hay ejemplares de la mariposa Isabel, que se llama así en honor a la reina Isabel II. «Es muy delicada y pierde la tonalidad verde con el tiempo«, aclara Rosario.

La urania, una mariposa de Madagascar que tienen unos colores intensos que contrastan con el negro de sus alas.

↓ También hay ejemplares de gran pavón –la mariposa más grande de España– y de la calavera, famosa por ser el lepidóptero que aparece en el cartel de la película de 'El Silencio de los Corderos'. Es una polilla que se alimenta de la miel que roba de los panales de las abejas y «es la única mariposa de España que cuando nos acercamos hace sonido, como si fueran murciélagos». Pero no todo son mariposas. En las vitrinas acristaladas de La Santa Espina el visitante puede ver una buena colección de artrópodos, desde escarabajos tamaño XXL y arañas venenosas a ciempiés y escorpiones.

Escarabajos de la muestra.

↓ Las visitas se realizan los sábados, domingos y festivos en horario de mañanas –a las doce y a la una– y por la tarde –a las cuatro o a las cinco–. Entre semana es necesario concertar cita en el teléfono 654 658 336. La Casa de la Naturaleza, además de la muestra de artrópodos, incluye un recorrido por especies de fauna y flora características de La Santa Espina. Paneles interpretativos, maquetas, dioramas, reproducciones y juegos didácticos acercan al visitante el ecosistema de La Santa Espina (el monte, el páramo, el humedal y el bosque de Ribera), y sus especies de flora y fauna, donde destaca la encina y el lobo. Un plan perfecto que cuesta tres euros por persona.

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