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Todos los años se repite la historia. Llegan las notas del examen de acceso a la universidad (EBAU) y se hacen públicos los expedientes más brillantes. Jóvenes de apenas 18 años cuyo rostro se asoma a los diarios para representar las expectativas de su ... generación.
Chicos y chicas que parecen tener un poco más claro su futuro que el resto. Todo aspirante a universitario se enfrenta de entrada a las posibles exigencias de una nota de corte. No es el caso de los mejores expedientes. Pero lo que sí iguala a todos es el vértigo del cambio. Las exigencias de una cierta madurez para empezar a salir del confort casero y asumir la primera gran decisión de su vida. ¿Qué estudio?
La década pasada les hizo aún más dura esa transición, fueran o no los más brillantes. A partir de 2010 tuvieron que enfrentarse a los recortes de la gran crisis bursátil de 2008, cuyos 'arañazos' fueron aún más evidentes en la Sanidad o la Educación.
Los cuatro expedientes
Antonio Corbillón
Antonio Corbillón
Antonio Corbillón
Antonio Corbillón
Además, la década empezó con una profunda remodelación de las enseñanzas universitarias debido a la implantación del Plan Bolonia, el acuerdo europeo que armonizó titulaciones comunitarias y enterró el viejo sistema de cursos anuales, para sustituirlos por grados, créditos... Una nueva contabilidad en la búsqueda de la excelencia.
Fue también el tiempo de una completa revisión de la oferta educativa con una 'explosión' de novedosos títulos para adaptarse a los nuevos tiempos. Del acelerón tecnológico aplicado a todas las ramas del saber. Y, detrás de los títulos, la imperiosa necesidad de completarlos con doctorados y másteres en una vida laboral y científica que, cada vez más, exige 'superespecializados'.
Esa generación, que debe empieza ahora a sacar los réditos del esfuerzo desplegado todos estos años se enfrenta ahora a un nuevo reto: El mundo que quedará después de la pandemia del coronavirus. Una realidad que ha acelerado el paso y que parece exigir un esfuerzo más a quienes parecían tener todas las bazas para situarse en lugares de privilegio.
El Norte de Castilla ha localizado a los mejores expedientes de la EBAU de los años 2010 al 2013 en Valladolid para preguntarles cómo les va y si su aventura formativa ha cumplido con sus expectativas. Son Laura García Calvo (2010), Milena Antúnez Ballesteros (2011), Javier Sevilla Montero (2012) y Diego López Mateos (2013). Todos ellos apostaron por carreras que tienen que ver con el gran reto del siglo XXI: acabar de descifrar los enigmas de la vida humana y la lucha contra enfermedades preeminentes. Las cuatro son hoy licenciados en especialidades de la Medicina, o en ramas de la Biociencia aplicadas al conocimiento del origen de la vida. Una década de dura formación que tendrá continuidad el resto de sus vidas. «Nunca puedes dejar de estudiar y actualizarte», coinciden todos.
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