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Anticiparse a los acontecimientos, aprovisionarse de material de protección sin saber siquiera cual sería el impacto de la covid en España y ser «tremendamente escrupulosos con todas las medidas de seguridad» se ha convertido en el mejor aliado de la residencia Tierra de Pinares de Portillo ... . En este espacio para la tercera edad, de gestión municipal, no se ha registrado ni un solo caso de coronavirus entre sus 32 usuarios desde el inicio de la pandemia. Han conseguido poner coto al implacable avance del virus y «lo mejor de todo» –dice la coordinadora, Marta Laherrán– es que ya están todos vacunados.
Historias de la pandemia un año después
A principios de abril del año pasado, explicaron a El Norte qué es lo que les había permitido no detectar contagios hasta ese momento –insistían en la anticipación a la hora de adquirir equipos de protección– y expresaban su deseo de mantener al «bicho» a raya durante el tiempo que perdurase la emergencia sanitaria. Lo han conseguido y, además, ancianos y trabajadores recibieron las dos dosis en enero, de forma que ya están inmunizados. «Creo que la clave de todo es que hemos hecho un gran esfuerzo todos, tanto familiares, residentes, trabajadores y ayuntamiento, en seguir la normativa y cuidar nuestra vida fuera de aquí para evitar que el virus entrara», considera la responsable, al tiempo que reconoce sentir «mucha tranquilidad porque en teoría estamos todos inmunizados». «Se vive con otro ambiente; los abuelos están muy contentos y tenemos la tranquilidad de que, si entrara algún caso, entendemos que con la vacuna será menos problemático y más leve».
Pese a todo, «para nada hemos relajado las medidas de seguridad y los protocolos». De hecho, no ha sido hasta la semana pasada cuando han recogido el doble vallado de obra que instalaron frente a la fachada del geriátrico al inicio de la pandemia para que nadie ajeno al espacio se acercara a la entrada, además de para mantener las distancias cuando recibían visitas. «Seguimos teniendo muchísimo cuidado para evitar que entren casos; los propios residentes siguen separados por plantas para preservar la seguridad y limitar los contactos», señala Laherrán.
Especiales coronavirus
El alcalde, Juan Antonio Esteban, sostiene que «se tomaron medidas importantes mucho antes de que llegara el confinamiento», pero también apunta hacia el «factor suerte» para haber alcanzado esta situación. «Los trabajadores acondicionaron su estilo y forma de vida para llegar a la residencia y no tener contagios; hemos querido ser muy precavidos en la desescalada», cuenta el regidor, mientras que el ayuntamiento ha destinado en torno a 30.000 euros para material sanitario. «Cuando hablamos de que este año no ha habido fiestas, que en qué íbamos a emplear ese dinero, pues estamos hablando de que hemos gastado un tercio de esa partida para festejos en proteger a nuestros mayores», sentencia Esteban.
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