Un vecino se dispone a utilizar uno de los ascensores de San Isidro. Carlos Espeso
Valladolid

San Isidro estrena, con «temor al vandalismo», los primeros ascensores en la calle

Los elevadores de las calles Ánade, Estornino y Oriol permiten salvar el acusado desnivel del paseo de Juan Carlos I en solo 34 segundos

J. Sanz

Valladolid

Viernes, 16 de julio 2021, 20:39

«La verdad es que después de casi un año de obras han quedado preciosos y, sobre todo, con la iluminación nocturna», aseguraba este viernes por la mañana Conchi Ruiz, una vecina de la calle Oriol, cuya ventana mira directamente a uno de los ... tres ascensores instalados al final de los callejones del barrio de San Isidro (Ánade, Estornino y Oriol), perpendiculares al paseo de San Isidro, para salvar el acusado desnivel que separa a sus vecinos del paseo de Juan Carlos I. Ella, al igual que el resto de residentes, alabó «la utilidad» de los primeros elevadores instalados en las vías públicas de la capital y mostró su «temor al vandalismo». Cámaras de vigilancia instaladas ante los tres cajones acristalados intentar frenar en lo posible las temidas gamberradas y pintadas.

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«Hoy es un día histórico, sin duda, para la ciudad con la puesta en marcha de estos primeros ascensores en la vía pública destinados a mejorar la accesibilidad en un barrio con una población muy envejecida», destacó el alcalde, Óscar Puente, durante la inauguración, que llegó con más de tres meses de retraso sobre los plazos inicialmente previstos –los trabajos sufrieron distintos parones desde un amago de inicio en septiembre–, pero que desde ayer son una realidad. «Nosotros lo que queremos es que la ciudad sea igual para todos y que este tipo de proyectos, que nos van a venir fenomenal, se acometan en barrios como el nuestro», transmitió el alcalde Gregorio Heras, un jubilado que se ayudaba de un andador y que, junto a su hijo Alberto, invidente, fueron los primeros residentes en estrenar la caja acristalada instalada al final de la calle Oriol. «Antes teníamos una escaleras que estaban fatal y teníamos que dar la vuelta entera para llegar aquí», reconoció visiblemente satisfecho.

«Es un día histórico para la ciudad y en breve saldrán adelante los proyectos de Parquesol», anticipó el alcalde

Los tres ascensores cuentan con una estructura de acero y cristal y están enclaustrados en cajones acristalados y doble puerta de embarque para acceder desde el fondo de las citadas calles o la parte superior que mira al paseo de Juan Carlos I. Sus cajas cuentan con una capacidad suficiente para permitir su uso a usuarios en silla de ruedas e, incluso, meter bicicletas. Y son «muy rápidos», según pudo comprobar el propio regidor en el 'viaje inaugural'. El tiempo desde que se pulsa el botón hasta que se sale por la puerta es de solo 34 segundos (23 de viaje). Apenas medio minuto para superar el paredón de entre 2,8 y 3,30 metros que convertían el fondo de las tres calles, que hasta ahora contaban con una maltrecha escalinata de ladrillo, en un muro insalvable para las personas con la movilidad reducida. A su lado se han habilitado nuevas escaleras con pasamanos acristalados y dos bancos al lado de cada uno de los ascensores.

«Los ascensores son una ayuda impagable para las personas mayores y para cualquier persona que tenga limitada la movilidad y el problema a partir de ahora va a ser evitar el gamberrismo», reconocía otro veterano del barrio, Enrique Jiménez, uno de los responsables del Secretariado Gitano, después de probar el elevador. Otra vecina, María de los Ángeles Valles, apelaba directamente al «civismo» y a un «cierto control policial» del entorno de los ascensores. «Han quedado fenomenal y ahora lo que hace falta es que se cuiden», apuntaba.

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«Han quedado fenomenal y ahora lo importante es que se cuiden y se vigilen»

La instalación de los tres ascensores públicos, cuyo coste ha ascendido a los 400.417 euros, responde a un compromiso electoral del PSOE y de Toma La Palabra, según explicó el alcalde para justificar la presencia en la inauguración de prácticamente todos los concejales. Aquel compromiso vino a dar una solución a una «reivindicación histórica» de los vecinos de San Isidro. «Era una reclamación que coleaba desde hacía años y la solución nos parece perfecta para mejorar la movilidad de nuestros mayores», recordó el presidente de la asociación de vecinos, Javier Esteban, quien reconoció que su «único temor» ahora es al vandalismo.

Diez millones de euros

Los primeros ascensores públicos de la capital no serán los últimos y el propio regidor anticipó quea corto plazo «se licitará el elevador y la rampa mecánica proyectada en la ladera de Parquesol» que mira al estadio José Zorrilla. El segundo proyecto en el mismo barrio, como es la instalación de un mecanismo similar en la ladera que da a la avenida de Salamanca, «también está en fase de aprobación». La inversión en estos dos mecanismos superará los diez millones de euros. Y en estudio continúan otros proyectos similares para el barrio Girón.

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