Valladolid

Irene Carvajal da un paso adelante en el Ayuntamiento y asume la Portavocía de Vox

El grupo asegura que la reorganización se debe únicamente a cuestiones de eficiencia. La concejalía de Cuadrado se ubica en la Casa del Barco, en Filipinos, mientras que Cultura se encuentra en San Benito, como la de Comercio de Víctor Martín. De ese modo, es más sencillo que ellos dos se coordinen para los asuntos que afectan a los portavoces, como la Junta de Portavoces celebrada en la mañana de este martes. Ha sido allí donde se ha dado cuenta del relevo en este puesto. Es una situación curiosa por comparación. Con Óscar Puente, su portavoz era el concejal de Hacienda, Pedro Herrero. Manuel Saravia, primer teniente de alcalde, tenía como portavoz a María Sánchez. Y Javier León de la Riva, con mayoría absoluta, delegaba la Portavocía del grupo en Jesús Enríquez, no en Mercedes Cantalapiedra (primera teniente de alcalde). Jesús Julio Carnero deja esas funciones en manos de Blanca Jiménez.

Aseguran que el cambio de funciones no tiene nada que ver con el relevo en el Comité Ejecutivo Provincial de Valladolid, donde no aparece una candidatura clara para relevar a Mariano Veganzones, dimitido del partido la misma mañana en que Alfonso Fernández Mañueco le cesó como consejero de Industria, Comercio y Empleo. Parece no haber prisa por parte de Madrid para designar a un nuevo responsable de la formación. Juegan con la ventaja de no tener comicios municipales a corto plazo, por lo que hay margen para encontrar a la persona idónea.

Ahora mismo la formación en Valladolid cuenta con algunas caras conocidas que podrían postularse, aunque de momento ninguna de ellas, según fuentes consultadas por El Norte, ha dado pasos en ese sentido. Irene Carvajal, como teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valladolid, sería la apuesta más obvia. Sin Mariano Veganzones, ya no hay ningún cargo autonómico, por poner un rango superior, que ofrezca más visibilidad que el puesto de la actual concejala de Cultura y Educación. Otra opción es Mario de Fuentes, que ya ocupara el cargo, alcalde de Barruelo del Valle y hombre de Vox en la Diputación Provincial junto a Luis Carlos Giménez Balmori, concejal del Ayuntamiento de Simancas.

En las Cortes de Castilla y León, Valladolid tiene tres parlamentarios. Uno es Juan García-Gallardo, que ocupó el número 1 de la lista pese a proceder de Burgos para asegurarse el puesto en el parlamento autonómico, ya que era el candidato a presidir la Junta. Es algo habitual cuando los augurios no están muy claros. En las mismas elecciones, Pablo Fernández compareció como número 1 por Valladolid por Unidas Podemos, con la entonces concejal de Toma la Palabra, María Sánchez, como 2. En el segundo puesto de la lista de Vox se encontraba Fátima Pinacho, que ya había sido procuradora la legislatura anterior y que ahora es miembro de la Mesa de las Cortes. Pinacho es una afiliada con 'pedigrí' en la formación por su antigüedad como militante. Y en el número 3 se encuentra Francisco Javier Carrera, el hombre de la economía en el grupo parlamentario Vox.

Hay quien aboga por encontrar un candidato ajeno a esa primera línea. Pablo Sáez, diputado de Vox en el Congreso, vallisoletano, tesorero nacional de la formación e integrante del núcleo duro de Santiago Abascal, será clave a la hora de escoger un presidente provincial. Una figura que, si bien es necesaria para tratar de consolidar la marca en el territorio, también se halla constreñida por las peculiaridades de la organización. Y es que Vox, desde Madrid, designa a los presidentes provinciales y 'matiza' la propuesta de equipo que haga después ese presidente provincial. Los nombres propuestos se aceptan o no. Y sus cargos no rinden cuentas al presidente provincial, sino a sus superiores jerárquicos en Madrid. Si uno de los vocales se encarga, por ejemplo, del área de 'organización', candidaturas y demás, sus gestiones se dirimen directamente con el delegado nacional de Organización. Ser el presidente, caso de Mariano Veganzones, suponía tirar de la organización para tener presencia en la calle, actos populares y llamar la atención.

Un papel que, en épocas interelecciones, resulta menos necesario que en el huracán de urnas que se avecinó desde enero de 2023, cuando comenzó la precampaña de las municipales.