Valladolid

El antiguo hotel okupado Marqués de la Ensenada reabrirá como centro de salud mental

Ocho meses después de que la Policía Nacional y la Local, con apoyo de los Bomberos de Valladolid, desalojaran de madrugada el centro social, se despeja la incógnita sobre el nuevo uso del edificio situado en la confluencia de las avenidas de Gijón y Salamanca y la calle Eras, en un pequeño pulmón urbano en medio de una de las entradas circulatorias más concurridas de la capital vallisoletana.

A la espera de cerrar plazos e inversión, el Ayuntamiento conoce ya detalles del proyecto sanitario, que sigue un modelo que está proliferando por el territorio nacional, sobre todo, a raíz de la pandemia. El histórico edificio se transformará en centro de atención a personas con problemas psiquiátricos y patologías del comportamiento. Se trata de un concepto sanitario «diferente y diferenciado» respecto a lo que existe en la actualidad –precisa Zarandona–, «con una importante proyección» y que lleva varios meses gestándose. El nuevo uso conllevará una importante reforma del interior del inmueble, que no solo cuenta con el máximo grado de protección en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) sino que se asienta sobre el desagüe de un Bien de Interés Cultural (BIC), como es el Canal de Castilla. Según explica el concejal, muchos de los espacios hoteleros podrán reacondicionarse.

El proyecto aportará otra imagen a esa zona entre los barrios de Huerta del Rey y La Victoria, señala Zarandona, quien recalca que la iniciativa «nace ante una necesidad sanitaria real de la población y con un compromiso total por parte de los propietarios del inmueble, que ya respiran aliviados tras los últimos episodios perniciosos de okupación».

Esta decisión llega tras un exhaustivo análisis del estado arquitectónico y estructural del bloque, dado que en abril de 2018 sufrió un incendio, y después de analizar hasta tres ofertas en firme para dotarlo de uso, como explicó hace meses uno de sus propietarios, Rodrigo Cobreros, empresario zamorano dedicado al sector lácteo. La posible recuperación de uso hostelero, más si cabe al coincidir con el cierre de Las Lomas, el espacio de restauración y banquetes que bajó la persiana en la avenida de Salamanca a comienzos de 2019 y que ahora, precisamente, también se está reconvirtiendo en centro sanitario, fue una de las opciones que se pusieron sobre la mesa. También se llegó a plantear la apertura de un geriátrico.

«La sociedad a la que represento es ahora la propietaria del inmueble, que acababan de adquirir a los anteriores titulares, y lo único que quieren es recuperar su posesión», anticipó en mayo de 2022 el abogado que representaba a la sociedad zamorana Zangano Inversiones SL, actual titular del antiguo hotel Marqués de la Ensenada, que ejerció las acciones legales heredadas de los anteriores propietarios (la mercantil Kelona Invest), impulsores de un desalojo fallido.

Fue el 18 de abril de 2023 cuando agentes del Cuerpo Nacional de Policía, la Policía Local y los Bomberos de Valladolid desalojaron definitivamente el edificio en cumplimiento del mandato judicial por el que se puso a disposición de la nueva empresa propietaria. Durante el desmantelamiento del centro social, dos de los okupas se encadenaron en el tejado para impedirlo, ante los cual los bomberos desplegaron la autoescala para desatarles y bajarles.

El hotel que ocupó la antigua harinera había cerrado por sorpresa seis años antes, el 2 de enero 2017, tras abrir sus puertas el 14 de diciembre de 2009. En la noche del sábado 28 de abril de 2018, una de las 'lujosas' habitaciones del antiguo hotel fue pasto de las llamas de un incendio a todas luces intencionado. No fue más que la crónica de una muerte anunciada del maltrecho inmueble catalogado, que permanecía abandonado a su mala suerte desde que su último propietario diera la espantada y dejara tirados no solo a clientes y trabajadores sino también un pedacito de la historia industrial de la capital. Ahora, los cerca de cinco mil metros cuadrados con los que cuenta el edificio, volverán a cobrar vida.