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El concejal de Urbanismo, José Ignacio Zarandona, aseguró este lunes, durante la celebración del pleno municipal, que el actual proyecto para la construcción de un túnel en Arco de Ladrillo (que supondría la desaparición del viaducto actual) no es compatible con la previsión de soterramiento ... de las vías que maneja el equipo de Gobierno municipal. Por eso, el PP y Vox votaron en contra de la moción planteada por el PSOE para «no boicotear» esta inversión, construir «con agilidad» el nuevo paso subterráneo de Arco de Ladrillo y demoler el viaducto.
«El viaducto tiene que desaparecer, por supuesto», aseguró Zarandona, quien reconoció que este punto es un «complicado nudo, tanto de tráfico automovilístico como ferroviario». Sin embargo, rechazó que el túnel previsto en la operación de integración ferroviaria sea compatible con el soterramiento. «No es compatible. El proyecto de Richard Rogers de soterramiento sí que planteaba un túnel en esa zona, pero formaba parte conjunta, en una misma pieza constructiva, del soterramiento. El túnel de vehículos se cimentaba sobre el del ferrocarril, que iba por debajo. De tal manera, que el tablero que separaba el túnel de la superficie era estrecho, de no más de un metro de grosor, porque no debía soportar las vías por encima», indicó el concejal de Urbanismo, quien añadió que «la intervención que se está proyectando no toma en cuenta esta circunstancia». Apuntó además que la cercanía con la estación de tren «no permitiría una cota por debajo de ocho metros», que sería necesaria de llevar a cabo el proyecto actual del túnel, en una intervención que debería ser más profunda que la de Panaderos, dijo.
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El portavoz del PSOE y exalcalde, Óscar Puente, considera no obstante que el proyecto de esta obra (que se está elaborando y que la sociedad Valladolid Alta Velocidad «está en condiciones de adjudicar para que los trabajos comiencen en 2024») es perfectamente compatible. «Este no es un debate sobre el soterramiento, porque esta obra se puede adoptar con independencia de si se opta o no por el soterramiento». Puente defendió en el pleno la demolición del viaducto y la construcción del nuevo paso subterráneo para peatones y vehículos.
«El estado del viaducto no solo es preocupante a simple vista, también lo es para los técnicos. Las acciones que ahora se están llevando a cabo son simplemente para evitar la caída de cascotes, no tiene ningún tipo de incidencia en los vicios y defectos estructurales» recogidos, dijo, en un informe de febrero de 2023 que describe las patologías de la infraestructura, con «pretiles y vías de cimentación en estado de degradación avanzado, que no garantizan la función para la que fueron concebidos».
Zarandona expresó que la estructura del viaducto «no está en ningún peligro». «Ese informe de febrero pone de manifiesto patologías que pueden parecer muy complejas, pero que no lo son, pues se trata de mantenimiento puro y duro del puente». «Los trabajos que se han hecho recientemente son para evitar el desprendidmiento de cascotes y los desconchones superficiales de hormigón, pero este no ha perdido su capacidad portante. Además, se ha intervenido con muros pantalla para evitar filtraciones de agua», aseguró el concejal de Urbanismo, quien insistió en que «no es lo mismo diseñar un túnel sabiendo que el ferrocarril pasa por encima que por debajo». Y, por lo tanto, el diseño actual es «incompatible» con el soterramiento, por lo que se condiciona a esta obra el futuro túnel en la zona y, por lo tanto, el derribo del viaducto de Arco de Ladrillo.
Puente insistió en no frenar el proyecto, ya que a finales de este mes está prevista la entrega del proyecto básico del túnel, que se podría licitar ya en 2024. «No hay ninguna razón para que no se proceda a la demolición y construcción de ese paso subterráneo», afirmó.
Alberto Cuadrado, de Vox, aseguró que con indepedencia de que el túnel afectara o no al soterramiento, la obra de este paso subterráneo en Arco de Ladrillo supondría «un sobrecoste, una obra en dos tiempos con molestias para los vecinos». «Valladolid ha optado por soterrar y por lo tanto, votaremos en contra de este proyecto ante la mínima duda que suponga para la llegada del soterramiento».
Jonathan Racionero, de VTLP, defendió que el derribo del viaducto de Arco de Ladrillo es una obra «imprescindible», que convertiría la zona en un lugar «más bello y saludable, ya que ahí está uno de los puntos con más niveles de contaminación de aire y ruido de la ciudad».
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