Valladolid

Una gran rotonda de 'new jersey' encauza el tráfico en la obra inacabada de Argales

El regreso efectivo de máquinas y obreros al citado tramo final permite a los afectados por el (mal) estado de la avenida vislumbrar, con plazos oficiales, la finalización de los trabajos iniciados en un lejano mes de noviembre de 2022. «El Ayuntamiento nos ha informado de que la empresa cuenta con cinco meses de plazo -desde su vuelta- para rematar los trabajos y la propia constructora nos ha dicho que podrían ser poco más de tres», resumen desde la asociación de propietarios del polígono. Eso supondría que, en el mejor de los casos, los trabajos estarían concluidos antes de que acabe el año o, a lo sumo, a comienzos de 2025. Antes, en cualquier escenario, de la próxima primavera.

Sea como fuere, lo cierto es que las obras de urbanización de la antigua calle General Solchaga se han eternizado por distintas vicisitudes surgidas desde su inicio hace casi dos años. «Hemos sufrido robos de cableado, se ha cambiado el proyecto... No ha sido sencillo», suspira el encargado de la empresa que ejecuta los trabajos antes de dejar caer que durante estos más de veinte meses de obras han soportado muchos improperios de los afectados.

El caso es que los operarios trabajan de nuevo de lleno en la urbanización del citado tramo final de la avenida y, además, han mejorado la hasta ahora deficiente señalización provisional que regulaba la circulación en el cruce con la calle Forja, donde han habilitado una enorme rotonda formada por 'new jersey' -los separadores de plásticos rojos y blancos-, nada que ver con la colocada inicialmente, que da preferencia al tráfico que circula por la avenida en sí y que luce stop en las incorporaciones desde Forja y 'cedas' dentro de la rotonda central.

«Hemos puesto toda la señalización y también regulado la velocidad desde el principio, pero aquí muchos conductores pasan a toda pastilla y ponen en peligro nuestra seguridad», defienden desde la empresa. La velocidad, en cuanto al último tramo en obras, está limitada a 20 kilómetros por hora. En el resto de la avenida, hasta la desembocadura en Daniel del Olmo, la calzada carece aún de marcas viales y muestra, eso sí, carteles advirtiendo de que se trata de una zona en obras.

El estado de las obras en el conjunto del tramo lineal de novecientos metros entre Daniel del Olmo y la avenida de Zamora es más que desigual. Las aceras y los espacios para los aparcamientos están ya adoquinados, aunque los espacios peatonales permanecen cortadas en numerosos puntos e impiden el tránsito de los viandantes. También hay plazas suprimidas con zanjas abiertas para las canalizaciones. El arbolado plantado meses atrás en los parterres que separan las aceras de los estacionamientos languidece a día de hoy y muestras hojas secas en sus copas y malas hierbas creciendo en su base. Eso en cuanto a los primeros seiscientos metros de la avenida -desde Daniel del Olmo hasta pasada la intersección con Forja-.

En cuanto al tramo final, hasta la avenida de Zamora, la cosa pinta mucho peor. Allí centran ahora precisamente los operarios su trabajo una vez resuelto el trámite administrativo que obligó a paralizar la obra hace más de tres meses para modificar el proyecto original e incluir dicho tramo para dar continuidad a aceras, parterres, aparcamientos y calzada desde el anterior. Eso ya está hecho. «Tuvimos una reunión con el Ayuntamiento y nos informaron de que habían solventado ese trámite y los obreros volvieron de lleno hace algo más de un par de semanas», confirman los empresarios.

El tramo en cuestión fue urbanizado de manera independiente a comienzos de 2022 en el marco del proyecto de renaturalización del polígono (Indnatur), financiado por fondos europeos. Allí, al margen de otras intervenciones en vías aledañas (Pilar Miró y la avenida de Zamora), se habilitó un pequeño parterre y se colocaron unos maceteros superficiales y se abrieron dos tramos de carril bici muy estrechos adosados a las aceras. Nada de eso funcionó y el Ayuntamiento, a petición de los empresarios, acordó levantar el tramo completo y prolongar el diseño de la avenida sobre esos trescientos metros finales, que se levantaron finalmente en abril de este mismo año.

El 30 de mayo se abrió por fin al tráfico la calzada completa de la avenida, a falta de los últimos remates de canalizaciones y mobiliario en las aceras y de urbanización el citado tramo de Indnatur. Y entonces llegó el parón. Y todo se quedó igual. Aceras cortadas, plazas de aparcamiento cercenadas... Y así sigue. Ahora, eso sí, los obreros han vuelto al tajo y en cinco meses, a lo sumo, la urbanización debería completarse. Por fin. Para entonces se habrán duplicado los plazos iniciales y transcurrido más de dos años desde que comenzara la obra, en la que se han invertido 2,3 millones de euros, en un lejano mes de noviembre de 2022.

¿Y después? Pues los empresarios urgen al Ayuntamiento, en primer lugar, a dar una solución al maltrecho viaducto que une la calle Daniel del Olmo, la principal arteria del polígono, con el Paseo de Zorrilla para iniciar a continuación la remodelación de dicha calle -el proyecto para tal fin está elaborado y pendiente de ejecución desde la anterior legislatura-.