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La lluvia de vino y de decibelios en Valladolid ha comenzado desde bien pronto en la Acera de Recoletos. Miles de jóvenes y no tan jóvenes calentaban con Dj´s para dar comienzo a las Fiestas y Ferias en honor de la Virgen de San Lorenzo.
Desde las 16:00 ha comenzado la convocatoria por parte de la Coordinadora de Peñas para ir preparando el posterior desfile, uno de los momentos más esperados de las Fiestas. A oleadas han ido apareciendo los vallisoletanos y vallisoletanas y a oleadas parecía que el color de la ropa se teñía de rojo vino.
Con motivo del bicentenario del nacimiento de José Zorrilla, la Coordinadora de Peñas ha impuesto el pañuelo de Fiestas a la estatua del poeta vallisoletano en la plaza que lleva su mismo nombre. Primer chupinazo de la tarde.
A la misma hora -las 19:30-, una riada de gente empezó a tomar la calle Miguel Íscar. En una de las bocacalles les esperaban los Bomberos de Valladolid con un camión, para mojat a esta marea de gente. Un refrescón atípico, ya que las temperatura no superaba los 25 grados.
Para la Peña KV, haciendo de una correción política inmejorable, el objetivo de estas Fiestas es poder disfrutar de todas las actividades programadas. Según han comentado en sus filas tienen internacionales, en concreto dos alemanes y un medio polaco.
El trasiego de la gente dejaba imágenes curiosas: 'los 300 espartanos', al frente de un Leónidas con yelmo de sandía. Un original y natural vaso de calabacín elaborado por David, un grupo de tres amigas a los que les gustaría que las Fiestas durasen más, y gente que quería buscar el amor de su vida, aunque alguno afirmaba de forma tierna que ya lo tenía, aunque fuera bajo los efluvios del alcohol.
El desfile siguió su curso con su tónica general, gente disfrazada con muchas ganas de pasarlo bien mojando a todo aquello que le rodeaba. Cumpliendo con las tradiciones, la Policía Municipal realizó su decomisión de los carros que intentaban entrar en la Plaza Mayor, pese a que todos los años inciden en que no los dejarán pasar por motivos de seguridad.
Hemos requisado todos los carros que se intentaban meter en #PlazaMayor durante el #desfiledepeñas por motivos de seguridad pic.twitter.com/e4rcPzLzvL
— PoliciaValladolid (@PoliciaVLL) 1 de septiembre de 2017
Mientras el desfile transcurría camino a la Plaza Mayor, en esta la gente comenzaba a situarse para poder escuchar el pregón del actor Roberto Enríquez. De la misma forma que en la Acera de Recoletos, a oleadas, la Plaza se fue llenando del colorido de las peñas.
Una vez arriba, los asistentes escucharon con gran expectación a las palabras de su pregonero. El mensaje ha sonado alto y claro: Valladolid es ciudad de acogida; una frase a la que acompañaron los sonoros aplausos de toda la Plaza por la crítica de Roberto Enríquez contra la política del Gobierno por la acogida de los refugiados.
El pregonero metió a los vallisoletanos y vallisoletanas en el bolsillo. Menciones y referencias al Valladolid de su juventud e infancia, y a los barrios, en concreto a Pajarillos. Al igual que una evocación al grupo de folk Candeal, momento que ha dejado una de las anécdotas de la tarde: El pregonero entonando una estrofa del grupo vallisoletano. Segundo chupinazo y momento de estallido de júbilo de los presentes.
Tras la conclusión del pregón, la gente ha dado la espalda al balcón del Ayuntamiento para ver la tradicional imposición del pañuelo a la estatua del Conde Ansúrez. Ansúrez con pañuelo, Valladolid en fiestas y los pucelanos y pucelanas a festejar la vida, eso sí con moderación.
Poco a poco la gente fue desapareciendo, esparciéndose por el centro; bares llenos y gente teñida de rojo en dirección a la Playa de las Moreras.
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