Fallece el Carmelita Juan Jesús Sánchez

Apenas había amanecido el día de ayer cuando a las 7:30 horas de la mañana fallecía en el hospital Nuestra Señora de América de Madrid el padre Carmelita Descalzo Juan Jesús Sánchez (Tirso de Jesús María), a los 76 años de edad, tras varios días luchando en la UCI, intubado, donde ingresó víctima de la covid-19. En la actualidad era Superior de la casa de Madrid en Arturo Soria, una de las casas de enfermos y mayores de la provincia Ibérica. Fue director titular del colegio San Juan de la Cruz de Medina del Campo y prior de la orden carmelita, tanto en Medina como en San Benito, en Valladolid.

El padre Juan Jesús era natural de Valdecarros (Salamanca) y era carmelita descalzo desde su primera profesión el 24 de agosto de 1961 y sacerdote de Cristo desde el 22 de junio de 1969. Tras 58 de profesión deja su huella en España y, sobre todo, en el Zaire, lugar al que dedicó muchos años de misiones africanas al servicio de sus hermanos. «Siento una pena enorme. Para mi generación era un icono desde los años de EGB. Venía a Medina de vez en cuando desde África con un carro de filminas y decenas de historias. Nos hablaba con gran vehemencia de las misiones. Sus visitas siempre eran una jornada especial, festiva, reflexiva. Era un muy buen hombre, como tantos carmelitas que he conocido», resumía ayer uno de sus exalumnos en el San Juan de la Cruz de Medina del Campo, José Antonio Herranz.

«Un hombre bueno, que cuidó a todos sin descanso para sí, sin reservarse nada. La noticia nos ha desolado y entristecido mucho. Se encoge el alma en silencio y se intenta abrir en aceptación, para dar gracias por su vida que ha sido un precioso e inmerecido don», expresaba sobre la figura del carmelita su provincial, Miguel Márquez.

La marcha del padre Juan Jesús Sánchez se produce en plena Pascua de Resurrección. Hombre tranquilo, pausado, que siempre sabía escuchar, reflexivo, de sonrisa grande y eterna, mirada sencilla y fija. Era capaz desde su responsabilidad de solucionar los problemas y conflictos desde el silencio, con la mirada, el paso del tiempo y la reflexión hasta el perdón. Deja tras de sí un legado de vida entregada a los demás, sobre todo llena de experiencias y sufrimientos en las misiones del Zaire, donde más sirvió y ayudó a los demás.