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El sótano de la Facultad de Ciencias (con todo eso que acumula en sus estanterías, en las mesas, en el suelo, colgado de la pared) podría pasar por un desguace 'deluxe'. Bicicletas despiezadas. El motor de un viejo cortacésped. Tubos fluorescentes. Las tripas de un microondas. De dos. De diez. Bombillas. Botes de laca sin laca. De refresco sin refresco. Botellas de agua llenas de algo que no es agua y mejor no preguntar. El sótano de la Facultad de Ciencias podría ser el hermano pequeño de un punto limpio, un cementerio de aparente chatarra, un almacén sin colocar. Pero, en realidad, este sótano es un gabinete de rarezas, una fuente de inspiración científica, un libro de instrucciones para explicar cómo funciona el mundo.
Y los autores de ese manual, los ocupantes de este sótano asombroso, son los integrantes de Physics League. Su grupo de Whatsapp dice que son 116 personas apasionadas de la divulgación científica que, desde diciembre de 2014, trabajan para «acercar la ciencia a todos los públicos y mostrar en los institutos las aplicaciones prácticas de aquello que queda fuera de los temarios. A los profesores les encantaría darlo todo, pero no les da tiempo».
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Por eso, los miembros de Physics League y sus inventos recorren los centros educativos (y los centros cívicos, las ferias científicas...) para explicar «a todo tipo de públicos y de una forma muy práctica, divertida y visual» las aplicaciones y consecuencias de esos conceptos que a menudo quedan reducidos a teoría en los libros de Física. «La Física nos ayuda a comprender el mundo, a conocer mejor todo lo que nos rodea, desde cómo calienta una vitrocerámica a qué es la electricidad estática, de cómo funciona el fuego a por qué cuando hace calor vemos un espejismo en la carretera». Habla Jorge Monzón, responsable de I+D de esta red social de curiosos (estudiantes de Física, Matemáticas, Ingeniería, Química, exalumnos y profesores) que cuenta con el apoyo de la Sociedad Global de Óptica, de la Sociedad Europea de Física y de la Junta de Castilla y León y el Parque Científico de la UVA a través del plan TCUE.
Physics League es una asociación sin ánimo de lucro nacida en diciembre de 2014 para fomentar la divulgación científica. En la actualidad está compuesta por 116 personas.La mayoría son estudiantes de la Universidad de Valladolid (en Física, Química, Matemáticas, Ingeniería), pero también hay profesores y exalumnos que siguen vinculados al grupo una vez terminada la carrera. Construyen máquinas y experimentos con los que explican los principios científicos en colegios, institutos, centros cívicos, ferias educativas o foros científicos.Este fin de semana participan en una Feria de Ciencia Sostenible (en el Campos MiguelDelibes)y en octubre organizarán un congreso en Valladolid.
En esta guarida de la Facultad de Ciencias, los miembros de Physics League construyen sus propios experimentos y demostraciones, una colección de aparatejos para traducir a palpable las fórmulas y números del papel. «Cuando los construyes, es cuando realmente entiendes lo que hay detrás», dice Monzón. Uno de los montajes que más tiempo de trabajo les ha llevado (más de un año de labor)es una bobina de Tesla. Se trata de un dispositivo capaz de generar muy alta tensión y que permite hacer música (tocar canciones) junto a los rayos que salen de ella. «Gracias a esta bobina, podemos explicar los principios de la inducción electromagnética, que es una parte del temario de Segundo de Bachillerato».
Tienen también un generador de Van de Graaf, con el que se instruye en la electricidad estática poniendo los pelos de punta a los participantes en el experimento. O una demostración que parece propia de los especialistas de cine:cómo prender fuego (durante unos segundos) a las manos sin quemarse. El efecto es espectacular. Una llamarada sale de la palma de la mano. ¿Cómo es posible? En sus charlas, desvelan el secreto, que tiene que ver con la capa protectora de vapor que genera el agua en contacto con muy altas temperaturas. «Al final, lo que está detrás de todo esto es una pregunta», dice Monzón. Y esa pregunta es: ¿Por qué? ¿Por qué se forman los rayos en una tormenta?¿Por qué el fuego tiene ese color? «Y lo mejor es que toda pregunta te lleva a otra. Y a otra después. En el fondo, el motor de todo es la curiosidad», dice Miguel Sánchez, estudiante de cuarto de Físicas y vicepresidente de Physics League.
Cuenta que conoció al grupo cuando, hace años, este visitó su instituto, el Arca Real, en una de esas campañas divulgativas. «Cuando vi los rayos que generaban con sus aparatos, descubrí que esto era lo mío. También me gusta cacharrear», dice Miguel, convencido de que esta actividad es el mejor complemento para la formación académica. «Muchos lo vemos como una vía de escape. La carrera puede cansar mucho, agotar e incluso llegas a plantearte si esto es de verdad lo que te gusta. Y cuando ves la aplicación práctica de lo que aprendes (y aquí además aprendes otras cosas) recuerdas por qué estudias esto», cuenta Miguel.
«¿Sinceramente? En la carrera hay asignaturas que pueden hacer que te replantees tu validez como estudiante. Pero aquí recuerdas que es algo que te apasiona», apunta Mia Martín. «Porque la física no es solo teoría», dice Celia Pérez. «Porque en realidad la ciencia es muy entretenida», tercia Pablo Pérez, quien se inscribió en la asociación cuando descubrió que aquí, en este sótano de su facultad, «se pueden hacer cosas que parecen increíbles». Por ejemplo, que las espadas láser de 'Star wars' no sean solo cosa de la gran pantalla, sino que puedan replicarse con fluorescentes de colores encendidos a distancia con campos eléctricos (aunque no quemen).
«Lo mejor de todo es la parte divulgadora. Que la gente te vea con fuego en las manos y tú les puedes explicar el porqué», dice Jaime Monzón, hermano de Jorge, quien lleva cinco años en la facultad. «La carrera no se me da muy bien. Se me da regulín, en realidad. Pagas la matrícula, echas muchas horas y no sacas el resultado que quieres.Pero sigo en ella porque me apasiona la divulgación. Y porque quiero traspasar mi pasión a los futuros físicos», cuenta Jaime. Y subraya que aquí, en el grupo, «cuando empiezas a investigar para preparar los experimentos, te topas con preguntas nuevas que todavía no se han resuelto. O llegas a respuestas sobre las que no hay mucha literatura científica».
«Cuando hablamos de cultura, la primera imagen que se suele venir a la cabeza es la Historia, el Arte. Pero poco a poco, afortunadamente, la Ciencia cada vez se tiene más en cuenta a la hora de definir la cultura y lo que entendemos por la cultura general que debería tener toda persona», asegura Jorge, quien recuerda que en ese camino las asociaciones de divulgación científica juegan un papel muy importante. Y para eso, es crucial saber comunicar.
«A mí eso me ha venido muy bien. Me cuesta mucho hablar en público. Las sesiones que hacemos en institutos o en otros foros me han dado la oportunidad de superar esa barrera. Y eso también es importante para divulgar», afirma Mas Solórzano, otra de las científicas curiosas de Physics League.
Nació como una comunidad en Facebook y muy pronto se 'desvirtualizó' con quedadas mensuales. El grupo Descubriendo Valladolid es una red social que reúne a apasionados a la fotografía que recorren la ciudad para sacar sus rincones más bellos y sorprendentes.
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