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Valladolid
Un empresario turístico planea un hotel con 30 habitaciones en la iglesia de Las BrígidasHace una semana se desvelaba la existencia de un proyecto para devolverla a la vida, a raíz del plan municipal lanzado para revitalizar la histórica plaza ... . Pero no se quiso concretar de qué se trataba. Siete días después, se van conociendo algunos detalles.
La iglesia de las Brígidas, situada en el espacio urbano del mismo nombre, está en el objetivo de un empresario del sector del turismo para adquirirla y convertirla en un hotel, según ha podido saber este periódico a través de fuentes implicadas en la operación.
Este inmueble catalogado del siglo XVII, en venta desde hace más de dos décadas y cerrado en 1978 tras la salida de las monjas y su posterior desacralización, cuenta con 2.500 metros cuadrados de superficie útil repartidos entre el antiguo lugar de culto, un edificio adyacente de tres plantas que formaba parte del Palacio del Licenciado Butrón, así como un pequeño local con entrada independiente.
El inversor mantiene conversaciones con la propiedad, así como con los técnicos de Patrimonio de la Junta de Castilla y León y con el Ayuntamiento, para estudiar las posibilidades técnicas para la conversión del templo en un alojamiento. La idea no es nueva, pero ahora contaría, además, con el respaldo firme del Consistorio, que acaba de convocar un concurso de ideas para realzar esta plaza.
Según la información facilitada, el proyecto contempla habilitar entre 27 y 30 habitaciones en el ala que formó parte del Palacio del Licenciado Butrón y en la zona de patio situada detrás del ábside de la propia iglesia, un templo que se restaurará por completo respetando todos sus elementos catalogados. El espacio de culto lucirá pues su historia intacta, aunque abierto al uso asociado a la actividad que acogerá. También se mantendrá en su lugar protagonista el retablo barroco de Francisco de Villota situado tras el altar. Será un salón espectacular para todo tipo de eventos.
En el año 2000, el complejo fue comprado por una empresa hostelera de Salamanca, la propietaria de la sala Camelot, para convertirlo en un hospedaje con 13 habitaciones al que iba a acompañar un gran restaurante, pero la crisis del ladrillo hizo decaer el proyecto. Según recoge la hemeroteca de El Norte, llegó a contar con licencia, pero la autorización caducó ante la imposibilidad de materializar la inversión.
Los entonces dueños realizaron obras de consolidación en varios elementos del templo, que presenta un estado aceptable en general, aunque de nuevo será necesario acometer una obra de calado tanto para crear las nuevas estancias como para restaurar todo lo histórico y protegido del complejo. El precio del inmueble ha ido bajando con el paso del tiempo, desde los 4,2 millones de euros que se pedían allá por el año 2015 a los 1,9 que figuraban en los últimos anuncios inmobiliarios. Lo que va a pagar ahora el inversor no ha trascendido.
En la mesa convocada por la Concejalía de Urbanismo previa al concurso de ideas ya en licitación para revitalizar Las Brígidas, reputados historiadores y arquitectos coincidieron en la necesidad de buscar una solución para este complejo religioso, declarado Bien de Interés Cultural en 1991. Ante «un deterioro del templo que va a más», según se apuntaba en el documento, se instaba a su adquisición por parte del Ayuntamiento con el objetivo de ponerla en valor para conseguir un conjunto arquitectónico completo.
Esa compra pública por parte de la Administración municipal se descarta, pero se ve con buenos ojos una operación privada que podría vincularse de alguna manera a un uso ciudadano. Se pondrá en valor un monumento que lleva cerrado a cal y canto 47 años. Al ser preguntado por este proyecto, el concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, confirma que se lleva trabajando en él, en colaboración con la Junta, hace ya un tiempo, aunque mantiene cautela. «Es un proyecto de interés que va a permitir sacar del olvido un patrimonio extraordinario de la ciudad, que lleva mucho tiempo cerrado; si no aprovechamos estas oportunidades, igual perdemos un tren y hasta que pase el siguiente ese espacio se quedaría en barbecho con el consiguiente deterioro», destaca el responsable del área municipal.
El edil añade que tanto la Dirección General de Patrimonio como el Ayuntamiento están dispuestos a hacer todo lo posible por acortar los plazos para su tramitación, «obviamente siempre cumpliendo con todos los estrictos parámetros legales que correspondan», según matiza. La operación permitirá preservar el espacio para el futuro, con la posibilidad de que la zona de la iglesia sea visitable por todos los ciudadanos y sirva, además, como escenario para eventos municipales y también de carácter privado.
El Convento de Santa Brígida tuvo su origen en la unión de las casas del Marqués de Villena y del Licenciado Butrón. En el siglo XVII fue ocupado por las monjas de Nuestra Señora de La Brígida y se levantó la iglesia, que posteriormente fue reconstruida por Manuel Izquierdo (1690-1696). Es un templo de una sola nave, con fachada de ladrillo rematada en un frontón y dos torreones laterales, con una composición clasicista. En su interior, destaca una espectacular cúpula.
Mientras la operación para resucitar el antiguo templo sigue su proceso, el Ayuntamiento mantiene abierto el plazo hasta el próximo 5 de mayo para que los profesionales interesados en presentarse al concurso de ideas para revitalizar la plaza de Las Brígidas puedan registrar sus ofertas.
El Consistorio cuenta con un presupuesto de 574.638, IVA no incluido, para darle un importante lavado de cara a este espacio urbano, ahora deslucido por su configuración, el tráfico y un exceso de plazas de aparcamiento para tratarse de un enclave con tanta historia, en el que confluyen la parte trasera del Palacio Real, el Palacio del Licenciado Butrón, sede del Archivo de Castilla y León y en el que el próximo 17 de octubre se inaugurará la Casa-Museo dedicada a Miguel Delibes, y la propia iglesia.
El objetivo es reordenar el espacio para darle el protagonismo que se merece. Así, en las bases se plantea la necesidad de cuidar especialmente los itinerarios y espacios peatonales, reducir al máximo el impacto del tráfico y el aparcamiento, actuar en las fachadas de los inmuebles residenciales para camuflarlas y que se armonicen con los edificios históricos y dotarla de una personalidad acorde a su importancia y enfocada al encuentro ciudadano.
El proyecto para convertir la Iglesia de Las Brígidas en un hotel se suma a otras iniciativas de calado en el sector del alojamiento. Las obras del cinco estrellas de Eurostars en el edificio de Constitución, la reforma integral del Felipe IV por parte de Barceló, la ampliación del Hotel Colón al edificio colindante, el bloque de apartahotel que abrirá sus puertas en Parquesol en Semana Santa o el regreso a la actividad del hospedaje al Marqués de la Ensenada por parte de la cadena Soho confirman que el turismo tiene capacidad de crecer en la ciudad. Nadie invierte si no ve posibilidades de negocio.
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