Comercios históricos de Valladolid: Casa Herranz

La tienda vallisoletana de las miles de camisas

Camino de los 78 años, Ángel Arribas Herranz (Valladolid, 1947) lo tiene claro: «Estaré detrás de este mostrador hasta que Dios quiera»; igual que estuvieron sus padres, fundadores de un negocio textil en el número 53 del Paseo de Zorrilla (hoy 33). «Mi padre falleció con 93 años y aquí venía a diario», recuerda Ángel Arribas. Casa Herranz se inauguró el 31 de diciembre de 1944, aunque la licencia municipal de apertura tardaría un par de meses en llegar. «Fue el 21 de febrero de 1945». Ángel Arribas tiene una memoria privilegiada. Nacido en la campiña segoviana, Higinio Arribas Cuesta (Santa María la Real de Nieva, 1914) llegó a Valladolid destinado por su trabajo como funcionario del Cuerpo de Intervención de Aviación; antes había sido agricultor y ganadero en su Segovia natal. Casado con la también segoviana Vicenta Herranz Fuentes (Miguelañez, 1919), ambos decidieron compaginar el trabajo de Higinio con la apertura de un comercio textil.

«Mi madre estaba en la tienda por las mañanas con dos dependientas y por la tarde se unía mi padre cuando terminaba su trabajo», comparte Ángel Arribas. «La gente de la zona la conocía como 'el arca de Noé' porque podías encontrar desde una bobina de hilo a una alfombra imperial«. La tienda estaba situada en el bajo de la casa de una altura que en 1942 había adquirido el matrimonio por 100.000 pesetas. »Nosotros vivíamos en el piso de arriba y en el patio había otras viviendas en las que residían otras familias. Yo nací en esta casa«. Trece años más tarde, en 1957, se demolió el edificio e Higinio mandó edificar el actual inmueble. «El contratista fue Pedro Cardenal Rodríguez, el mismo del Colegio Nuestra Señora de Lourdes, quien compaginó las dos obras a la vez, la del colegio y la nuestra. No le debió de ir mal porque empezó la obra yendo y viniendo en bicicleta y la terminó moviéndose en coche», bromea este comerciante vallisoletano.

El matrimonio tuvo cinco hijos: Higinio 'Quico', Carmen, Ángel, Nieves e Isabel. Fueron los mayores, los tres primeros, los que trabajaron codo con codo con sus padres desde el primer momento. «Yo me recuerdo vendiendo calcetines aquí cuando tenía 4 ó 5 años. Así que aquel día que cogí el coche a las seis de la mañana y me fui hasta Alaejos, pasando por Tordesillas, Pollos y otros pueblos para vender mercancía por primera vez, yo ya tenía pedigrí en esto. En la obra del edificio de 1957 cambió por completo la mercería y la familia amplió el negocio con la venta al por mayor. «Éramos un almacén de tejidos, confección y paquetería y vendíamos a Segovia, Ávila, Salamanca... Nunca hemos tenido viajantes. Éramos mi padre, mi hermano Quico y yo los que nos movíamos por todo Castilla y León».

En 1971 el patriarca repartió el negocio entre sus tres hijos mayores, quedándose el tercero, Ángel, al frente de la parte de confección de caballero. «Con la obra del edificio se puso el portal en medio y se partió el local en dos. En la otra parte estaba la confección de señora, que se la quedó mi hermana Carmen y mi hermano Quico se quedó los almacenes de la venta al por mayor«. Dos años después Ángel Arribas cambió el nombre del comercio por 'Herranz. Las Camisas', denominación que mantiene en la actualidad. »Soy el que más camisas tiene a la venta de todo Valladolid y, seguramente, de toda España. Tengo miles. Y miles de pijamas y calcetines también. Llevo tantos años en este negocio que no es posible dar un número exacto«. »Mis hijos no quieren saber nada de la tienda«, se lamenta el comerciante, »yo estaré aquí hasta mi último día«.

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