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Unos niños observan las cajas de anguilas en el escaparate del Horno Francés en Navidad. Álbum de la familia Freixas
La verdadera historia de los afamados dulces Freixas

Comercios históricos de Valladolid: Horno francés

La verdadera historia de los afamados dulces Freixas

El barcelonés Ramón Freixas Valls abrió en 1911 una confitería en el número 20 de la calle Orates de Valladolid, abierta hasta los años setenta

Sonia Quintana

Valladolid

Lunes, 6 de mayo 2024, 00:11

Ramón Freixas Valls (Barcelona, 1871) abrió en 1911 una confitería en el número 20 de la calle Orates (hoy Cánovas del Castillo) a la que rotuló Horno Francés. «Pensaba instalarse en Bilbao, pero al pasar por Valladolid a principios del siglo XX, con el tranvía inaugurado años antes y el Paseo de Recoletos estrenándose, le gustó tanto la ciudad que se quedó aquí y abrió su propio negocio», recuerdan sus nietas Rosa y Mercedes Freixas Leal. «La familia de nuestro abuelo era originaria de Figueras, en el Alto Ampurdán, aunque él nació en Barcelona y vivieron en Igualada. Tenían tierras y viñedos. Nuestro bisabuelo era un gran catador de vinos. En 1878 se produjo en España una plaga de filoxera y Gerona fue uno de los focos. Se arruinaron. Esto hizo que nuestro abuelo aprendiese el oficio de confitero», cuentan las hermanas Freixas Leal. Antes de instalarse en Valladolid, Ramón Freixas trabajó como confitero, entre otros sitios, en Francia y en Valencia.

«Al principio la bollería y un brioche especial le dieron una gran fama. Después fueron las tartas, los pasteles y los famosos dulces Freixas, cuya fama fue creciendo con los años», apunta Rosa, la mayor de las hermanas Freixas Leal. Casado con Martina Gil Casabal, el matrimonio tuvo dos hijos: Ramón y María Dolores Freixas Gil. Fue Ramón quien dio continuidad al afamado negocio de su padre tras el fallecimiento del fundador en 1943. «Si hubiese habido en la tienda un cuaderno de firmas hoy nos hubiese sorprendido la cantidad de gente que pasó por el Horno Francés, tanto sencilla como importante; del mundo de la política, de la literatura, del arte... Francisco Umbral cuenta en 'Las Giganteas' que trabajó en el obrador y otros novelistas también lo citan en sus obras», añade la nieta mayor de Ramón Freixas Valls.

Plato con los famosos dulces Freixas. Abajo, el interior y el exterior del comercio vallisoletano, en dos momentos distintos de su historia. Álbum de la familia Freixas
Imagen principal - Plato con los famosos dulces Freixas. Abajo, el interior y el exterior del comercio vallisoletano, en dos momentos distintos de su historia.
Imagen secundaria 1 - Plato con los famosos dulces Freixas. Abajo, el interior y el exterior del comercio vallisoletano, en dos momentos distintos de su historia.
Imagen secundaria 2 - Plato con los famosos dulces Freixas. Abajo, el interior y el exterior del comercio vallisoletano, en dos momentos distintos de su historia.

«Los dulces Freixas eran muy caros. Aparte de la materia prima, siempre de primera calidad, su elaboración era costosa. Cada uno se hacía en su propio molde, algo mayor que el tamaño de un bombón, y se envolvían uno a uno en papel de plata con parafina, salvo uno que se envolvía en papel de celofán. También uno a uno se les ponían las etiquetas de diversos colores según los sabores. Nunca se pudo mecanizar su elaboración por su textura; eran blandos. Tenían que conservarse en frío. Los había de cinco clases distintas: yema, tocinillo, chocolate, distintos pralinés y nata. Ninguno llevaba fruta. Nuestro padre elaboró al final una sexta clase que llevaba coco», explican las hijas de Ramón Freixas Gil (Valladolid, 1913).

Los dulces Freixas no eran la única delicia de este histórico establecimiento vallisoletano que cerró sus puertas en los primeros años setenta del siglo XX. En su escaparate «se exhibieron en todas las Navidades de mi pequeña historia, las cajas de anguilas más fantásticas que jamás pude soñar», repetía en sus 'Recuerdos de ayer' publicados en El Norte de Castilla Ángel Allúe Horna. Casado con Felisa Leal León en 1940, la pareja tuvo dos hijas: Rosa y Mercedes. Ramón llevaba el obrador y, desde 1956, Felisa se encargó de la tienda. «Llegó un momento en el que las dos hermanas nos fuimos de Valladolid y a nuestros padres, ya con una edad y el negocio cada vez más al alza, les superó y tomaron la decisión, hoy increíble, de cerrar», recuerdan las hermanas Freixas Leal. Ramón falleció en 1983 a los 69 años y Felisa, en 2002 a los 93.

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