Fachada del Capitol en 1987, antes de su demolición. Colección privada de la familia Feijó González
Valladolid, piedra sobre piedra

El teatro de la capital que soñó un vecino de La Cistérniga

El vallisoletano Mariano Herrero Orobón invirtió parte de su fortuna en construir un nuevo coliseo en la ciudad, a imagen del Capitol de la Gran Vía madrileña

Sonia Quintana

Valladolid

Martes, 30 de noviembre 2021

Fue, sin duda, uno de los teatros más importantes de la ciudad, junto al Calderón, Lope de Vega, Zorrilla, Pradera y Coca. El Capitol abrió por primera vez su telón el viernes 6 de noviembre de 1931. Lo hizo con el estreno de la ... película 'Su noche de bodas', de Imperio Argentina, «uno de los más brillantes éxitos de las películas habladas en español exhibidas hasta ahora», tal y como recogía El Norte de Castilla en su edición del día siguiente. Prueba de ello «fue el aplauso con que el público coronó los finales de las notas musicales de la bella producción, estrenada ayer bajo los mejores auspicios en el nuevo cine Capitol». Aunque su puesta de largo estaba prevista para una semana antes, «un inesperado contratiempo» obligó a suspender la ya anunciada inauguración. Los ingenieros de los aparatos sonoros -los hermanos Adolfo y Carlos de la Riva, creadores del sistema de sonido Rivatón, de patente exclusivamente española- comunicaron «tan solo veinte minutos antes» que no podían entregar los aparatos totalmente terminados «hasta nuevo aviso».

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Arrendado desde el primer momento al empresario asturiano Constantino María Fernández Arango -el mismo que gestionaba el Calderón y el Zorrilla- el Capitol fue el gran sueño del vallisoletano Mariano Herrero Orobón (La Cistérniga, 1878), quien llegó a ser alcalde de su municipio natal. El 26 de enero de 1921, Mariano Herrero compró a Luisa Altolaguirre y Angelis el inmueble situado en el número 4 de la calle Pi y Margall (hoy Panaderos) por 30.000 pesetas -pagadas en dos plazos-. Según consta en la escritura original, 2.223 metros, de los cuales 426 correspondían al edificio principal y el resto a un patio descubierto, un jardín, dos cuadras y un almacén. En aquel momento la propiedad estaba arrendada al Centro Instructivo Obrero Ferroviario, cuyo contrato expiró tres años después.

Fotografía del interior del patio de butacas en los años ochenta, con el cine ya cerrado; y documentos de la construcción del Capitol que conserva la familia.

«Mi abuelo fue un hombre muy emprendedor. Fue a Madrid, conoció el ambicioso proyecto del cine Capitol (inaugurado en 1933) y quiso hacer lo mismo en su ciudad. Pero se le fue mucho dinero en achicar agua», bromea María del Rosario González Herrero, nieta de Mariano, quien recuerda cómo su madre le contaba la historia de que al fondo del jardín -lindaba con un molino que perteneció a la fábrica de harinas La Ascensión- pasaba un ramal de la Esgueva, y «cada vez que empezaba la obra se inundaba todo». Así que Mariano tuvo que reducir sus expectativas.

Para 1.200 espectadores

Firmados en abril de 1930 por el arquitecto ovetense Ramón Pérez Lozana, los planos del proyecto recogían, además de la vivienda de Mariano Herrero y su familia -su mujer Dominga Ruano Muñoz y sus cinco hijos-, la sala de butacas para 1.200 espectadores con un espacio reservado a la orquesta (que se suprimió en obra acabada), una sala de fumadores, un bar y hasta una enfermería. Las butacas de la sala eran de madera; el suelo, de tarima; y estaba «decorado sobre un motivo azul prusia y festoneado con vivos amarillos, siguiendo un dibujo de última hora, que ofrece un magnífico golpe de vista que realzan cumplidamente unos severos cortinones que encuadran la pared del fondo», tal y como lo describió el redactor de El Norte que acudió el 5 de noviembre de 1931 a la prueba de la instalación sonora del nuevo coliseo de la ciudad.

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El Capitol fue famoso por sus programas dobles en sesión continua. El precio de la sesión de vermú a principios de los años treinta del siglo XX costaba una peseta y media, la sesión de noche. Cerró sus puertas el 30 de junio de 1977 y fue derribado en septiembre de 1987. Sobre su solar se levanta en la actualidad el edificio de viviendas que hoy ocupa los números 4 y 6 de la calle.

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