Inauguración de la remodelación de la Fuente el Sol en 1938. Archivo Municipal

El Cronista | Historias de aquí

Un pulmón histórico de Valladolid

El Ayuntamiento protegió en los años 50 el paraje de Fuente el Sol, que había sido remodelado en plena Guerra Civil, para evitar construcciones ilegales

Jesús Anta

Valladolid

Jueves, 4 de mayo 2023, 00:09

Fuente el Sol da nombre a una fuente y un paraje muy apreciados por los ciudadanos. Es uno de los lugares antaño frecuentados en los domingos y días festivos para pasar el día. A esta fuente se pueden añadir, aunque con menor popularidad, las de ... la Salud, en las inmediaciones de San Isidro, y la del Soto de Medinilla. Las fuentes de la Teja, junto a los puentes del Cabildo; la de la Mora, en la carretera de Renedo de Esgueva, y la de Caño Morante, en Parquesol -ya desaparecida-, también fueron referentes para muchas personas.

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Tradicionalmente las aguas de la Fuente el Sol se consideraban de buena calidad. Por eso en mayo de 1934 el industrial Enrique Touya Andrés solicitó al Ayuntamiento que se le concediera el aprovechamiento mediante arriendo de las aguas por un plazo de diez años. La petición fue rechazada por el pleno municipal celebrado en junio por considerar que las aguas eran de dominio público y no podían ser objeto de arrendamiento.

Justo ese mismo mes y año se constituyó la «Asociación de Amigos de la Fuente del Sol», que celebró su primera Junta General con la asistencia de numerosos vecinos en la Escuela Graduada Pablo Iglesias, actual colegio Gonzalo de Córdoba, situado en el barrio de La Victoria. Se acordó por unanimidad nombrar presidente honorario al alcalde de la ciudad, Antonio García Quintana, y también solicitarle que el Ayuntamiento consignara una cantidad económica destinada a mejorar la captación y aprovechamiento de las aguas y el entorno de la fuente.

Acta de una reunión de la Asociación de Amigos de la Fuente el Sol en 1934. Archivo Municipal.

La asociación se solía reunir en la Casa Consistorial o en los locales de la fábrica de Harinas La Perla (posterior hotel Marqués de la Ensenada y actualmente sin uso a raíz del reciente desalojo de los activistas del centro social La Molinera) y estuvo en funcionamiento hasta julio de 1936. Su última reunión tuvo lugar el día 7 de ese mes: los asistentes se congratularon del incremento de socios y se acordó pedir que se compusieran las piedras de los bancos, que se arreglaran los caminos de acceso y que se hiciera una plantación de arbolado.

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Inmediatamente después comenzó la Guerra Civil y la ciudad no estaba para esos detalles. Pero el alcalde, Luis Funoll (1937-1943), que impusieron las fuerzas franquistas que habían sometido la capital, era consciente de la popularidad de la fuente y acometió la reforma que tiempo antes habían solicitado los miembros de la asociación. El 15 de agosto de 1938 se inauguraron las obras, a la que acudió numeroso público y las autoridades civiles, militares y religiosas. Tras bendecirse las obras por el arzobispo se repartió una merienda entre el alumnado de los colegios de La Victoria y el regidor prometió repoblar la pradera y el cerro. También anticipó que se estaba estudiando la posibilidad de establecer una línea de autobuses que llegara hasta las proximidades de la fuente. El frontispicio de esta, que fue completamente renovada, no dejaba duda de la importancia que se daba al acto: «1938. II Año Triunfal. Siendo alcalde D. Luis Funoll Mauro». Esta inscripción aún se conserva.

Arriba, vecinos merendando junto a la Fuente El Sol en los años noventa. Debajo, a la izquierda, columpios en 1973. A la derecha, resultado de los trabajos de regeneración forestal y paisajista de 1997. Archivo Municipal

De nuevo las buenas aguas de la fuente fueron solicitadas en 1949 por el industrial choricero José Escudero, que tenía un matadero en sus inmediaciones, pues los pozos de su empresa apenas tenían agua. Pero el Ayuntamiento le dice que las aguas sobrantes de la fuente eran aprovechadas para el riego del arbolado y que, por tanto, no se podía prescindir de ellas.

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El agua, procedente de un manantial, fue declarada no potable a partir de 1961

Quiso el destino que José Escudero fuera elegido concejal en 1958 y en mayo de ese mismo año presentó una moción que ponía el énfasis en que el paraje de la fuente era un lugar arbolado, ameno y muy concurrido por las familias vallisoletanas pero que había que evitar que se convirtiera «en una especie de Barrio España, donde se construyen casas sin un plan». Total, que se acordó que el alcalde José Luis Gutiérrez Semprún y el teniente de alcalde, Felipe Santander, se trasladaran a Madrid para que el Ministerio de la Vivienda hiciera la declaración de «población dirigida» en el paraje de la carretera de Fuensaldaña y, por tanto, se prohibiera la construcción sin licencia municipal.

Pocos años después, el Ayuntamiento consideró que las aguas de la Fuente el Sol, así como las de las Arcas Reales y las fuentes de la Salud, no tenían garantizada su potabilidad al carecer de depuración. Aquello se tradujo en que se pidiera un informe a la Jefatura Provincial de Sanidad, cuya respuesta hizo que el alcalde Santiago López, el 13 de abril de 1961, enviara a la radio y a la prensa una nota en la que se advertía al vecindario de que debía abstenerse de beber agua de la del Sol pues no estaba potabilizada. Y sigue sin estarlo, pues es agua de manantial y no pasa por la potabilizadora. Sí es potable, sin embargo, la fuentecilla moderna que hay en el parque junto a la del Sol.

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El paraje de la Fuente el Sol ha conocido importantes actuaciones por parte del Ayuntamiento que han contribuido a mejorar su entorno estancial y sus valores naturales y paisajísticos en años como 1973, 1997 o 2008. En este último se amplió en doce hectáreas el paraje natural. Este entorno es hoy objeto de frecuentes acciones de limpieza y reforestación.

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